ESCRIBEN JAVIER PéREZ ROBLES - SEMANARIO LA GACETA

La BrechaJavier Pérez RoblesCerca del mar, cerca del río,erca de la tierra. Estas son lasondiciones naturales. No estánegaladas, es sólo que ahí estánara vérselas con ellas.Pero el secreto de La Brechastá en otro lado, está en las conicionesmicro-culturales de esteueblo.La Brecha tiene ya varias deceasde años produciendo hombresmujeres creativos y conscienesde su sociedad, de una ciertadea de humanidad y de derechoumano, de caridad cristiana, denfrentamiento a la pobreza condignidad y de resolución de problemassin quedarse atorados enla queja.No que no se quejen, pero nose quedan atorados ahí.Sus personas jóvenes andanregadas por todo el estado y elpaís porque el pueblo en sí no hacrecido demográficamente y esoquiere decir que las nuevas generacionesemigran.Pareciera como si la culturafamiliar empujara a sus vástagospara que se desarrollen lo más quepuedan y vuelen por otros lares.Y todos parecen ser cómplices:padres, abuelos, tíos y hasta losprimos de la misma generación.Es un comportamiento comunitarioque casi sin darse cuentapractican la misma filosofía de lavida, la misma actitud con ligerasvariantes: ser mejores seres humanos;y el resto cae por su propiopeso.Salen de La Brecha y se vuelvenbuenos periodistas, buenosmaestros, buenos profesionalesy hasta compositores, músicos ypoetas.¿De qué canoa, de qué carreta,de qué camino vecinal o brechapueden salir tantos hombresy mujeres que resuenan en lasciudades cercanas y se muevenen las grandes ciudades produciendobuenas impresiones en losdemás?.A diferencia del resto de lossinaloenses, los oriundos de LaBrecha no levantan mucho la voz,dicen cosas contundentes, comoque vienen de años de sabiduría,en tono sereno. Saben de la fiestay les gusta, pero no pierden devista la realidad del horizonte.Usted acaba de oír esa culturaen la actitud y la voz de ChayitoEspinoza.La Brecha tiene algo más queno se obtiene ni con buenas instalacionesdeportivas, ni artísticas,aunque no sobren y sean bienvenidas.La Brecha tiene lo que hantenido todas las poblaciones delestado, en alguna etapa de algunasdos tres generaciones de sudesarrollo.Lo tuvo la Villa de Ahome hace50 años, o El Fuerte hace 100 yestamos seguros que las demáspoblaciones del estado hace másaños.Es el espíritu subyacente en lacultura sinaloense: vérselas conuna naturaleza cotidiana adversaque no se vuelve buena sino hastaque luchamos por alcanzarla todosjuntos.Bueno, no todos, pero la mayoríasí.