12.07.2015 Views

v17n1a1

v17n1a1

v17n1a1

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Rangel: Una mirada internacional de la construcción curricular…hay tal, ni unos son racionales ni los otros irracionales. La racionalidad entendida en latradición filosófica (por ejemplo desde Spinoza y Kant) hace apelo a la libertad y a lamoral. Los programas escolares oficiales no son “racionales” porque son rígidos y sesitúan en una lógica tecnocrática. Tampoco las prácticas educativas son irracionalesporque se contrapongan a dicha rigidez. Más de esta falsa dicotomía, se trata deconstruir un proceso democrático que de fluidez y de renovación curricular.El currículo debe constituir una serie de principios, es decir, un andamio paradesarrollar acciones dinámicas e interacciones, como lo propone Facer (2011). Sinembargo este autor no especifica la talante ni los actores de dicha dinámica. Insistimosque la dinámica debe ser deliberativa y democrática. Esto no quiere decir pretenderuna relación inocente de los niveles del currículo. Por el contrario, un currículo vivoafronta las contradicciones y la negociación en un contexto dado. Las autoridadesdeben actuar bajo el supuesto del interés público que moviliza las políticas educativas yen este sentido construye participativamente los currículum de las institucioneseducativas públicas. Este vínculo hace que el currículo sea vivo porque obedece a losintereses de los estudiantes y docentes, asimismo se basa en las prácticas educativas.Ciertamente no se espera que el currículo sea lineal pero que sea sujeto a unadialéctica de contradicciones, negociaciones e imprevistos propios del ritmo de lasinstituciones y las prácticas educativas. Así cabe destacar que la elaboración delcurrículo obedece a los tiempos de las prácticas educativas, no de la burocracia ni delos políticos, ni de los tecnócratas. Por eso es particularmente importante reconocer elcarácter público y democrático de la renovación curricular.Es importante reconocer que el currículo es un proceso que deriva de una políticapública. Desgraciadamente los grupos conservadores suelen negar de tajo lacompetencia de las autoridades en la materia y reclaman “una libertad”, un derechoúnico de los padres de familia sobre la educación de sus hijos (ver Apple, 2001 y Reich2002). Estas demandas obedecen a un sentimiento populista antigubernamental. Peroestos reclamos solamente polarizan el debate y alejan los actores, en particular lospadres de familia de las instituciones. Más aún, estos grupos han querido evacuar delos currículos públicos temas sobre la diversidad, la sexualidad, el aborto y la evolución,es decir temas necesarios para la formación moral de los estudiantes.Con el fin de llevar a cabo una planificación de la enseñanza adecuada, es precisoanalizar las funciones del currículum. Esta planificación no puede ser burocrática. Ellaparte de posicionamientos ideológicos y metodológicos. Asimismo el currículo se basaen las premisas y propuestas curriculares que integran informaciones y tienen su origenen diversas fuentes sociales, disciplinares, pedagógicas y psicológicas. A partir deestas fuentes se construye consensualmente una estructura para la elaboración depropuestas curriculares.Así, para diseñar un currículo es necesario partir de conceptos y teorías. Pero comoafirmó Dewey, las ideas y los fines no son espontáneos (1966, p. 31). En efecto, éstosobedecen a visiones teóricas y posiciones políticas. Ciertamente no se pretende partirde una visión esquemática o menos aún detener el diseño frente a las alternativas quese presenten, sino más bien capitalizarlas. En efecto, un obstáculo mayor para elRevista Electrónica de Investigación Educativa, Vol. 17, Núm. 1, 2015 6

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!