31 - Contexto de Durango

10 LOCALMARTES 31 DE JULIO DE 2012WWW.CONTEXTODEDURANGO.COM.MXMayela Gallegos AguilarPor José Pilar AguilarDURANGO, DGO.Apenas habían transcurrido losprimeros tres meses de 1980 y algunasjovencitas que estudiaban en elInstituto de Periodismo FranciscoZarco, comentaron su deseo debuscar trabajo en alguno de losescasos periódicos de la época, parapracticar lo poco que habían aprendidoen las aulas.En entre ellas, estaban Cita,Candelaria y Mayela, todas ellas,menores de 20 años y las que escogieronprobar suerte en ese oficioque hasta en ese entonces, eraexclusivo de los hombres, aunque yaalgunas habían incursionado, perosolamente en el área de sociales,como lo eran Adriana Laveaga,Melina y Chelito Carrete, así comoGuille Nava.Conociendo los propósitos de lasaspirantes a periodista, la noche deun sábado del mes de Abril, una excompañera de secundaria, se comunicótelefónicamente a casa deCandelaria, ubicada en la coloniaLuis Echeverría, para comentarlealgo:“…fíjate que me enteré que en LaVoz de Durango están solicitandopersonas para prepararlas comoreporteras” y hasta le sugirió quefuera a entrevistarse con los directivos,idea que la señorita García noechó en saco roto y se durmió pensandoen esa posibilidad.Al día siguiente, el domingo, laestudiante de periodismo le hablópor la misma vía a Mayela, una desus compañeras de estudio, quevivía por calle Nombre de Dios, de lacolonia Hipódromo y le comunicó loque le había dicho su ex compañera,ella se interesó mucho, posteriormenteCita también estuvo deacuerdo y planearon que otro día severían para acudir a La Voz deDurango y buscar que las contrataran.Como Cita trabajaba en la empresaPinelli, quedó de encontrarlasmás tarde y el lunes, desde muytemprano, Mayela y Candelaria searreglaron y acudieron al lugar en elque quedaron de verse y de ahí,rumbo a Juárez 110 Sur, donde selocalizaba el edificio de la Voz deDurango, llevando consigo el deseoenorme de que la petición les salierafavorable.Llegaron a su destino, los atendióla secretaria Josefina Castrellón, ledijeron que deseaban hablar con elDirector del periódico, ésta se locomunicó a don Salvador NavaRodríguez y de inmediato ordenóque las pasara a su oficina.Una vez frente a aquél hombre quelas recibió sentado y el queprimeramente fijó su mirada en elrostro de cada una de ellas, lasinvitó a tomar asiento y les preguntóel motivo que las llevó hasta sumedio.Sin titubeos, las dos mujercitas,cuya edad era de entre 16 y 17 años,en pocas palabras le explicaron adon Salvador la razón de su presencia:estudiamos el segundo semestrede periodismo y le pedimos nos déla oportunidad de trabajar en LaVoz”Desde luego que a don Chava lesorprendió la manera tan dispuestade las jovencitas, pero también leagradó y por eso, después deescucharlas atentamente, mientrasle fumaba a su Raleigh y se acomodabalos lentes, en cuestión de minutosles respondió.“…les voy a dar trabajo, solamenteporque las veo muy sincerasy con deseos de superarse, peroademás, las ayudaré para que seanbuenas periodistas”, les dijo donChava con rostro adusto, y a partirde ese día, se convirtió en el patrónde las nuevas reporteras.Un poco más tarde, llegó Cita y seentrevistó con don Salvador, el queya tenía antecedentes de ella, pueslas dos visitas anteriores se lohabían hecho saber y también le dioel sí.Después de ser contratadas lasdespidió amablemente y otro día,don Salvador mandó llamar a JesúsAngel Meraz Mejorado, un excelenteperiodista, que se desempeñabacomo Jefe de Información, al que lepresentó a las aspirantes areporteras y dio instrucciones paraque inmediatamente las orientarasobre el trabajo que desarrollarían,pero sobre todo, que las guiara muybien.Es por eso que Meraz, hermano deGregorio y Fernando, otros dosduranguenses que han destacado enel periodismo nacional e internacional,decidió que cada una deellas se fuera a trabajar con unreportero, para que aprendieran aentrevistar y para que se empaparansobre esta hermosa labor.El primer día de reporteada,Mayela lo hizo al lado de MerazMejorado, Candelaria acompañó alque esto escribe y Cita, se fue conJorge Esparza Carlo, un destacadocomunicador, en tanto que el restode colegas, Edgar Gurrola López,Eduardo Castro Romero, Julio CarlosLáinez y otros, se concretaron aasesorarlas.Es así como las tres jovencitas seiniciaban en el periodismo de informacióngeneral, Cita desertó al pocotiempo, pero las otras dos continuaronen el oficio que era exclusivodel sexo masculino.Sin lugar a dudas, Gallegos Aguilarle tocó iniciarse con el mejorreportero, no solo de La Voz, sino deotros medios, como El Norte, El Sol,El Diario , que eran los escritos, asícomo de los canales 10 y 12 de televisión.Es por ello, que aunado a suinteligencia y a su vocación quetraía, la joven reportera prontodestacó y comenzó a ganarse “la deocho”, como se le llamaba entoncesa la nota principal, ahora conocidacomo “de portada”, y cubría importanteseventos que la fueron llenandode reconocimientos, de parte delos propios reporteros de ese y otrosmedios, así como del sector oficial.Después de aproximadamente dosaños de estar en La Voz y luego deque en otros rotativos conocieron elvalor de su pluma, a Meyela lecomenzaron a llover ofertas deempleado, tanto de periódicoslocales como nacionales y aceptóuno de ellos en el Noroeste deCuliacán, pero no le cumplieron loprometido y retornó a su tierra,donde don Daniel Ramos Nava lainvitó a trabajar en El Sol.La llegada de esta periodista a laOEM, fue muy sonada, pues directivosy personal de El Sol, la recibieroncon bombo y platillo, esdecir, la joven comunicadora entrópor la puerta grande, a un medio enel que no solamente encontraríabuen ambiente y la oportunidad decrecer profesionalmente, sino queconocería a una persona que seríaCYAN