Crisol 2008.p65 - El que busca encuentra

1-CA; 2-Casco 3-Bolso; 4-N; 5-Dalia;6-Canoa; 7-As 8-Cesta; 9-No; 10-Escoba.Si con sacrificio siembras Amor,también recogerás Amor.299Las sobrasUn joven pregunta a un amigo porotro hermano suyo, mayor que ellos:-¿Tu hermano qué hace, trabajao estudia?- No trabaja ni estudia.-¿Y por qué no trabaja?- Dice que no hay trabajo.-¿Cómo que no hay trabajo?Trabajo sobra. -Si, pero a él no legustan las sobras.* * * * * *Hay gente que necesita trabajar;busca trabajo y sufre porque nolo encuentra. Y también hay genteque huye del trabajo y trata de vivir -aunque sea malvivir- a costa del trabajode los demás.A estos últimos había que decirleslo que San Pablo escribe a los cristianosde Tesalónica: «Pues tambiéncuando estaba con vosotros os dabaesta norma: si alguno no quiere trabajar,que no coma» (Tesis. 3, 10).No es cristiano intentar comer sintrabajar. Y tampoco lo es dar de comeral que no quiere sujetarse al trabajo.Milagro improcedenteEn todas las profesiones se han hechoy se cuentan multitud de chistes yanécdotas. Los restaurantes y los camarerosno son ninguna excepción. Comolo de aquel camarero que pregunta a sucliente después de haber comido: -¿Cómo ha encontrado el señor el bistec?-¡De milagro, sabes, de milagro!El cliente hubiera preferido encontrarel bistec de forma naturaly no «de milagro».* * * * * *Demasiadasveces el «milagro» pareceestar presente ennuestra vida: «se salvóde milagro», «aprobó de milagro», «ganóde milagro»... ¿Qué hay detrás de esaexpresión «de milagro»? Una chapuza,una obra mal hecha, que, «de milagro»,no produce los efectos desastrososque cabría esperar.La solución será hacer bien lo quehacemos. Así el «milagro» resultaráinnecesario. Claro que hacer las cosasbien cuesta más que esperar «elmilagro». Cuesta más, pero es másdecente y más seguro.Aprender a Equivocarse...RESPUESTA.-el que buscaencuentra.comPortal católicoUna de las virtudes-defecto máscuestionable: es el perfeccionismo.Virtud, porque evidentemente, lo esel tender a hacer todas las cosas perfectas.Y es un defecto porque no suelecontar con la realidad: que lo perfectono existe en este mundo, que losfracasos son parte de toda la vida, quetodo el que se mueve se equivoca algunavez.He conocido en mi vida muchosperfeccionistas. Son, claro, gente estupenda.Creen en el trabajo bien hecho,se entregan apasionadamente ahacer bien las cosas e incluso llegana hacer magníficamente la mayorparte de las tareas que emprenden.Pero son también gente un poconeurótica. Viven tensos. Se vuelvencruelmente exigentes con quienes noson como ellos. Y sufren espectacularmentecuando llega la realidad conla rebaja y ven que muchas de susobras -a pesar de todo su interés- sequedan a mitad de camino.Por eso me parece que una de lasprimeras cosas que deberían enseñarnosde niños es a equivocarnos. Elerror, el fallo, es parte inevitable dela condición humana. Hagamos lo quehagamos habrá siempre un coeficientede error en nuestras obras. No sepuede ser sublime a todas horas. Elgenio más genial pone un borrón yhasta el buen Homero dormita de vezen cuando.Así es como, según decía MaxwelBrand «todo niño debería crecer conconvicción de que no es una tragediani una catástrofe cometer un error».Por eso en las persona siempre meha interesado más el saber cómo sereponen de los fallos que el númerode fallos que cometen.Ya que el arte más difícil no es elde no caerse nunca, sino el de saberlevantarse y seguir el camino emprendido.Temo por eso la educación perfeccionista.Los niños educadospara arcángeles se peganluego unos topetazosque les dejan hundidos porlargo tiempo. Y un no pequeño porcentajede amargados de este mundo surgedel clan de los educados para la perfección.Los pedagogos dicen que por esoes preferible permitir a un niño querompa alguna vez un plato y enseñarleluego a recoger los pedazos,porque «es mejor un plato rotoque un niño roto».Es cierto. No existen hombres quenunca hayan roto un plato. No ha nacidoel genio que nunca fracase enalgo. Lo que sí existe es gente quesabe sacar fuerzas de sus errores yotra gente que de sus errores sólosaca amargura y pesimismo. Y seríaestupendo educar a los jóvenes en laidea de que no hay una vida sin problemas,pero lo que hay en todo hombrees capacidad para superarlos.No vale, realmente, la pena llorarpor un plato roto. Se compra otro y yaestá. Lo grave es cuando por un afánde perfección imposible se rompe uncorazón. Porque de esto no hay repuestoen los mercados.Padre José Luis Martín Descalzo****No es posibleser acepto a todos; mientrasunos aplaudirán nuestras obras, otroslas rechazarán. Si eres bueno, los queno lo son, te rechazarán; y si eres comoellos, te rechazará Dios; si eresjusto, serás perseguido por los injustos;pero si eres injusto, los justossufrirán por ti. Si te muestras soberbioy altivo, los humildes no podránaplaudirte; aunque, si eres humilde,te verás despreciado por los soberbios.Si te preocupas por los demás, losegoístas se reirán de ti y te tildaránde loco y, si dejas que el egoísmo invadatu vida, los que sufren esperarántu ayuda inútilmente.Debes elegir lo que prefieres paratu vida: ser aceptado por los malos, porlos soberbios y egoístas, o ser como losbuenos, como los humildes, como losque se sacrifican por los demás.Y en último término, si quieres serrechazado por Dios, o ser aceptado porEl. Escoge.«Seréis odiadas de todos a causa demi Nombre; pero no perecerá ni un cabellode vuestra cabeza. Con vuestraperseverancia salvaréis vuestras almas»(Lc. 21, 17-19).