Literariamente ~ Febrero 2016

EL amor
El frío. Una sensación terrible, devastadora, que nos hiela, nos consume por dentro,
que no nos deja seguir, avanzar, continuar nuestro camino. Gry estaba sintiendo cada
sensación en su cuerpo, atrapado, hundido en un bloque de hielo del que escapar era
una posibilidad que se le antojaba lejana, por no decir imposible. No creía que iba a
llegar tan lejos, que iba a ser capaz de sacrificarlo, de entregarlo, de ponerlo a sus pies
¿Tanto había llegado a consumirle la maldad?
Sin embargo, no era odio lo que sentía, sino impotencia, rabia. Podría haberlo intuido,
podría haberlo previsto, las acciones, las actitudes, se lo habían dicho a gritos, pero él
había preferido ignorarlo, vivir feliz, sin preocupaciones por un instante. Su sacrificio
había sido en vano, todo había sido en vano y él lo sabía. Los había llevado a la ruina
a todos, a todos y cada uno de los habitantes de Glaskoure solo por amor. El amor. Un
sentimiento en el que en ese momento cada vez veía más imposible creer.
El sonido de unos pasos provocó que Gry dejara sus reflexiones a un lado, un sonido
que se detuvo para ser sustituido por el de la abertura de las puertas que encerraban
la prisión mortal. Un joven de estatura media, ojos verdes y pelo castaño se acercó a
Gry, aunque sin ser capaz de mirarlo a los ojos.
-Un hombre que cree haber hecho lo correcto es capaz de mirar a los ojos de su
oponente-le espetó Gry.
-Y un hombre es capaz de no dejar cegarse por el amor y actuar de manera correcta
en el momento oportuno-hizo una pausa-hermano.
Efectivamente, así era. Ese joven, cuyo nombre era Ryg, era el hermano gemelo del
apresado, un individuo que fue capturado a los siete años de edad por las cortes
oscuras del otro lado del bosque. No obstante, al ser gemelos, los hermanos fueron
capaces de mantener una conexión mental entre ellos, una conexión que les permitió
seguir unidos, o eso era lo que Ryg le había hecho creer. Doce años después, las
tropas de Glaskoure consiguieron liberar a Ryg de las garras del enemigo, aunque al
llevarlo de vuelta a casa empezaron a dudar de su verdadera lealtad. Solo hubo una
persona que fue capaz de defenderle: Gry, su hermano. Todos esos años de
conexiones entre ellos habían servido para que Gry amara a su hermano, por mucho
que no lo viese con sus propios ojos; pero fue engañado y ahora tanto él como su
pueblo pagaban por ello.
-Yo confié en ti Ryg.
-Y ese fue tu error, confiar, amar, creer.
Dicho eso Ryg salió de la habitación, dejando que el sentimiento de culpabilidad
aumentara en su hermano, hasta provocar su angustiosa muerte.
Nerea
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