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POEMAS<br />
Resurrección en La Palma<br />
Cristo resucitado,<br />
Tiene nombre en La Palma<br />
Y se llama Sevilla y Cabo.<br />
Y por la gloria de sus calles<br />
Con sus colores adornados<br />
Ha pasado el nazareno<br />
Que va con la Cruz cargado.<br />
Una el rojo de la sangre<br />
En el tormento derramado<br />
Otra el verde de la esperanza<br />
Que caracteriza al cristiano.<br />
Cristo resucitado,<br />
Tiene nombre en La Palma<br />
Y se llama Sevilla y Cabo.<br />
Y el Señor camina enhiesto<br />
Sobre su monte cuajado<br />
Con lirios y hojarasca<br />
Y con rosas adornados,<br />
Va avanzando en la calle<br />
Y un instante ha parado<br />
Recordando a su costalero<br />
Entre la emoción y el llanto.<br />
Va <strong>Padre</strong> <strong>Jesús</strong> en busca<br />
Del resplandor y de la luz<br />
Que desprende en la Calle Sevilla<br />
La blanca plata de su Cruz.<br />
Lirio morado de tormento<br />
Frente al blanco lirio<br />
Rosa blanca, flor de luz.<br />
Se detiene el Señor en la ermita<br />
Va con la cruz cargado<br />
Aquella que más tarde es guía<br />
De <strong>Jesús</strong> Sacramentado.<br />
Toda su calle se torna llanto<br />
El fulgor de la plata brilla<br />
Porque <strong>Padre</strong> <strong>Jesús</strong> carga<br />
Con la Cruz de la Calle Sevilla.<br />
Por el aire vuelan sus plegarias,<br />
Todos suplican perdón<br />
Que después truecan en vivas<br />
Para gloriar al Redentor.<br />
Camina el Señor por la calle<br />
Donde más reluce la plata<br />
Donde más le llega su luz<br />
Dejándoles la que luego será<br />
Todo para ti mi Cruz.<br />
Y los morados nazarenos avanzan<br />
Con largas filas de luz<br />
Que después serán romeros<br />
Que al cabo del pueblo<br />
Vienen a ver a su Cruz.<br />
Y lo que antes era rojo<br />
Ahora es verde esperanza,<br />
Esperanza de los que te esperan<br />
Para poderte cantar sus alabanzas.<br />
Miro al horizonte de la calle<br />
Y tras la nube de devotos<br />
Espero ver a mi Cruz<br />
Entonces me doy cuenta<br />
Que el que llega es <strong>Padre</strong> <strong>Jesús</strong>.<br />
Y toda la calle entera<br />
Que otras veces huele a romero<br />
Ahora con incienso se anuncia<br />
El paso del Señor Nazareno.<br />
Oh madero sacrosanto<br />
Donde murió el Señor<br />
Señor que ahora va pasando<br />
Con respeto y gran amor.<br />
Y sus gentes salen a la calle<br />
Buscando una luz y consuelo<br />
Y desde el zaguán de una casa<br />
Te espera tu devoto enfermo,<br />
Aquel que ahora disfruta<br />
De la luz del Santo Madero.<br />
Sigue el Señor caminando<br />
Y se para en una ermita blanca<br />
Donde está la alegría del pueblo<br />
Que entre cristales se guarda.<br />
Y una voz quebrada y rota<br />
Con la pena en su garganta<br />
Canta por última vez a su Cristo<br />
La saeta entrecortada.<br />
Y <strong>Jesús</strong> se acerca en su paso<br />
Con claridades de Dios<br />
Con la cruz grande en sus hombros<br />
Y también en su corazón.<br />
Y el Señor levanta su rostro<br />
Y mira el madero sagrado<br />
Que la Cruz que lleva a cuestas<br />
Es también la Cruz de la Calle Cabo.<br />
Aquella que de rosas se cubre<br />
En una cosecha de amores<br />
Aquella que a devotos alimenta<br />
Convirtiendo las espinas en flores.<br />
Se aleja lentamente el Señor<br />
Va cargado de plegarias<br />
Oraciones de perdón<br />
De los cruceros de La Palma.<br />
Cofrades, el Nazareno ha resucitado<br />
Y en La Palma tiene nombre<br />
Es la Cruz Sevilla y Cabo,<br />
La salvación de los hombres.<br />
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Año XXII • nº 30