CONSUMIDORES

¿QUÉ PUEDO HACER SI LA REPARACIÓN
DE UN PRODUCTO O ARTEFACTO EN
GARANTÍA RESULTA INSATISFACTORIA?
La LDC prevé tres opciones para el consumidor:
a) pedir la sustitución del producto por otro idéntico; en cuyo caso la garantía
legal se renueva a partir de la entrega del nuevo bien;
b) devolverlo en el estado en que se encuentre a cambio de recibir el importe
equivalente a la suma pagada o proporcional, si se hubieren hecho pagos
parciales, (por ej. en cuotas), conforme el precio actual en plaza;
c) u obtener una quita proporcional del precio.
Puede ocurrir que, al momento de solicitar el cambio, el producto adquirido
esté discontinuado o ya no se comercialice. En tal caso, los responsables de la
garantía podrán ofrecer un producto de similares características, pero nunca
uno de características inferiores al que se reemplaza.
¿ES VÁLIDO QUE UN COMERCIO
FIJE DETERMINADOS DÍAS Y HORARIOS
PARA REALIZAR CAMBIOS DE UNA
PRENDA O DE CUALQUIER PRODUCTO?
No. En el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Ley 3281/09
estableció que todo cambio o devolución de productos en establecimientos
ubicados en esta Ciudad deberá efectuarse en los mismos días y horarios en
los que el comercio atienda al público para ventas. Vale decir que un comercio
no puede establecer restricciones horarias, ni de días, para efectuar cambios
de productos.
¿PUEDEN LOS
COMERCIOS ESTABLECER DIFERENCIAS
ENTRE LOS PRECIOS DE CONTADO
EFECTIVO Y LOS QUE SE PAGUEN CON
TARJETA DE DÉBITO Y/O DE CRÉDITO?
En principio, no. La Ley nacional 25065 de tarjetas de crédito y débito dispone
que los proveedores de bienes y servicios no podrán establecer “diferencias de
precio entre operaciones al contado y con tarjeta”.
No obstante, la Legislatura porteña sancionó la Ley 5008/14 estableciendo
que, en el ámbito de la CABA, los proveedores de bienes y servicios están
obligados a no efectuar diferencias de precio entre operaciones al contado y
con tarjeta de crédito o débito, excepto cuando tal diferenciación –a través de
promociones o descuentos específicos– sea efectivamente favorable al
consumidor o usuario, debiendo exhibir el precio en moneda de curso legal
–pesos–, de contado y correspondiendo al importe total y final que deba
abonar el consumidor.
Estas normas procuran evitar los recargos que, a veces, pretenden aplicar los
comercios por el uso de la tarjeta. En ese sentido, la ley de la Ciudad –aunque
bienintencionada– establece una excepción respecto de la norma nacional, al
admitir la diferenciación de precios si es más beneficiosa para el consumidor.
Sin embargo, esta circunstancia resulta de muy difícil comprobación, puesto
que en general los precios de los bienes y servicios son de fijación libre, por
ende, es casi imposible saber cuál es el precio real del producto para
determinar luego si, efectivamente, se trata de una promoción o descuento
beneficioso o de una manipulación del precio.
SI COMPRÉ UN
PRODUCTO MEDIANTE
VENTA TELEFÓNICA,
OFERTA TELEVISIVA,
O POR CORREO
(POSTAL O
ELECTRÓNICO), ¿PUEDO
LUEGO ARREPENTIRME
Y REVOCAR ESA COMPRA?
En estos casos de “venta domiciliaria” o “a
distancia”, donde el consumidor solo puede
guiarse por la imagen o la información que se le
brinda por los medios electrónicos utilizados, pero
no tiene la posibilidad de tomar contacto directo o
presencial con el producto o servicio que adquiere,
la LDC contempla un “plazo de arrepentimiento” y
le otorga al consumidor el derecho a revocar la
aceptación durante el plazo de DIEZ (10) días
corridos contados a partir de la fecha en la cual el
bien fue entregado o de celebración del contrato,
lo último que hubiera ocurrido, sin responsabilidad
alguna para el consumidor arrepentido. Dentro de
ese plazo, el consumidor debe notificar al
vendedor su decisión y poner el bien a su
disposición. Los gastos de devolución corren por
cuenta del vendedor.
Esta misma facultad de revocatoria (o plazo de
arrepentimiento) se aplica a aquella contratación
que resulte de una convocatoria al consumidor al
establecimiento del proveedor o a otro sitio, cuando
el objetivo de dicha convocatoria sea total o
parcialmente distinto al de la contratación, o se
trate de un premio u obsequio. Por ejemplo, cuando
con la excusa de darnos un premio se nos invita a
presenciar una charla o un video documental donde
lo único que se procura es “vendernos” –a veces
mediante formas compulsivas– un determinado
bien o servicio (es una práctica común en los
tiempos compartidos). Los vendedores (que utilicen
estos sistemas de venta a distancia) están
obligados a informar al consumidor de esta facultad
de revocación por escrito, de manera clara y
notoria, en todo documento de venta.
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GUÍA DE DERECHOS DE CONSUMIDORES