Universos Literarios Abril 2016

Relato
Cambio
La verdad es que no sé muy bien cómo empezar este texto. Sé que tengo algo que
decir, y quiero creer que las palabras me saldrán solas, al igual que cada vez que
nacen espontáneas cuando no puedo plasmarlas.
Y es que me he dado cuenta de una cosa. Que a veces las frases cliché tienen sentido,
y solo cuando lo sientes, te das cuenta de que igual no están tan vacías como
creías. Y creo que para levantarte tienes que caer, y que el margen de error está
desde el momento en el que decides seguir adelante hasta que vuelves a sonreír;
como una vez lo hiciste, libre de preocupaciones pero con la lección tras la espalda.
Y quiero seguir creyendo que todos pueden salir adelante, y al haberlo experimentado
en mi propia piel y al saber la impotencia que se siente, quiero volver a
sonreír sin preocupaciones. Y poco a poco ir rompiendo ese cristal que me limita
las emociones. Que ver lo que los sentimientos causan a mi alrededor e intentar
buscar algo que me haga sentir igual y encontrarme una simple indiferencia, se
convierta en algo sincero y real.
Y que el echarlas de menos sea un aliento para la sonrisa que dibuje en sus brazos
la próxima vez que los estreche. Y que el echarlo de menos, que el ver sus ojos
brillantes en sueños, no me traiga melancolía, sino que constituya el mejor de mis
recuerdos, el más preciado.
Pero sobre todo, quiero creer que volveré a caer sabiendo que puedo levantarme,
que tengo gente en la que apoyarme, que los cuatro gatos que creen en este desastre
lo hacen de todo corazón. Porque sé que no es inmediato, que todavía no he
acabado de cicatrizar, y que tengo cicatrices que demuestran todo lo que he pasado.
Pero al menos vuelvo a tener una razón para seguir hacia esa ninguna parte a
la que, tal vez, estoy destinada.
Begoña González, 14 años. Madrid, España.
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