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CURSO BÁSICO DE FORMACIÓN SOCIALISTA PARA LA MILITANCIA DE VANGUARDIA DEL PSUV

LIBRO_PSUV_2016

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y dos o tres monaguillos. Al otro día llamó a<br />

desayunar al director del hospital y desayunaron<br />

y conversaron y se fueron caminando<br />

por el gran salón adornado por cuanta cosa<br />

hay y de repente el obispo se para y le dice<br />

señor director “¿Cuántas camas cree usted<br />

que cabrán en ese salón?” Y el director le<br />

dice “¿Camas, camas de qué?” “Camas para<br />

enfermos, ¿cuántas camas cree que caben<br />

aquí en este salón?, porque aquí hay un error<br />

señor director, usted ha estado ocupando mi<br />

casa y yo estoy ocupando la suya, devuélvame<br />

la mía para yo poder devolverle la suya.<br />

Lo cierto es que al día siguiente aquel señor<br />

quedó asombrado al ver como el obispo se<br />

instaló en la casucha vieja, que había sido un<br />

hospital durante mucho tiempo y los enfermos<br />

estaban cómodamente instalados en el<br />

palacio arzobispal.<br />

17. Alguna semejanza con situaciones nuestras,<br />

yo les digo y les juro que si. A mi palacio,<br />

que no es mío por supuesto, he tratado<br />

de convertirlo en el palacio de un pueblo,<br />

pero no dejo de sentir todavía una cosquilla<br />

cuando veo los lujos y les digo a los que<br />

conmigo trabajan: “No debemos vivir con<br />

lujos”. Pensé en venir a Fuerte Tiuna e instalarme<br />

por aquí y estaba casi listo el plan<br />

de convertir aquel palacio en Universidad<br />

Bolivariana, pero di un vuelco y me convencí<br />

de que debo estar allá, es mi obligación, si<br />

no fuera por eso, les juro que hace tiempo<br />

ya no estaría en ese palacio.<br />

14<br />

19. Cuando leí esto en la madrugada, me hizo<br />

reflexionar y se me incremento la piquita.<br />

Cuando voy en los carros negros a toda velocidad<br />

y miro a los lados y hay un mendigo<br />

allá, o hay unos niños por allá pobres, me<br />

provoca pararme ¿saben? Pero como uno es<br />

prisionero del tiempo y de otras cosas, entonces<br />

lo que deja allí es un pedazo del alma. Lo<br />

que provoca es bajarse y quedarse ahí, pero<br />

no es mi papel ahorita al menos en esta etapa,<br />

así lo he entendido un poco. Ese es el papel<br />

del alcalde. El alcalde debe estar de esquina<br />

en esquina, buscando el niño, la niña, la<br />

prostituta, ¡cuántas mujeres no hay prostitutas<br />

porque como a Fantina, linda mujer, la<br />

más bella muchacha de Paris, un vagabundo<br />

la dejó con una niña y terminó en prostituta<br />

para poder mantener a su hija, y esto refleja<br />

mucho el dolor de las mujeres de la pobreza,<br />

y de la grandeza del autor que lo pone a<br />

uno a llorar incluso. A mí me hace llorar por<br />

dentro, esa mujer quedó en tamaña pobreza<br />

y con su hija que para darle comida a su hija<br />

¿saben lo que hizo un día? Llegó una especie<br />

de malabarista al pueblito donde vivía, tenía<br />

a la niña en las afueras de Paris con otra familia<br />

porque ella no podía tenerla, pero no<br />

le alcanzaba el dinero y la niña estaba enferma,<br />

no estaba enferma los que la tenían le<br />

mandaron a decir que estaba muy mala para<br />

explotarla, eran pobres explotando a otra pobre,<br />

utilizando la niña y el dolor y el amor<br />

de la madre, pero todas esas son las miserias<br />

de los miserables, entonces la mujer tenía los<br />

dientes lindísimos, los dientes más bellos de<br />

la costa del Sena y el hombre, ese hombre<br />

18. En la Casona están mis hijos, mis nietos, si<br />

no fuera por ellos y la seguridad que necesitan<br />

por la situación en que vivimos, pues a<br />

lo mejor ya eso lo hubiera convertido en otra<br />

cosa aunque ahí ya pronto debe comenzar a<br />

funcionar una escuela, un kinder y una escuela<br />

primaria, en esos espacios grandes que<br />

están por allá atrás.<br />

que andaba por ahí, la ve que se está riendo de<br />

sus chistes y le dice: “¡Qué lindos dientes tienes?<br />

¿cómo te llamas tú?” “Fantina”. “Te doy<br />

—no se cuánto— un franco por cada diente”<br />

“Mis dientes no, ¡estás loco! y se fue corriendo,<br />

pero en la noche se quedó pensativa<br />

20. Y le dijo a una anciana: “Por cada diente me<br />

dan esto para mi niña.” Al día siguiente fue<br />

y le sacaron los dos dientes. Vendió sus dos<br />

dientes. La cabellera hermosa que tenía, llegó<br />

un día a una peluquería y dijo: “¿Cuánto<br />

me da por esta cabellera?”, y la dejaron calva.<br />

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