Universos Literarios Agosto 2016

La chica invisible es una serie a la que
nunca pensé que me engancharía tanto.
Siempre creí que sería la típica historia
de instituto americano que no me
suele llamar la atención, pero fue empezarla
y no dejar de verla en ningún
momento.
Sueños de Piedra, de Iria G. Parente y
Selene M. Pascual, es una historia clasificada
como fantasía épica, pero que
realmente, cuando te adentras en sus
páginas, descubres que eso es simplemente
un trasfondo y que lo importante
son los personajes. Además, se perciben
ideas feministas y es algo que me
gustó mucho.
Arthmael es el heredero al trono, pero
un hermano bastardo está a punto de
arrebatárselo. Lynne es una chica que
ha sido obligada a prostituirse pues
quedó huérfana a muy temprana edad.
Cuando ambos coincidan se odiarán
mutuamente, pero encontrarán a Hazan,
un joven mago que necesita ayuda,
lo que les unirá. La evolución de cada
uno de los personajes es lo que más
me sorprendió de esta historia, cómo
maduran y crecen con el paso de las
páginas.
Nos cuenta la vida de Jenna, una adolescente
prácticamente invisible en el
instituto, hasta que se cae en el baño y
la gente piensa que ha sido un intento
de suicidio. A partir de ahí su vida da
un giro de 180 grados y nada vuelve a
ser lo mismo.
Creo que los líos amorosos de Jenna
son los que mantienen ese punto de
adicción de la serie a lo largo de sus
cinco temporadas, pues nunca sabes si
con el que está en un episodio va a ser
con el que esté en el siguiente. Hay momentos
muy cómicos que te hacen pasar
un buen rato, pero también hay
momentos serios, y creo que la serie
funciona gracias a esa mezcla de emociones.
Sin duda, recomendadísima, sobre
todo ahora que estamos en verano.
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