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La Vida de Jesus por Elena de White

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

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CAPÍTULO 6 : "Su Estrella Hemos Visto"<br />

"Y COMO fue nacido Jesús en Bethlehem <strong>de</strong> Ju<strong>de</strong>a en días <strong>de</strong>l rey Hero<strong>de</strong>s, he aquí unos magos<br />

vinieron <strong>de</strong>l oriente a Jerusalén , diciendo: ¿Dón<strong>de</strong> está el Rey <strong>de</strong> los Judíos, que ha nacido? <strong>por</strong>que<br />

su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle." Los magos <strong>de</strong>l Oriente eran filósofos.<br />

Pertenecían a la clase numerosa e influyente, que incluía hombres <strong>de</strong> noble alcurnia y poseía gran<br />

parte <strong>de</strong> las riquezas y <strong>de</strong>l saber <strong>de</strong> su nación. Entre ellos había muchos que explotaban la<br />

credulidad <strong>de</strong>l pueblo. Otros eran hombres rectos que estudiaban las manifestaciones <strong>de</strong> la<br />

Provi<strong>de</strong>ncia en la naturaleza, y eran honrados <strong>por</strong> su integridad y sabiduría. De este carácter eran<br />

los magos que vinieron a Jesús. <strong>La</strong> luz <strong>de</strong> Dios está siempre resplan<strong>de</strong>ciendo aun en medio <strong>de</strong> las<br />

tinieblas <strong>de</strong>l paganismo. Mientras estos magos estudiaban los cielos tachonados <strong>de</strong> estrellas, y<br />

trataban <strong>de</strong> escudriñar el oculto misterio <strong>de</strong> sus brillantes <strong>de</strong>rroteros, contemplaban la gloria <strong>de</strong>l<br />

Creador. Buscando un conocimiento más claro, se dirigieron a las Escrituras hebreas. En su propia<br />

tierra, se conservaban escritos proféticos que pre<strong>de</strong>cían la llegada <strong>de</strong> un Maestro divino. Balaam<br />

era uno <strong>de</strong> esos magos, aunque fuera en un tiempo profeta <strong>de</strong> Dios; <strong>por</strong> el Espíritu Santo había<br />

predicho la prosperidad <strong>de</strong> Israel y la aparición <strong>de</strong>l Mesías; y sus profecías se habían transmitido<br />

<strong>por</strong> la tradición <strong>de</strong> siglo en siglo. Pero en el Antiguo Testamento, el advenimiento <strong>de</strong>l Salvador se<br />

revelaba más claramente. Con gozo supieron los magos que su venida se acercaba, y que todo el<br />

mundo iba a quedar lleno <strong>de</strong>l conocimiento <strong>de</strong> la gloria <strong>de</strong> Jehová. Los magos habían visto una luz<br />

misteriosa en los cielos la noche en que la gloria <strong>de</strong> Dios inundó las colinas <strong>de</strong> Belén. Al<br />

<strong>de</strong>svanecerse la luz, apareció una estrella luminosa que permaneció en los cielos. No era una<br />

estrella fija ni un planeta, y el fenómeno excitó el mayor interés.<br />

Esa estrella era un distante grupo <strong>de</strong> resplan<strong>de</strong>cientes ángeles, pero los sabios lo ignoraban. Sin<br />

embargo, tenían la impresión <strong>de</strong> que la estrella era <strong>de</strong> especial im<strong>por</strong>tancia para ellos. Consultaron<br />

a los sacerdotes y filósofos, y examinaron los rollos <strong>de</strong> los antiguos anales. <strong>La</strong> profecía <strong>de</strong> Balaam<br />

<strong>de</strong>claraba: Saldrá estrella <strong>de</strong> Jacob, y levantaráse cetro <strong>de</strong> Israel.'* ¿Podría haber sido enviada esta<br />

extraña estrella como precursora <strong>de</strong>l Prometido? Los magos habían recibido con gratitud la luz <strong>de</strong><br />

la verdad enviada <strong>por</strong> el cielo; ahora esa luz se <strong>de</strong>rramaba sobre ellos en rayos más brillantes. En<br />

sueños, recibieron la indicación <strong>de</strong> ir en busca <strong>de</strong>l Príncipe recién nacido. Así como <strong>por</strong> la fe<br />

Abrahán salió al llamamiento <strong>de</strong> Dios, "sin saber dón<strong>de</strong> iba;" * así como <strong>por</strong> la fe Israel siguió la<br />

columna <strong>de</strong> nube hasta la tierra prometida, estos gentiles salieron para hallar al Salvador<br />

prometido.<br />

En el Oriente abundaban las cosas preciosas, y los magos no salieron con las manos vacías. Era<br />

costumbre ofrecer presentes como acto <strong>de</strong> homenaje a los príncipes u otros personajes<br />

encumbrados, y los magos llevaron los más ricos dones <strong>de</strong> su tierra como ofrenda a Aquel en quien<br />

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