Convocatoria a Asamblea General Ordinaria Llamado a elecciones
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México. Con derecho a<br />
un traductor<br />
Por Rafael Montes<br />
Para defenderse, los indígenas procesados<br />
en el nuevo sistema de justicia podrán<br />
recurrir a sesenta intérpretes y traductores<br />
públicos.<br />
Agustina Girón es una chiapaneca de<br />
treinta y cuatro años que se dedica a bordar<br />
artesanías. Llegó a la ciudad a los quince<br />
años, cuando únicamente hablaba tseltal y<br />
esto le dificultaba comunicarse y conseguir<br />
trabajo. «Muchas veces me discriminaron<br />
y me insultaron, me decían mensa y<br />
pendeja, y yo ni podía defenderme […]. Solo<br />
aprendiendo a escuchar fue que aprendí el<br />
español», recuerda.<br />
Para Agustina, quien solamente estudió<br />
hasta la secundaria en su comunidad,<br />
esa experiencia reafirmó su vocación de<br />
defender a los demás y despertó su anhelo<br />
de cursar la carrera de Derecho.<br />
Además, la motivó a inscribirse en un<br />
diplomado organizado por diversas<br />
instituciones capitalinas, con la finalidad de<br />
capacitar a indígenas que hablen español<br />
para fungir como intérpretes y traductores<br />
en procesos penales.<br />
El curso fue convocado por el Tribunal<br />
Superior de Justicia y el Gobierno capitalino<br />
—a través de la Procuraduría <strong>General</strong> de<br />
Justicia y de la Secretaría de Desarrollo<br />
Rural y Equidad para las Comunidades<br />
(Sederec)—, en el contexto de la entrada<br />
en vigor del nuevo sistema de justicia. El<br />
cambio se concretó en junio pasado y con<br />
ello el país pasó de una lógica inquisitoria a<br />
una acusatoria y oral.<br />
En las cárceles capitalinas hay alrededor de<br />
quinientos indígenas. De ellos, el ochenta<br />
por ciento solo habla su lengua originaria. En<br />
tanto, según cifras de la Sederec, se estima<br />
que en toda la urbe hay ciento veintinueve<br />
mil indígenas, de los cuales el trece por<br />
ciento no sabe ni entiende español.<br />
Contar con un intérprete o un traductor<br />
durante cada etapa de un proceso judicial<br />
es un derecho humano contemplado en la<br />
Constitución. Por tanto, es deber del Estado<br />
garantizarlo, pero esto no siempre ocurre<br />
porque, por lo general, los Gobiernos de<br />
América Latina consideran que dotar de<br />
estos servicios a los indígenas procesados<br />
es más una acción asistencialista que una<br />
obligación, advierte Andrés Mahnke, titular<br />
de la Defensoría Penal Pública de Chile.<br />
«[Que alguien no tenga estos medios] es<br />
dejarlo completamente bloqueado, es como<br />
no avisarle, como si no estuviera presente,<br />
porque ni le estoy notificando válidamente,<br />
ni lo estoy imputando válidamente ni tiene la<br />
posibilidad de defenderse. Pero permitimos<br />
que eso pase, porque no lo vemos [este<br />
servicio] como derecho humano», dice.<br />
En la capital, las autoridades han empezado<br />
a capacitar a sesenta alumnos, de los cuales<br />
cincuenta y dos son indígenas y ocho son<br />
funcionarios públicos, explica la titular de la<br />
Sederec, Rosa Isela Rodríguez. «No se puede<br />
hablar de justicia cuando se excluye a los<br />
indígenas», señala la secretaria.<br />
La dependencia a su cargo ya había<br />
realizado acciones en la materia. En 2015,<br />
por ejemplo, dio ciento quince asistencias<br />
de interpretación y traducción, de las cuales<br />
setenta y ocho fueron en el ámbito penal.<br />
En ellas se apoyó a indígenas hablantes<br />
de mixteco y náhuatl —las dos lenguas<br />
más habladas en la ciudad—, así como<br />
de mazateco, otomí, triqui, tseltal, tzotzil<br />
y zapoteco. En lo que va de 2016, se han<br />
brindado dieciocho asistencias de este tipo<br />
a presos indígenas.<br />
Además de las sesenta personas<br />
mencionadas —que por convenio<br />
son capacitadas en la Universidad de<br />
Tepantlato y pueden ser llamadas cuando<br />
sea necesario—, el Instituto Nacional de<br />
Lenguas Indígenas (Inali) también imparte<br />
cursos similares. Comenzó en 2008, cuando<br />
se aprobó la reforma de justicia penal, y<br />
desde entonces se ha capacitado a veintiséis<br />
indígenas que hablan náhuatl, mazateco,<br />
otomí, triqui, tseltal y purépecha. Además,<br />
a nivel nacional tiene un catálogo de<br />
seiscientos intérpretes y traductores para<br />
participar en audiencias.<br />
Sin embargo, garantizar los derechos de los<br />
indígenas procesados no solo es un asunto<br />
de cobertura, dice Alejandro Jiménez,<br />
investigador del Instituto Mexicano de<br />
Derechos Humanos y Democracia (IMDHD).<br />
Esto se debe a que cada lengua tiene<br />
variantes, y encontrar a la persona con el<br />
conocimiento preciso de una variante puede<br />
tomar mucho tiempo y dificultar el acceso a<br />
la justicia de un procesado.<br />
En cifras<br />
Sesenta intérpretes y traductores están en<br />
el diplomado de las autoridades capitalinas.<br />
Quinientos indígenas se estima que se<br />
encuentran presos en cárceles de la ciudad.<br />
El ochenta por ciento de ellos únicamente<br />
habla su lengua originaria, de acuerdo con<br />
datos oficiales.<br />
Fuente: ©Máspormás<br />
Revista cTPcba | N.° 131 | septiembre-noviembre 2016<br />
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