Verano bonaerense refuerzan al máximo la seguridad

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LA PLATA, VIERNES 30 DE DICIEMBRE DE 2016
“En cuestión de segundos,
todo fue un infierno”
Así lo afirmó la hija del hombre baleado en Arana durante un asalto,
en un episodio informado en exclusiva por Trama Urbana
L
ejos del centro, en la periferia
de la ciudad, la vida rural no
encuentra la calma que suele
acompañar el silencio. En los últimos
tiempos, parece que habitar en el campo
se convirtió en algo riesgoso por los
atracos inesperados, la violencia desmesurada
y los brutales robos que se
vienen sucediendo. Alrededor de las 22
del miércoles, en 625 entre 141 y 142, una
familia de quinteros no fue la excepción
y sufrió un impactante asalto, cuando
dos encapuchados irrumpieron en la
vivienda, en un hecho informado en
Los
delincuentes
habían
“merodeado” el
lugar antes de
entrar
exclusiva por este medio.
“Estábamos cenando, después de
trabajar en el campo. De repente escuchamos
unos ruidos extraños y fue todo
cuestión de segundos. Dos hombres nos
apuntaron y nos obligaron a tirarnos
al suelo. Mi papá intentó resistirse y le
dispararon. A mi marido también le dieron
un culatazo en la cabeza. Fue un
infierno”, contó la hija de la víctima.
El indiviudo baleado, identificado
como Fermín Balero, de 56 años, fue
trasladado al Hospital San Juan de Dios
por otros parientes y vecinos, que salieron
raudamente en una camioneta por
los caminos de tierra. En el nosocomio
permanece internado en grave estado,
con pronóstico reservado. “El orificio
de entrada fue a la altura del omóplato
y el proyectil quedó alojado”, describió
un vocero de la fuerza.
Los delincuentes habrían estado
merodeando en el lugar antes de irrumpir
en la vivienda. “Mi hija vio a tres
chicos que estaban caminando cerca de
mi casa. Y luego, cuando nos dieron la
orden de arrojarnos al piso, identificó
a uno de ellos por el color de las zapatillas
y porque tenía una remera roja”,
agregó la señora, quien manifestó
malestar por los hechos vandálicos en
la zona. Los asaltantes huyeron a pie
sin consumar el ilícito.
“Mi papá está muy mal, todo esto
nos dejó traumados. Estamos aislados
y nos puede pasar cualquier cosa.
Encima hay patrulleros en la comisaría
de Arana que no funcionan”, enfatizó.
Otros lugareños dijeron que fueron
varias las veces que hallaron a desconocidos
en altas horas de la noche,
cuando la oscuridad permite el anonimato.
Por el hecho tomó intervención
la subcomisaría de Arana.
La mujer contó cómo fue la noche del terror. Su padre, con pronóstico reservado
En las últimas horas, una serie de robos
en la zona oeste de nuestra ciudad arrojó
como resultado dos personas aprehendidas,
informaron ayer desde la fuerza.
Uno de los sucesos se registró poco
antes del mediodía del martes dentro del
barrio privado La Cándida, ubicado en el
kilómetro 47 de la Ruta 2, a la altura de
Etcheverry. Allí, tres personas ingresaron a
una casa y, al ser descubiertas por los guardias,
intentaron escapar. Dos pudieron
hacerlo, no así el tercero, un sujeto de 20
años y nacionalidad paraguaya, domiciliado
en Berazategui. El mismo fue retenido por
la seguridad del lugar, hasta que se lo llevaron
esposado los agentes de la comisaría
Séptima, al mando de Leandro Sarina.
Según adujeron los voceros, el hogar
quedó desordenado pero no se llevaron
nada.
El segundo episodio tuvo lugar en la
Atracos en la zona oeste
calle 200 de Lisandro Olmos, donde un
joven de 19 años trepó una pared, atravesó
un alambre de púas y se metió en la
vivienda de un fletero de 40 años. Allí se
apoderó de un bolso, un DVD, una licuadora,
un par de zapatillas Nike y dos sensores
externos de alarmas. Sin embargo,
cuando estaba huyendo con los elementos
sustraídos lo encontraron y terminó siendo
atrapado en un terreno lindero por el personal
de la comisaría Decimoquinta, dirigida
por Gustavo de Paulis.
“Tenía un corte en la mano derecha, ya
que se lastimó con el alambre de púas”, le
confió a Trama Urbana un pesquisa.
Peritos de la Policía Científica trabajaron
con el fin de levantar evidencias en el lugar.
En ambos casos intervino la Jefatura Distrital
Oeste y la UFI de Flagrancia, que caratuló
el primer caso como “tentativa de
robo” y el segundo como “robo calificado”.