Espejo el

13 de enero
el Espejo siete días de 2017 /3
Juan SÁNCHEZ
Vuelve el invierno frío
Atchísss
Bien sea por el cambio climático o por el
calentamiento global del planeta, que viene
a ser lo mismo, pero el caso es que el
tiempo en esto de la climatología nos está
volviendo un poco locos, o por lo menos
juega con nosotros al despiste.
Después de un verano extremadamente
seco en el que no ha caído ni una
gota de agua, daba la sensación de que
las temperaturas calurosas se negaban
a marcharse y así se ha ido prolongando
el verano y sus parientes más cercanos,
los veranillos de distinto nombre, hasta
que casi llegamos al invierno con calor.
Llover sí ha llovido en el otoño, lo suficiente
para salvar la situación, pero no
ha caído todo el agua que necesitamos,
ni muchísimo menos, y ahí está el ejemplo
de los pantanos de cabecera del Tajo
que siguen estando bajo mínimos; lo cual
no impide que desde el Gobierno central
se sigan autorizando trasvases a un Levante
que ha sufrido las mayores inundaciones
de los últimos años.
Y así llegó el invierno y de repente
vino el frío, que nos pilló casi en manga
corta, pasando en muy pocas horas de
unas temperaturas primaverales a casi
los hielos, las nieves y los bajo cero.
Lo dicho, el tiempo está loco y nosotros
pagamos las consecuencias como
ha ocurrido con el tema de las gripes que
sin ser excesivamente fuertes, han llegado
este año antes de tiempo y si a todos
nos ha pillado despistados, a las autoridades
sanitarias les ha cogido con el
pie cambiado, lo cual no es nada difícil,
porque con la precaria situación a la que
han llevado la atención sanitaria, no es
raro que cualquier cambio o complicación
les pille sin probabilidad de responder.
Y esto es lo que ha pasado con la gripe,
que ha colapsado los centros de salud,
las urgencias y los hospitales sin que
las autoridades sanitarias tengan capacidad
de respuesta, porque entre la escasez
de personal provocada por los despidos
y las no contrataciones y la falta de
camas originada por los cierres que se
han producido, ahora no saben qué hacer
con tanto enfermo de gripe, y las medidas
que se les están ocurriendo demuestran
una vez más su falta de condiciones
y las escasas o nulas posibilidades
de improvisación que tienen para
algo que no debería entenderse como
una situación anómala ya que solo se ha
producido un pequeño adelanto en la llegada
de una epidemia que se repite año
tras año.
Y como suele ocurrir en estos casos,
los más débiles son los más perjudicados
en situaciones de crisis mal entendidas
y peor solucionadas y si en la Comunidad
de Madrid, para no irnos más
lejos la situación planteada por la gripe
se está llevando muy mal en los grandes
centros sanitarios, ni qué decir lo que
está pasando en los pequeños, y ahí
estamos nosotros, con un hospital del
Tajo que ya se ha repetido en distintas
ocasiones en más de un lugar está considerado
como un centro de salud grande
y no como un centro hospitalario como
tal.
La Plataforma en Defensa de la Salud
Pública y Aranjuez Ahora lo dicen muy
clarito e insisten en que lo primero que
se debería hacer es cumplir las promesas
que se han ido haciendo, como por
ejemplo cuando la entonces presidenta
Esperanza Aguirre prometió que todas
las habitaciones de este pequeño hospital
estarían abiertas en el 2017.
Pues bien, estamos en el 2017 y la
conocida como T4 sigue cerrada, mientras
las urgencias se colapsan, los enfermos
ingresan en camillas en los pasillos
y las atenciones son medio mal prestadas
porque no se pueden hacer en las
condiciones mínimas exigidas.
Pero es que claro, abrir más habitaciones
no sólo significa tener más espacio
para ingresar a los enfermos, sino que
exigen un personal que los atienda y por
ahí parece que la Consejería de Sanidad
no está dispuesta a pasar.
Prefieren suspender operaciones programadas
no urgentes y que ya acumulan
un lamentable retraso que tomar las
medidas que realmente podrían solucionar
los problemas , pero es que el principio
que se impone una vez más es no
gastar, aunque la situación lo exija.
Los retrasos que se acumulan en el
Hospital del Tajo son llamativos, pero eso
a nadie parece importarle cuando las
pruebas para las que te dan varios meses
pueden tener una alta importancia
en la correcta atención sanitaria; pero es
que no sólo es destacar la precaria situación
en la que se encuentran los servicios
que se prestan en el hospital del
Tajo, porque de una vez por todas habría
que insistir en los que no se prestan,
ya que hay que volver a repetir que
este gran centro de salud funciona más
como un distribuidor de enfermos a centros
con capacidad de atención sanitaria
que como lo que debería realmente ser,
un centro en el que se atendiera lo que
se necesita.
Estamos ya acostumbrándonos a
escuchar que cada vez que se plantea
un problema grave los enfermos o heridos
o quienes necesiten la asistencia son
trasladados a otros hospitales de la Comunidad
de Madrid. Si es de día, ahí
están los helicópteros, pero si es de noche,
tampoco es que las ambulancias
estén cuando se las necesita y se podrían
citar muchos casos; lo que pasa, y
es preciso escuchar a la Plataforma por
la Salud Pública, es que deberíamos protestar
más de lo que lo hacemos, y acudir
a donde se pueden reflejar estas protestas
para que quede constancia y aceptar
de una vez por todas que no es suficiente
con agarrarnos un enfado monumental
e irnos a casa aguantándonos
como si no tuviéramos que reivindicar
nuestros derechos.
Los problemas del Hospital del Tajo
se multiplican y se repiten con excesiva
frecuencia, pero no se llevan a donde
deberían llevarse, porque siempre te dicen
lo mismo, que ya hay suficientes problemas
en la sanidad madrileña como
para encima llevarles los nuestros, pero
es que resulta que sí, que tenemos que
llevarles los nuestros y tenemos que
empezar a pelear por un hospital que no
sólo se base en el esfuerzo de quienes
allí ejercen sus funciones, porque necesitamos
algo más, necesitamos ser tratados
como nos merecemos y no queremos
nada más.
Problemas, con la
epidemia de gripe
Viene de la 1ª página
Según Luis Velasco, concejal de Aranjuez
Ahora, es premura en los contratos de apenas
15 días "les obligan a desembarcar directamente
sobre el colapsado servicio de
Urgencias, sin permitirles apenas prestar
atención a la continuidad del servicio, a la
labor profesional que deben realizar y a las
necesidades de los pacientes, muchos de
ellos personas mayores con un delicado
estado de salud".
La Comunidad de Madrid prevé que a
lo largo de las próximas semanas se incremente
la afluencia de pacientes a los servicios
sanitarios por el incremento de casos
de gripe, que se encuentra en plena actividad
epidémica, con 106-120 casos por cada
100.000 habitantes, lo que ha implicado la
contratación de 267 personas, en su mayoría
profesionales de enfermería.
Aranjuez Ahora recuerda que este parche
de inestabilidad laboral y sanitaria no
sirve para paliar los años de recortes de personal
y medios que viene sufriendo la sanidad
madrileña: La plantilla del Sermas se
redujo un 7,7% (5.858 profesionales) entre
2009 y 2014, pese a haber crecido la población
asistida en 110.000 personas.
Aranjuez Ahora recuerda que el hospital
de Aranjuez ya nació pequeño, y eso se
está viendo en estos días de colapso: gente
esperando en boxes y en habitáculos sin
las necesarias medidas sanitarias hasta poder
tener una cama en planta; camillas ubicadas
en cualquier sitio, en zonas para
nada apropiadas, sin garantías mínimas, sin
toma de oxígeno... "Esta "política de parcheo"
cuando existe un pabellón entero con
30 habitaciones cerradas por falta de personal
que las mantenga y atienda es algo
inadmisible, que exige soluciones ya reivindicadas
en repetidas ocasiones y que se
seguirán exigiendo desde todos los ámbitos,
porque las enfermedades, y los usuarios
de la sanidad madrileña, no entienden
de tiempos oficiales y precisan de unos
tiempos que deberían ser prioritarios para
una sanidad que se dice pública".
Aranjuez Ahora insiste en que los problemas
que se están sufriendo en Urgencias
se repiten en atención especializada y
en otros departamentos del hospital. "Se están
dando, por ejemplo, citas para hacer escáneres
con hasta seis meses de retraso,
y las citas de revisiones para especialidades
tras pruebas diagnósticas pueden demorarse
hasta nueve meses, y en periodos
vacacionales no se cubren vacaciones ni
bajas, lo que acrecienta esa sensación de
falta de recursos humanos y materiales".