Desencallando - Robert J. Wieland
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(o a la) que será tu esposo (o esposa) hasta que la<br />
muerte os separe, Dios espera que ames a tu pareja,<br />
y que seas feliz en ello. Naturalmente, es posible<br />
que tu pareja falte al espíritu –y a la letra- de ese<br />
compromiso, pero eso no te excusa de cumplir tu<br />
parte. De no ser así, el plan de Dios para el<br />
matrimonio sería una ruina segura.<br />
Y ahora podemos redactar así la pregunta: ¿es<br />
posible amar a un esposo o esposa a quien sientes<br />
que no puedes amar?<br />
La práctica totalidad de los lenguajes modernos<br />
tienen una sola palabra para expresar la noción de<br />
amor. El griego, lenguaje en el que se escribió el<br />
Nuevo Testamento, tenía al menos tres palabras<br />
para expresarlo en sus diferentes acepciones: eros,<br />
philos y ágape. Eros era el equivalente griego de<br />
Cupido, el dios de la pasión, el "amor" que<br />
depende de la belleza o bondad del objeto amado.<br />
Ese es el "equipo" con el que todos nacemos. Los<br />
paganos de antaño asumían que el eros era divino,<br />
puesto que era una misteriosa emoción que parecía<br />
arrastrar como una marea incontenible para<br />
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