EL MAÑANERO NEWSPAPER
EDICIÓN IMPRESA DEL 31 DE MARZO DE 2017
EDICIÓN IMPRESA DEL 31 DE MARZO DE 2017
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Milwaukee, WI. 31 de marzo del 2017<br />
www.elmananeronews.com<br />
Año IX, Edición 226 Comunidad 6<br />
Éramos compañeros de fútbol<br />
en mi ciudad natal de Racine. Me<br />
acuerdo que era un tipo muy tranquilo<br />
y amigable fuera de la cancha,<br />
pero una vez se vestía la camiseta<br />
y se ponía los botines, se volvía<br />
otro. Quisiera revelar su nombre<br />
verdadero, mas sería mejor usar<br />
un seudónimo. Llamémosle Víctor, y<br />
no fue hace mucho que se declaró<br />
residente legal en Facebook.<br />
Nació en el estado de<br />
Jalisco y vivió ahí los primeros<br />
ocho años de su vida. Conserva<br />
bellos recuerdos de esos años:<br />
las dos casas jaliscienses que<br />
tenían sus padres, el uniforme que<br />
se vestía al asistir a una primara<br />
católica, las vacaciones en Manzanillo,<br />
Colima y Puerto Vallarta, los<br />
abuelos, el esfuerzo que Victorcito<br />
proporcionaba hacia los respectivos<br />
negocios familiares a pesar<br />
de su edad, el ritmo de la vida sin<br />
agendas ni relojes, entre otras<br />
cosas. Víctor venía de una familia<br />
que no batallaba económicamente;<br />
sus padres tenían varios negocios,<br />
y aunque no eran ricos, nunca les<br />
faltó nada a los hijos. No obstante,<br />
México cambiaba. Una serie de<br />
asesinatos políticos y la devaluación<br />
del peso en 1994 fomentaron<br />
un sentido de caos total. En el caso<br />
de la familia de Víctor, llegó un año<br />
en el que asaltaron a mano armada<br />
al papá tres veces. “¿Quedémonos<br />
La Opinión de David<br />
<strong>EL</strong> VERDADERO ROSTRO DE LA INMIGRACIÓN: LA HISTORIA DE VÍCTOR<br />
o vámonos?”, se preguntaban los<br />
padres. No se podía seguir así.<br />
Dice Víctor que su<br />
mamá quería que tanto él como<br />
sus hermanos se educaran en<br />
Estados Unidos; creía que el futuro<br />
brindaría mejores frutos allá.<br />
Así que se pusieron de acuerdo:<br />
primero iría el papá, encontraría<br />
trabajo, ahorraría y después mandaría<br />
traer a la familia. La primera<br />
parada fue Los Ángeles, pero al<br />
papá no le gustó. Entonces se fue<br />
hasta el pueblo de Hammond, en<br />
Indiana, donde tenía un hermano.<br />
Ahí obtuvo trabajo como soldador<br />
en una fundición y logró asegurar<br />
una residencia lo suficientemente<br />
grande para todos. Algún tiempo<br />
después, la mamá se fue con su<br />
visa de visitante y sus tres hijitos.<br />
Llegaron en avión, y<br />
en pleno invierno. Nunca habían<br />
visto la nieve, y cómo sufrieron<br />
aquel primer año. Allá en Hammond,<br />
conocieron la estrechez:<br />
no había ni refrigerador, ni<br />
camas donde dormir, ni muebles<br />
donde reposar, ni chaquetas ni<br />
suficientes cobijas que los abrigasen.<br />
Su ropa la consiguieron en<br />
tiendas de segunda mano. Víctor<br />
recuerda que todo le quedaba o<br />
demasiado ceñido o muy flojo.<br />
Seguramente más de una vez<br />
preguntó, al igual que sus hermanos:<br />
“¿Por qué estamos aquí?”<br />
En la escuela, sus compañeros<br />
se burlaban de ellos. Una vez le<br />
invitaron a Víctor a probar un<br />
helado norteamericano, pero en<br />
realidad le habían dado aderezo<br />
ranch para las ensaladas.<br />
Después de un año, la<br />
familia se mudó de nuevo, pues la<br />
abuela materna que vino de visita<br />
desde Jalisco estaba internada<br />
en Racine con unos problemas<br />
de salud. En Racine mejoraron un<br />
poco las cosas, pues había más<br />
hispanohablantes, por lo que se<br />
les facilitó la comunicación. Sin<br />
embargo, a pesar de que el papá<br />
comenzó a trabajar nuevamente<br />
de soldador, no lograron salir<br />
de la pobreza, y las burlas de<br />
los compañeros no terminaron.<br />
Pronto vinieron las responsabilidades.<br />
Nació una hija y Víctor, por<br />
ser el mayor, tuvo que cuidarla<br />
mientras trabajaba su mamá de<br />
segundo turno en un restaurante.<br />
En todo caso, poco a poco, Víctor<br />
logró asimilarse en la escuela.<br />
Por mucho tiempo los salones<br />
de ESL (inglés como segunda lengua)<br />
fueron su zona de confort.<br />
Dice Víctor que reprobaba los<br />
exámenes de inglés a propósito<br />
para quedarse ahí, hasta que un<br />
día una maestra se dio cuenta y<br />
lo echó del programa de ESL para<br />
que estudiara junto a sus coetáneos<br />
anglohablantes. Al principio<br />
le calaban las miradas desaprobatorias,<br />
pero con el tiempo su<br />
inglés mejoró y eso dio lugar a<br />
más amistades. Quiso borrar su<br />
yo pasado y se obsesionó con el<br />
aprendizaje del inglés. Practicaba<br />
a solas e intentó eliminar<br />
cualquier indicio de su acento no<br />
nativo. En la preparatoria, sintió<br />
la aprobación de sus compañeros.<br />
Gozó de una popularidad que<br />
jamás había tenido antes porque,<br />
más allá de hablar inglés, era<br />
bueno para el fútbol y por fin<br />
pudo vestirse de moda, gracias a<br />
ciertos trabajos a tiempo parcial<br />
que pudo obtener.<br />
No obstante, el mundo<br />
se le vino abajo cuando, al querer<br />
postular a la universidad, se enteró<br />
que no tenía una tarjeta de<br />
seguro social. En otras palabras,<br />
sus padres le revelaron que no<br />
tenía estatus legal, y que no iba a<br />
poder estudiar en la universidad.<br />
Se enojaba al preguntarles a sus<br />
papás: “¿Entonces para qué venimos?”<br />
Quiso darse por vencido y<br />
resignarse a trabajar en lo que<br />
fuera. Empeoró su rendimiento<br />
académico y se halló frustrado.<br />
Felizmente, terminó sus<br />
estudios preparatorios y pudo<br />
estudiar un diplomado en una<br />
universidad comunitaria. Pero, al<br />
concluir los estudios, su estatus<br />
migratorio le impedía encontrar<br />
David Petro<br />
alguna empresa que lo contratara.<br />
Trabajó varios años en la industria<br />
del techado comercial. Durante<br />
esos años, fueron los padres de<br />
Víctor que lo apoyaron emocionalmente<br />
para que no perdiera<br />
la fe. Y valió la pena, porque en<br />
el 2012, Obama decretó la orden<br />
ejecutiva de DACA, y con la ayuda<br />
de un abogado, la solicitud de Víctor<br />
fue aceptada. Es más, dicho<br />
año le quedó como la cereza del<br />
pastel, porque también contrajo<br />
matrimonio con una ciudadana<br />
estadounidense.<br />
Después de esperar<br />
un año, a través de un abogado,<br />
comenzó el trámite de pedir la<br />
residencia permanente. Finalmente,<br />
llegó el día. Por lo primera<br />
vez en más de veinte años, había<br />
vuelto a su país natal, mas esta<br />
vez estaba muy lejos de la ciudad<br />
y el estado que lo vieron nacer:<br />
estaba en Ciudad Juárez, Chihuahua.<br />
Insistió que le hicieran su<br />
entrevista inmigratoria en inglés<br />
y asintieron. Poco después, le dieron<br />
las buenas noticias: habían<br />
aprobado su solicitud, y a partir<br />
de ahí, era residente permanente<br />
de los Estados Unidos.<br />
Felicidades Víctor: estás<br />
a un paso de graduarte de una<br />
de las universidades estatales de<br />
Wisconsin. Y para entonces, con<br />
ese título no habrá más trabas.