Pregón Costalero Semana Santa de Mérida 2017

Buenas noches:
Hoy me toca a mí ser la cara y la voz de tantos y tantos corazones
anónimos cofrades de esta ciudad, que guardan vivencias indescriptibles
y que, por desgracia, no tendrán la suerte y el privilegio que hoy estoy
teniendo yo, de poder compartir sus momentos con el mundo y que
todos sepan lo grande que es ser cofrade, lo grande que es ser
costalero. Sirva este humilde pregón como guiño a todos esos
compañeros.
"Para que siga la tradición y los años
se rompan en el tiempo, pero que el amor
del Costalero siga vivo",
dijo en una ocasión un poeta del martillo, D. MANUEL SANTIAGO.
En mi caso no había una tradición familiar que me empujara al palo, al
varal, a la trabajadera. Si les soy sincero, sin estar lejos, tampoco es
que mi familia estuviera excesivamente cerca de la Iglesia.
Si tuviera que encontrar un culpable de mi cercanía con la Iglesia, ese
sería D. ANTONIO CAMPOS. Yo fui uno de esos "niños" de Antonio
Campos, de esos a los que nos tenía a diario en la parroquia con
juegos y entretenimientos, con un trato jovial y llano, muy llano.
Cuando hablo de que soy uno de esos "niños" de Antonio Campos, me
refiero a uno de los pequeños, porque los otros "niños", los mayores,
ya estaban pensando, con su apoyo, en crear una Cofradía en la
Parroquia, en el barrio.