revista complete

“For you”
¡No! ¡No quiero! – Grité- ¡Está fea!
Él fingía tomar el jarabe.
-Pero si esta rico, si no te lo tomas tú, me lo tomo yo y te lo pierdes – me decía
juguetón.
Sí, así era como una niñita creía que la medicina era rica hasta que lo prueba por
sí misma.
Aún con seis años trataba de entender o que me decía, nos gustaban mucho los
cuentos de terror y me contaba de sus experiencias con “criaturas del más allá”
como él decía, con entonación incluida.
Hay que tener miedo a los vivos, los muertos no te pueden hacer nada - decía,
esa era su frase.
Siempre se quedaba al costado contándome esas historias viejas y tan buenas
que los abuelitos siempre tienen.
Él siempre velaba por mi salud; era una niña de enfermarme seguido, él iba de
doctor en doctor conmigo en sus brazos, ni la edad era un impedimento para
sacar fuerzas y correr conmigo hasta el infinito, si era necesario, para sanarme.
La vida me dio la oportunidad de cambiar papeles, ahora soy yo la que está
sentada a su costado, tratando de entender como es el dolor que siente,
queriendo que ese dolor lo cargue yo porque él ya cargó conmigo durante 14
años.
Ahora yo te miro hasta que el sueño te venza, ahora yo pido a Dios que vivas
eternamente.
Me pregunto si dolerá mucho, como seguramente él lo hacía con respecto a mí.
Ahora yo soy la que trata de sacarte una sonrisa dándote las pastillas en
avioncito como tú solías hacerlo.
Autora: Keissy Soplopuco