VIRGEN ASUNCIÓN DE MARÍA
Programa en Honor a Nuestra Virgen Asunción de María 2017 SUB COMISIÓN DE GRÁFICOS
Programa en Honor a Nuestra Virgen Asunción de María 2017
SUB COMISIÓN DE GRÁFICOS
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“Aquella misteriosa dama”<br />
8<br />
Ella caminaba lentamente, sin dejar huella sobre el<br />
lodo que la lluvia del mes de agosto solía formar en las<br />
calles del pueblo. Llevaba sobre ella un manto blanco<br />
de fina seda, que sólo permitía ver parte del perfil de su<br />
rostro. Su rosado rostro, parecía marchitarse de tristeza<br />
con cada segundo que contemplaba lo que frente a sus<br />
ojos pasaba.<br />
Era domingo diecisiete de agosto del año mil<br />
novecientos dieciocho, el pueblo parecía inundado<br />
de licor y fiesta. No era para menos; la fiesta que<br />
solía celebrarse hasta el dieciséis de agosto, se había<br />
prolongado un día más, debido a la complicidad del<br />
calendario. Unos regresaban a casa tambaleantes,<br />
acompañados de las primeras luces del día; otros<br />
parecían no enterarse que la música de la fiesta se<br />
había apagado un par de horas atrás, y continuaban<br />
con los brindis y arengas por doquier: ¡Viva la fiesta de<br />
la patrona!¡Que viva nuestro querido pueblo!¡Que viva<br />
su gente! Era lo que podía oírse entre confusas arengas<br />
que la embriaguez no dejaba pronunciar claramente.<br />
Eran días de fiesta que todos parecían disfrutar hasta<br />
el último segundo.<br />
Detenida, sobre una de las esquinas del ingreso a lo que<br />
hoy es la plaza de armas, la enigmática mujer dio fin<br />
a su silencio con un estruendoso grito: ¡Se incendia la<br />
iglesia! ¡Se incendia la iglesia! , antes de echarse a correr<br />
desesperadamente con rumbo desconocido.<br />
Este último grito, perdido en la indiferencia de quienes<br />
continuaban celebrando las fiestas de la Patrona del<br />
pueblo, pareció tomar eco en las primeras señales de<br />
humo que empezaron a brotar de la parte posterior de<br />
la iglesia. En pocos segundos, la pequeña humareda dio<br />
paso a enormes lenguas de fuego, que parecían crecer<br />
de manera incontrolable, sin que el débil esfuerzo de<br />
los pocos pobladores, lograse aplacar la furia del voraz<br />
incendio.<br />
Cubetas de agua pasaron y pasaron, entre las manos<br />
de desesperados pobladores que recordaban con<br />
asombro el anuncio dado por la enigmática mujer.<br />
Pasada muchas horas, y logrado contener las llamas,<br />
hicieron su ingreso a la iglesia un pequeño grupo de<br />
pobladores encargados de evaluar el estado real de la<br />
catástrofe. Dentro de la iglesia, el panorama era más<br />
que entristecedor: Altares, bancas, enseres, imágenes,<br />
etc. Todos convertidos en cenizas.<br />
La intensa tristeza, de quienes veían con resignación<br />
las ruinas en las que se había convertido la iglesia<br />
mayor del pueblo, no permitía que vieran, que, en<br />
medio de la disipación del humo, se abría ante ellos<br />
un hecho milagroso. En un acto que hasta hoy es<br />
inexplicable, el altar mayor de la Virgen de la Asunción,<br />
había permanecido intacto a las llamas de fuego que<br />
habían destruido todo a su alrededor. Sin embargo, y<br />
a pesar de estar intacto, la imagen de la virgen no se<br />
encontraba sobre el pedestal de madera en el cual<br />
había estado horas atrás. Infructuoso fue el esfuerzo de<br />
búsqueda, por más que se buscó, dentro y fuera de la<br />
iglesia, solo se logró encontrar la corona de plata de la<br />
virgen, y unos grilletes de fierro, que habían sostenido<br />
la imagen de la virgen al pedestal en el que se ubicaba.<br />
Igual de infructuosa fue la búsqueda, por encontrar a la<br />
misteriosa mujer que horas antes había anunciado el<br />
inicio del incendio.<br />
-Adaptación: Carlos Ruiz-