Surf a Vela N313 AgostoSeptiembre 2017

odaje estaba formado por personas de Alemania,
España, Reino Unido, Austria y Guadalupe.
Dispuesto para viajar rumbo al Caribe
me reuní en el aeropuerto de Frankfurt con
Hannah Whiteley y el freestyler austríaco
Max Mattissek. 10 horas más tarde, solucionados
algunos problemas de sobrepeso con
nuestro equipaje, aterrizamos en el Aeropuerto
Internacional Grantley Adams preparados
para entrar en acción. Si nunca has
estado en el Caribe en esta época del año
debo advertirte que, cuando bajas del avión,
el “cambio climático” resulta como poco impresionante.
Con la temporada de lluvias a
punto de dar comienzo, 28ºC de temperatura
y una humedad del 100% se requiere algo
de tiempo para aclimatarse a las condiciones
locales. Quizás con el propósito de tranquilizar
a los foráneos, el primer cartel que puede
leerse en la isla te da la bienvenida con un
EL PRIMER CARTEL
QUE PUEDE LEERSE
EN LA ISLA, TE DA LA
BIENVENIDA CON UN
RELÁJATE ¡ESTÁS EN
BARBADOS!
“Relájate ¡Estás en Barbados!”. Lo mejor del
caso es que los operarios encargados de descargar
nuestro equipaje parecían tomarse al
pie de la letra este eslogan… Hasta 2 horas
después de haber aterrizado no salimos de la
terminal del aeropuerto con destino al parking
donde Brian nos estaba esperando junto
con Sunshine, Rainbow, Ocean y Lion (4 de
sus hijos).
Expresión del sueño caribeño
Los primeros días en la isla disfrutamos de
buenas olas y viento para navegar. A media
semana la intensidad del viento fue menguando,
pero todavía era suficiente para
hacer alguna que otra sesión. Las condiciones
habituales en Barbados permiten navegar
con las velas de entre 5.0 y 6.0m. Al
menos durante el mes de junio, entrar en el
agua con velas más pequeñas (4.5-4.7m) es
algo poco habitual. Algunos días Max y yo,
que decidimos viajar a Barbados con velas
de 5.0 y 5.2m, tuvimos que conformarnos
con seguir las evoluciones de Hannah con
el kite. Las cosas podrían haber salido peor
pero afortunadamente el viento volvió por
sus fueros y tuvimos oportunidad de hacer
algunas sesiones de 3 horas que nos pasaron
factura en forma de llagas (el agua caliente
hace que la piel sea más sensible a la fricción
de la mano con la botavara). Este es el único
“inconveniente” que tiene navegar en este
tipo de condiciones. Por lo demás lo único
que se necesita es una buena dosis de protección
solar, mucha hidratación y una lycra
para protegerse contra de los rayos solares.
Algo que nos llamó la atención durante nues-
surf a vela //
21