Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01
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<strong>Harry</strong> deseó tener ocho ojos más. Movía <strong>la</strong> cabeza en todas direcciones<br />
mientras iban calle arriba, tratando de mirar todo al mismo tiempo: <strong>la</strong>s tiendas,<br />
<strong>la</strong>s cosas que estaban fuera y <strong>la</strong> gente haciendo compras. Una mujer regordeta<br />
negaba con <strong>la</strong> cabeza en <strong>la</strong> puerta de una droguería cuando ellos pasaron,<br />
diciendo: «Hígado de dragón a diecisiete sickles <strong>la</strong> onza, están locos...».<br />
Un suave ulu<strong>la</strong>r llegaba de una tienda oscura que tenía un rótulo que<br />
decía: «El emporio de <strong>la</strong>s lechuzas. Color pardo, castaño, gris y b<strong>la</strong>nco».<br />
Varios chicos de <strong>la</strong> edad de <strong>Harry</strong> pegaban <strong>la</strong> nariz contra un escaparate lleno<br />
de escobas. «Mirad —oyó <strong>Harry</strong> que decía uno—, <strong>la</strong> nueva Nimbus 2.000, <strong>la</strong><br />
más veloz.» Algunas tiendas vendían ropa; otras, telescopios y extraños<br />
instrumentos de p<strong>la</strong>ta que <strong>Harry</strong> nunca había visto. Escaparates repletos de<br />
bazos de murcié<strong>la</strong>gos y ojos de angui<strong>la</strong>s, tambaleantes montones de libros de<br />
encantamientos, plumas y rollos de pergamino, frascos con pociones, globos<br />
con mapas de <strong>la</strong> luna...<br />
—Gringotts —dijo Hagrid.<br />
Habían llegado a un edificio, b<strong>la</strong>nco como <strong>la</strong> nieve, que se alzaba sobre <strong>la</strong>s<br />
pequeñas tiendas. De<strong>la</strong>nte de <strong>la</strong>s puertas de bronce pulido, con un uniforme<br />
carmesí y dorado, había...<br />
—Sí, eso es un gnomo —dijo Hagrid en voz baja, mientras subían por los<br />
escalones de piedra b<strong>la</strong>nca. El gnomo era una cabeza más bajo que <strong>Harry</strong>.<br />
Tenía un rostro moreno e inteligente, una barba puntiaguda y, <strong>Harry</strong> pudo<br />
notarlo, dedos y pies muy <strong>la</strong>rgos. Cuando entraron los saludó. Entonces<br />
encontraron otras puertas dobles, esta vez de p<strong>la</strong>ta, con unas pa<strong>la</strong>bras<br />
grabadas encima de el<strong>la</strong>s.<br />
Entra, desconocido, pero ten cuidado<br />
Con lo que le espera al pecado de <strong>la</strong> codicia,<br />
Porque aquellos que cogen, pero no se lo han ganado,<br />
Deberán pagar en cambio mucho más,<br />
Así que si buscas por debajo de nuestro suelo<br />
Un tesoro que nunca fue tuyo,<br />
Ladrón, te hemos advertido, ten cuidado<br />
De encontrar aquí algo más que un tesoro.<br />
—Como te dije, hay que estar loco para intentar robar aquí —dijo Hagrid.<br />
Dos gnomos los hicieron pasar por <strong>la</strong>s puertas p<strong>la</strong>teadas y se encontraron<br />
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