TFN Julio

Alimento
ESPIRITUAL
Controlando la ira
Rafael Vargas
Ministro del Evangelio
Gandhi menciono un episodio de ira
como la experiencia más creativa de su
vida. Luego de vivir un acto de injusticia,
decidió que lucharía por los derechos de
su raza, a cualquier costo. La ira puede
ser una asombrosa fuerza creativa. Ef.
4:26 “Airaos, pero no pequéis; no se
ponga el sol sobre vuestro enojo”.
Vamos a hablar de esa persona a quien
el común de los mortales califica como
una buena persona.
Es una persona que no tiene enemigo
alguno. Sin embargo, la popularidad no
es sinónimo de intimidad y esta persona
es apreciada superficialmente por
su entorno. Existen razones para ello:
La cuestión es que, si esa persona no
puede mostrar su enojo, tampoco podría
mostrar su amor. Sus emociones están
fuertemente controladas al punto que no
las demuestra. Sin saberlo, con su pasiva
hostilidad, envenena sus relaciones.
No existe nadie que nunca se enfade,
solamente existen personas que suprimen
su enojo.
La hostilidad pasiva trae problemas a la
amistad. Hay personas que se ofenden y
cuando les peguntas si están enojados te
responden con un contundente NO, aunque
sus movimientos y su rostro destilan
otro tipo de aire. Esa es una manera muy
sucia de pelear. Las personas con hostilidad
pasiva son mucho más difíciles de
soportar que aquellas que expresan honesta
y directamente su enojo. El resultado
final es que todo lo toxico acumulado
de estas situaciones termina dañando la
amistad.
Ocasionalmente la buena persona explota.
Cuando nos enojamos y nos volvemos
irracionales, generalmente se debe
a que la ira se ha ido acumulando durante
algún tiempo y es como una caldera a
vapor a punto de estallar. Es por eso que
de pronto un desconsiderando conductor
o alguien a quien amamos sea quien
cause la explosión. En cualquier caso, el
vapor puede ser muy peligroso.
Cuando la persona común estalla en
una rabia incontrolable, nadie puede
entender que es lo que le pasa. Con el
tiempo, su rabia se agota y la persona
se siente culpable, se disculpa y regresa
a su manera pasiva de lidiar con las
cosas. Cuando las personas pasivamente
hostiles explotan, su expresión de ira
es desproporcionada a lo que la causo,
debido a que realmente están ventilando
muchas penas pasadas al mismo
tiempo. Cuando nuestra rabia finalmente
erupciona no siempre es correctamente
dirigida. Un ejemplo común es el del padre
que llega irritado del trabajo y explota
la casa con la esposa o los hijos dañando
su hogar.
Debido a que la agresión, frustración e
ira son emociones comunes para todos
nosotros, las mejores relaciones se
construyen permitiendo la entrada de
sentimientos negativos. No conozco ninguna
relación íntima que no necesite de
algo de irritabilidad y hostilidad eventual,
y si las partes están de acuerdo a darle
ocasionalmente la bienvenida a la negatividad,
puede ser de mucha ayuda.
En realidad, la ira puede ser una fuerza
positiva. Los ojos de Cristo también brillaron
a causa de la ira al echar a los mercaderes
del templo, y el pacifista Martin
Luther King dijo: “Cuando estoy furioso
puedo escribir, orar y predicar bien, ya
que la totalidad de mi naturaleza se alista,
mi comprensión se agudiza y todas
las vejaciones y tentaciones mundanas
se van”. Esto es ira bien manejada.
Las relaciones saludables permanecen
así, no solamente porque dejas salir tus
sentimientos negativos cada vez que
ocurren, sino también porque dejas que
tu ser amado haga lo mismo.
Tus amigos serán afortunados, si pueden
ser malgeniados cuando necesiten serlo,
y no los rechazaras.
Todo sería más fácil si reconoces que la
rabia que sienten otros, a veces no tiene
nada que ver contigo. Simplemente
están de mal humor y necesitan destilar
algo del veneno con tu ayuda.
Todos estudiamos en la escuela, el instinto
de “pelea o corre” que compartimos
con los animales menos evolucionados.
Cuando escuchamos lo que parece ser
una explosión, mensajes rápidos traspasan
la corteza y estimulan los nervios, los
cuales bombean adrenalina hacia ciertas
áreas en donde esa primitiva parte del
cerebro asume que se necesita. Vastas
cantidades de sangre son enviadas a
los pulmones y extremidades para darnos
la capacidad necesaria para pelear
o correr. Pero, esto no nos sirve bien hoy,
cuando alguien nos cierra el paso con
su vehículo, nos encontramos comportándonos
de manera irracional con un
extraño que, de todos modos, no merece
importancia.
A no ser que nuestras vidas corran verdadero
peligro, necesitamos algún tiempo
para permitir que esos estimulantes
físicos se agoten y que la parte racional
del cerebro comience a funcionar nuevamente.
Son necesarios 20 minutos
para que la adrenalina salga del sistema
nervioso. Si somos pacientes y tomamos
nuestro tiempo, no seremos dominados
por nuestra ira.
Encuentra una salida física a tus agresiones,
especialmente si pierdes el control.
Nuestro bienestar físico puede influir
enormemente en nuestras emociones. Si
ves que estás irritable y de pronto estallas
por cualquier cosa, puedes encontrar
una solución simple como dormir más o
beber menos.
¿Qué sucede cuando la ira de alguien
está dirigida a ti? No he conocido una
persona que disfrute ser receptora de
la hostilidad de otro. Puede suceder en
cualquier momento y probablemente
será saludable para la relación si puedes
seguir ciertas reglas para soportar la
amargura de tu amigo(a).
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