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¿Cuánto estamos dispuestos a dar o hacer los padres por<br />
cada uno de nuestros hijos?<br />
Esta es una pregunta que los padres ni siquiera nos la hacemos. Sabemos que<br />
damos todo. ¿Y quién es Dios? Sabemos que es nuestro Padre, nuestro amado<br />
Padre. Entonces, si Él que es nuestro Papá y es todopoderoso y puede dar y hacer<br />
más que cualquier papá humano, ¿por qué nos deja sufrir tanto?,¿ por qué<br />
tenemos que vivir de forma desdichada y soportar atrocidades? O acaso es Su<br />
Voluntad de que pasemos todas estas desgracias que conocemos? ¿Por qué la<br />
gente está acostumbrada a decir “si Dios quiere…” cómo si Él verdaderamente lo<br />
pudiera querer? ¿Cómo podría Él dejarnos caer una y otra vez en el abismo?<br />
La respuesta queridos hermanos, fue recibida por Madre Esmeralda, La Madre,<br />
que ha pasado también por todo como hemos pasado los hijos. Ella recibió<br />
muchísimos mensajes del Padre donde aclara por qué y para qué estamos aquí.<br />
Este Universo no se crea por casualidad ni por fenómenos que la Ciencia pueda<br />
explicar hasta el momento. Es el pecado original, es la falta al Padre cometida en<br />
el Cielo que devino en este ciclo de vidas infortunadas que nos hace ser<br />
partícipes de esta rueda que parece no tener fin.<br />
Nuestro Creador nos dio todo, o casi todos los poderes que Él tenía, así como el<br />
libre albedrio. Pero sólo se reservó el poder de procrear, pero algunos de los hijos<br />
también desearon ese poder. La rebelión contra Nuestro Amado Padre fue muy<br />
grande, y muy difícil de resolver. Nuestro Hermano Jesús se ofreció a padecer Él<br />
solito toda la purificación necesaria para purgar el dolor causado. Pero los<br />
hermanos fieles al Padre estuvieron para detener ese martirio que hubiera sido<br />
interminable. Así los rebeldes debieron venir a purificarse y los hijos fieles<br />
decidieron acompañar el dolor que sufrirían los demás. Pero Dios no se quedó<br />
atrás. No se quedó en el Cielo esperando la reconversión y el nuevo tiempo, sino<br />
que quiso también compartir el sacrificio. Y además nos dijo que carga sobre Él<br />
diez veces lo que soporta cada ser humano. Entonces, ¿podemos seguir diciendo<br />
que todo lo que acontece es Voluntad divina? Tendremos la humildad suficiente<br />
para que algún día se nos ocurra preguntarnos:” si Dios es mi Padre y Él nos<br />
ama, si el Padre es Amor, ¿cómo puede ser que estemos viviendo este infierno?”<br />
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