8 Propuestas Arquitectónicas

una única terminal. El resultado es un aeropuerto más simbólico, que
proporciona claridad y confort al pasajero, y mantiene flexibilidad a
largo plazo, pues se trata de una solución más compacta y eficiente
en tanto que elimina el uso de trenes subterráneos para pasajeros.
Al respecto ha dicho Norman Foster: “La reinvención del aeropuerto
convencional con la terminal de Stansted en la década de 1990 fue
emulada en todo el mundo. El Nuevo Aeropuerto de México rompe
por primera vez con aquel modelo. Será pionero de un nuevo concepto,
con grandes claros y una sola envolvente, lo que permitirá
alcanzar nuevos niveles de eficiencia y flexibilidad. Y será hermoso.
La experiencia para los pasajeros será única. Su diseño proporciona
un recinto con la mayor flexibilidad posible para satisfacer el cambio
interno y el incremento de su capacidad. México ha aprovechado
realmente la iniciativa de invertir en su aeropuerto principal, entendiendo
su importancia social y económica y la planificación para el
futuro. No habrá nada que se le parezca en el mundo.”
Simbolismo
Desde el principio, nuestro proyecto se ha inspirado en las raíces y
en la monumentalidad que distingue a nuestra arquitectura desde
la época prehispánica. Desde las primeras ideas, pensamos que los
elementos del escudo nacional: el águila, la serpiente y el nopal, debían
estar representados, pues el sitio elegido para la construcción
es el antiguo lago de Texcoco, donde la leyenda ubica su avistamiento
por los aztecas en peregrinación.
En el oeste del lago de Texcoco se fundó Tenochtitlan, la ciudad que
marcó profundamente a Mesoamérica, con el símbolo de un águila
devorando una serpiente sobre un nopal, símbolo que ha sobrevivido
más de 500 años. En el diseño de nuestro proyecto pueden
apreciarse las partes integrantes del escudo nacional, la X del nombre
de México en la forma de la estructura, el sol como elemento
unificador al centro, y en interiores los colores y formas del arte
popular mexicano.
La vía de acceso se construirá con elementos que simbolicen la serpiente;
un jardín de cactáceas recibirá a quienes lleguen a la terminal,
y el techo de la entrada evocará las alas de un águila en vuelo.
Todo, en una estructura ligera que nos conecta de inmediato con la
experiencia de volar.
El sol fue símbolo fundamental entre las culturas mesoamericanas,
y los nahuas fueron el Pueblo del Sol. Basta ver el Calendario
Azteca. Aquí marcará el espacio central, que contiene el programa
comercial, y desde donde los pasajeros irán a las áreas de partida.
El arte mexicano y la arquitectura misma se distinguen por su intenso
colorido. Un ejemplo evidente son nuestros textiles regionales.
Proponemos convocar a los artistas y artesanos mexicanos para
adornar con estos colores algunos de los espacios del aeropuerto,
en exposiciones temporales y piezas que tengan una mayor
permanencia.
Envolvente ligera
Propusimos una sola terminal con planta en forma de X, simbólicamente
la X de México, que consiste en cuatro muelles que se extienden
paralelamente en pares desde un gran volumen central. El edificio
está envuelto en su totalidad por una cubierta ligera que baja
hasta tocar el suelo, formando columnas portantes, y que se abre
en la parte central para ofrecer vistas al cielo a través de un impresionante
lucernario circular. Una de las inspiraciones clave para
esta estructura de grandes claros fue la colaboración de Norman
Foster con el visionario arquitecto e inventor Richard Buckminster
Fuller: la secuencia de estructuras geodésicas conectadas en forma
de burbuja combina el espíritu innovador de Buckminster con las
tecnologías más sofisticadas de la actualidad.
El punto de partida en todos nuestros diseños es siempre la experiencia
del usuario. Con cambios de nivel mínimos, el uso de luz
natural y una estructura diáfana, la orientación es clara e intuitiva.
Incluso son visibles los puentes de abordaje, para resaltar los puntos
de llegada y salida, en lugar de localizarlos en un espacio cerrado,
como es usual. Con más claridad, transparencia y flexibilidad, en el
dramático espacio central, donde el edificio se abre al cielo, existe la
posibilidad de llevar a cabo una amplia variedad de actividades.
Esto es posible gracias a que el claro interno máximo alcanza 170
metros de longitud. Este y los demás claros, que se alargan el triple
de lo que miden los de un aeropuerto convencional, generan
una escala monumental inspirada en la arquitectura y el simbolismo
tanto de la época prehispánica, como de la modernidad mexicana.
Fernando Romero EnterprisE + Foster + Partners
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