Desigualdad extrema OXFAM
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DESIGUALDAD EXTREMA EN MÉXICO<br />
CONCENTRACIÓN DEL PODER ECONÓMICO Y POLÍTICO<br />
Aunque con algunas variaciones, el nivel y la trayectoria de las dos mediciones alternativas son<br />
muy similares. La gráfica muestra dos resultados conocidos: 1) que entre mediados de los noventa<br />
y 2010 disminuyó significativamente la desigualdad del ingreso en México, y 2) que al menos, con<br />
base en los datos de la OCDE en 2012, la magnitud de la desigualdad en México es mayor de lo que<br />
era a principios de los ochenta. 4<br />
La reciente reducción de la desigualdad en México se ha atribuido a tres factores principales: a las<br />
remesas que reciben los hogares mexicanos de bajos ingresos (principalmente en zonas rurales);<br />
a la mejor focalización de algunos programas sociales (en particular Prospera, antes Progresa u<br />
Oportunidades); y a una menor desigualdad en los ingresos salariales. 5<br />
Si bien en México resulta innegable una mejoría en la distribución del ingreso entre los hogares que<br />
forman parte de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGHs), en la medida en<br />
que las encuestas en las que se basan estas estimaciones no capturen correctamente el ingreso<br />
de las personas en la parte más alta de la distribución, las cifras no reflejarán de manera certera el<br />
verdadero estado de la distribución total del ingreso en México. 6<br />
Otro problema con estas cifras reside en que la tendencia decreciente de la desigualdad no parece<br />
ser compatible con otros aspectos por demás conocidos de la economía mexicana. En particular,<br />
que en las últimas dos décadas han coincidido dos eventos dicotómicos: crecimiento del ingreso<br />
per cápita y estancamiento de las tasas de pobreza en el país. Esto sólo se explica si el crecimiento<br />
del ingreso se concentra en la parte superior de la distribución del ingreso, situación incompatible<br />
con la reducción de este aspecto de desigualdad.<br />
Así, las discrepancias han dado lugar a múltiples demandas de acceso a fuentes de información<br />
alternativas para obtener mayor claridad de lo que realmente ocurre en las esferas altas de la<br />
distribución en nuestro país. A falta de información oficial al respecto, se ha optado por otros<br />
caminos: a saber, las declaraciones fiscales. Así, de manera indirecta, a través de métodos<br />
estadísticos, se obtienen estimaciones de lo que podría suceder en esa franja de la población—por<br />
demás inobservada—de México. 7<br />
Esta información resulta particularmente importante para el propósito de este estudio, pues sin<br />
duda es más relevante como medida del grado de captura económica—y política—de las élites<br />
de este país. Lo anterior lo han hecho Campos, Esquivel y Chávez (2014, 2015). A continuación<br />
presentamos dos de estos resultados.<br />
4<br />
Véase Esquivel (2011) y OCDE (2014), respectivamente. Campos, Esquivel y Lustig (2014) analizan el ascenso y descenso de la desigualdad<br />
en México.<br />
5<br />
Véase Esquivel (2011) y Esquivel, Lustig y Scott (2012).<br />
6<br />
Véase Alvaredo (2010), Székely y Hilbert (1999) y, más en general, Piketty (2014).<br />
7<br />
Otra posibilidad es conseguir datos fiscales. Esta opción, sin embargo, no es posible utilizarla todavía en México porque las autoridades<br />
hacendarias no han aceptado hacer pública esa información.<br />
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