REVISTA 53
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Gente del cole<br />
47<br />
Ramón, algo más que la persona de mantenimiento<br />
“Me encanta el buen ambiente del cole”<br />
En sus 3 años en el colegio se ha ganado el cariño<br />
de los niños y el reconocimiento de compañeros,<br />
profesores y jesuitas, por su constante actitud<br />
de servicio. Durante muchos años fue jefe de obra<br />
en grandes empresas de la construcción, llegando<br />
a dirigir equipos de 300 personas a su cargo.<br />
Ramón, en plena faena y rodeado de alumnos del Colegio.<br />
Ramón Sanmartín Soto,<br />
del equipo de mantenimiento<br />
del Colegio, nació hace<br />
47 años en Lalín, actualmente<br />
vive en Vigo, y está<br />
a punto de cumplir su tercer<br />
año en el Colegio Apóstol,<br />
en donde aterrizó un 8 julio<br />
de 2014.<br />
Lleva, desde los 18 años,<br />
en el mundo de la construcción<br />
y la restauración. A esa<br />
edad se fue a Madrid y estuvo<br />
casi dos décadas seguidas<br />
trabajando fuera de su Lalín<br />
natal.<br />
En la capital de España<br />
trabajó en la restauración de<br />
edificios y en obra nueva. A<br />
diferencia de en la actualidad,<br />
en donde solo son dos<br />
personas en el equipo de<br />
matenimiento, Ramón siempre<br />
ha estado acostumbrado<br />
a trabajar y coordinar grupos<br />
grandes como jefe de obra.<br />
“Habitualmente tenía de 40<br />
a 60 personas a mi cargo.<br />
El momento de mayor actividad<br />
fue cuando construimos<br />
el Palacio de Congresos de<br />
la Expo de Zaragoza. Llegué<br />
a tener responsabilidad<br />
sobre 300 personas que trabajaban<br />
en dos turnos, día y<br />
noche”.<br />
En 2010, con 40 años,<br />
su empresa cerró y quedó en<br />
paro con dos hijos. Volvió a<br />
casa de sus padres a trabajar<br />
en el restaurante familiar durante<br />
cuatro años.<br />
La gente que más le conoce,<br />
destaca de él su actitud<br />
positiva cada día, su sonrisa<br />
permanente, su disponibilidad,<br />
su vocación de servicio…<br />
“Soy como Dios, estoy<br />
en todas partes”, dice. En el<br />
colegio reconoce que hace<br />
“de todo y que cada día se<br />
le pueden plantear hasta 50<br />
tareas diferentes”. Además de<br />
mantenimiento, se encarga<br />
de coordinar la entrada y salida<br />
de autobuses del colegio,<br />
y también ha sido monitor en<br />
los buses escolares. De ahí<br />
su magnífica relación con los<br />
alumnos, especialmente con<br />
los más pequeños.<br />
Su especial relación con<br />
los más pequeños<br />
Su mejor anécdota<br />
durante estos 3 años en<br />
el Apóstol la protagonizaron,<br />
precisamente, los<br />
más pequeños. “Un día<br />
llegué a una clase y todos<br />
los niños se abrazaron a<br />
mí. La sonrisa de un niño<br />
es lo mejor que te puede<br />
pasar”. No es raro verle<br />
trabajar rodeado de niños,<br />
para quienes tiene<br />
una atracción especial.<br />
Es padre de dos hijos,<br />
uno de ellos ya está realizando<br />
la carrera militar y<br />
la niña, estudiando.<br />
Lo que más le ha<br />
llamado la atención del<br />
colegio, desde que llegó<br />
en 2014, es la gente.<br />
“El buen ambiente que<br />
hay aquí. El trato entre la<br />
gente es fantástico. Entre<br />
compañeros, profesores,<br />
alumnos, todos…”<br />
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