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Aprender valores es una parte vital del
proceso de desarrollo de cada persona.
Ya sean jóvenes o viejos, nuestros valores
y creencias siempre están evolucionando.
Inculcar valores es un proceso constante
y no solo un programa de una sola vez.
Los valores son virtudes, ideales y cualidades, son
los principios rectores que dan forma a nuestra
concepción del mundo. Para que cualquier sistema
crezca, creemos que la adquisición de valores
en la consistencia del modelo es importante.
El proceso de valoración comienza primero
con el individuo. Así como la internalización de
la información es el proceso de aprender algo
para que pueda ser utilizado como base para
la producción. Una vez que los valores han sido
internalizados en un individuo, pueden reproducirse
hacia su entorno inmediato y luego hacia aquellos
en su esfera externa de influencia, como su
comunidad, las personas que no conocen y su país.
A menudo vemos que el "patriotismo" se limita
a apoyar al equipo de fútbol nacional o local o
que se enorgullece de sus atracciones turísticas
locales. Estos muestran que las personas no
han aprendido a valorarse a sí mismas, están
mostrando 'valor' desde un lugar de egoísmo
y no desde un verdadero estado de valor.
La instilación del verdadero valor es la siembra
y el cultivo desde la infancia, para hacer
personas responsables, autónomas y libres.
En la infancia, la construcción de la misma se
consolida, como dice Einstein, "dar ejemplo no
es la principal forma de influir en los demás, es
el único". Sin la coherencia de decir y hacer, el
rendimiento educativo pierde su fuerza y sentido.
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