Revista 5
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La importancia de<br />
hablar en lenguas.<br />
1 Corintios 14:1-14<br />
El apóstol Pablo nos enseña que debemos hablar en<br />
lengua espiritual en vez de hablar en español porque<br />
hablando en lenguas hablamos secreto con Dios,<br />
cuando uno habla en lengua los demonios nos saben lo<br />
que habla. El hablar en lengua es un arma espiritual,<br />
ellos no entienden lo que digo. Cuando el hombre peca<br />
la mente queda restringida por sus pensamientos.<br />
Si dejamos de pensar con nuestra mente y permitimos que el espíritu fluya vamos a<br />
llegar lejos.<br />
Judas 1:20 orar en el Espíritu Santo es orar en el idioma de Dios. Es un don espiritual<br />
que nada tiene que ver con la mente, no es un idioma, puedo decir 3 palabras y que<br />
signifique un párrafo. Si mi mente esta pensando en los problemas nada voy a recibir.<br />
No hay iglesia si no hay don de lenguas, el don de lenguas es la llave que abre las<br />
puertas, a otros dones, a sanidad, a la prosperidad.<br />
El dinero es material, pero la prosperidad es espiritual y viene de Dios, no es<br />
material.<br />
Cuando uno se queda con el principio de este don, porque no lo practica, la lengua<br />
son aguas estancadas, y es por eso hay cristianos que comienzan a amargarse. Hay<br />
gente que no recibe su milagro porque la biblia dice que si tuvieras fe recibirás todo lo<br />
que pidas, y la fe se desata con el hablar en lengua. Como se darán cuenta, es más<br />
importante hablar en lengua que en castellano. ¿Por qué no recibimos cuando<br />
oramos? Porqué oramos en castellano. Debemos orar en lenguas, sin utilizar la mente<br />
que está contaminada, utilizando lo espiritual no voy a dudar. La mente te baja a la<br />
realidad, pero cuando oro en el espíritu, hablando en lenguas me meto a la mente de<br />
reino que sobrepasa la mente carnal, sobrepasa la mente.<br />
Cuando hablamos en lengua, hablamos diferente, las lenguas te santifican, es como<br />
fuego, pasa un ángel con fuego y debo santificarme, por eso no debo decir malas<br />
palabras, no tengo que ni refrenarme, porque de la abundancia del corazón habla<br />
nuestra boca, porque de una misma boca no puede salir agua dulce y agua amarga.<br />
Cuando hablamos en lengua se va los miedos, se va la inseguridad porque está<br />
corriendo el río de agua de vida y rompo con toda la carne.