Periodico 1M

CONTAR LO QUE VEMOS
NO LO QUE PENSAMOS
La izquierda sin temor a equivocarnos
muchas veces ha ganado el debate ideológico,
las muestras son claras: militantes
con gran formación intelectual dispuestos
a dar toda su energía en la construcción
de un texto que desmorone al poder, hay
en todas las organizaciones y todos los
espacios. Su capacidad intelectual la han
puesto a prueba y han superado los obstáculos.
Son compañeros valiosos, sin duda,
ya que podrían escribir para el poder,
la derecha, pero lo hacen para los explotados,
el común, que somos la mayoría.
Pero estos tiempos ya no dan sólo para
analizar coyunturas, construir grandes
análisis que demuestren quien tiene la razón,
mucho menos para ideas abstractas
que solo entienden los que las escribieron
y los que quieren parecer inteligentes. El
pueblo no se identifica con esos criterios,
que tratan de explicar sus condiciones de
pobreza y casi siempre de miseria, desde
la distancia de un escritorio, sin acercarse
un poco a la realidad concreta. El pueblo
está en la calle, su cotidianidad y problemas
en sus barrios, en los buses que tienen
que tomar todos los días para llegar a
sus trabajos mal pagados en el mejor de
los casos, porque otros salen a buscarlo
sin ninguna garantía de encontrarlo.
La realidad no es abstracta ni confusa para
nosotros, el pueblo. Lo es para los que
no quieren verla de cerca. Esto hace indispensable
empezar a contar esas historias,
las que joden, las que el poder no
quiere que se sepan. La pobreza como
herramienta de dominación de las elites
es lo que debemos evidenciar: la mendici-
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