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SEPTIEMBRE 2018

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El Orden del Caos<br />

Política desechable<br />

“La democracia es un sistema político que genera decepción…<br />

especialmente cuando se hace bien”.<br />

Daniel Innerarity<br />

La decepción lleva años instalada en las entrañas de los votantes.<br />

En el contexto de México y Morelos, donde prevalecen las desigualdades, la corrupción y el bajo<br />

desempeño gubernamental, es lógico que así ocurra, sin embargo, bajo esa decepción también subyace algo<br />

que atenta contra la mejor herramienta para transformar aquello que nos indigna.<br />

Por un lado, la decepción que llevamos en el tuétano nos orilla a desestimar el buen funcionamiento<br />

de las instituciones democráticas, y por otro, cargamos contra la política optando por refugiarnos en la<br />

comodidad de la apatía y la indiferencia.<br />

Hace tiempo, uno de los objetivos de la educación consistía en formar personas autorreguladas,<br />

autónomas y con conocimiento de todas sus emociones, para que por sí mismas se forjaran un camino en la<br />

dura escuela de la vida. Esa es una de muchas certezas derrumbadas por el paradigma de la felicidad<br />

ilimitada inmediata, que por cierto no ha hecho más que encumbrar una cultura del malestar.<br />

Vivir se ha convertido en capturar instantes que quepan en una selfie. Actualizar la imagen y<br />

publicarla en directo es el canal válido para obtener aceptación. Esos instantes reflejan el éxito<br />

contemporáneo: posesiones o experiencias. A mayor exclusividad de los bienes, mayor prestigio.<br />

La cultura del esfuerzo y del sacrificio cedió paso a la del éxito instantáneo. Los abuelos decían que<br />

las cosas buenas de la vida son las que más [tiempo y esfuerzo] cuestan. Hoy se desconfía de la pausa y la<br />

serenidad.<br />

Poco a poco hemos configurado sociedades acechadas por la depresión y la frustración. Si no puedes<br />

permitirte un satisfactor en el instante en que lo deseas, no eres nadie, te inunda el vacío. Si puedes permitírtelo,<br />

el éxito es efímero porque no tarda en aparecer con bombo y platillo, la nueva versión que repele la “vieja” en<br />

tanto sinónimo de atraso. Se forja así, en paralelo, una cultura del malestar.<br />

...Continúa pag. 84<br />

Luis Gabriel Cerqueda López<br />

Politólogo, administrador público y docente.<br />

lugacelo@protonmail.com Twitter: @lugacelo<br />

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