Festival Rapadura

ALUMNA: TROCHE BRENDA
Festival:
La rapadura
PROFESOR: Marcelo Bujía
Materia: Diseño Gráfico IV
Año: 2018

Fiesta provincial: Rapadura
Descripción:
El primer fin de semana de noviembre se vivirá con dos fiestas populares en
Misiones. Se trata de la 41ª edición de la Fiesta de la Rapadura, que se desarrollará
los días 4 y 5 de noviembre en Santa Ana, en el polideportivo municipal y contará
con una grilla de artistas de reconocida trayectoria en la región, como Los Nuñez,
Los Bohemios, Los Mitá, Luciano Agüero, Grupo La Misión, y Ballets de danzas de
localidades invitadas. Además, se realizará la tradicional elección de reina Miss
Rapadura y Miss Rapadurita; y una feria de artesanías regionales acompañará las
dos jornadas, con bailes de nuestro gran folclore.
El intendente de Santa Ana, Pablo Castro, expresó que “hablar de la rapadura es
hablar de un producto auténtico de nuestra región, por eso consideramos que es una
fiesta que merece ser vivida”, al tiempo que agradeció al Ministerio de Turismo por
el apoyo y difusión.
Conceptualización:
la producción de rapadura, un “producto auténtico santanero”, comenzó tras la
instalación del primer ingenio azucarero en Campo San Juan. A partir de la caña de
azúcar, algunos productores comenzaron a preparar rapadura y también la caña
pelanca, que es una especie de vodka.
Los inicios del Ingenio Azucarero del Campo San Juan se vieron teñidos por una
sucesión de hechos que marcaron un hito en la historia de lo que hoy conocemos como
Misiones.
Rudecindo Roca, primer gobernador del Territorio Nacional y hermano menor de
quien fuera presidente, Julio Argentino Roca, fundó la industria en 1884, con el claro
-pero errado- objetivo de convertir la tierra colorada en un polo azucarero, similar al
que funcionaba en sus tierras de origen, Tucumán.
Sin embargo, no contaba con que aquellas comunidades originarias a las que obligaba
a trabajar incansablemente a cambio de una pequeña paga a sus caciques, más tarde
organizarían la rebelión que significaría el puntapié para que su etapa como
administrador de la primera industria del Territorio Nacional acabe antes de lo
esperado.
Carlos Gutiérrez, Ana Minder, Evelyn Welbach, Marcela Octacio, Miguel Stefañuk,
María Schmitz, Juan Carlos Pizarro, María Murciego y Mirta González, conformaron
el grupo de investigación que en 2010 realizó un trabajo in situ en la reserva
compensatoria, a fin de rescatar parte de la historia del campo, hoy administrado por
la Entidad Binacional Yacyretá.
El Territorio dialogó con parte del equipo para volver poco más de 100 años atrás y
entender cómo el emprendimiento más grande de la época terminó en un fracaso
colosal.

Las mujeres
“Viene una planta industrial totalmente nueva en un barco desde Francia. Se hace el
terraplenado, el ferrocarril, las viviendas, se usa un crédito del Banco Nacional ¿y la
mano de obra? Así como había conseguido las tierras, con ventajas políticas, así
también Rudecindo accedió a aborígenes pampas, algunos capturados por él mismo en
la Conquista del Desierto, que le servían mediante el trabajo forzado”, contó el
historiador Carlos Gutiérrez.
Si bien son pocos los registros que detallan la cantidad de trabajadores que moraban
en el campo, los investigadores encontraron vestigios importantes en archivos
provinciales y de la Nación.
De acuerdo a lo mencionado por Gutiérrez, “lo que sabemos de la etapa de Roca en el
ingenio, que fue de ocho años en total, es que hubo una rebelión de los pampas”.
Existe un sumario en el Juzgado de Paz de Santa Ana (que era ya colonia en esa
época), donde se afirma la fuga de 249 nativos en el año 1888.
Según las declaraciones de una veintena de testigos del hecho, la rebelión habría sido
muy bien organizada por los líderes de los pueblos originarios y el disparador fue el
hecho de haber mandado a trabajar a las mujeres a la fábrica. Ésto, a sus ojos, era dar
un paso más en la ya exagerada explotación industrial.
La versión de los empresarios y poderosos era que los aborígenes “eran gente
incivilizada, que con la explotación iban a adquirir la cultura del trabajo”. Además
había criollos e inmigrantes que trabajaban en la fábrica, aunque en puestos más
calificados dentro de la misma industria, a diferencia de los nativos que se
encargaban de la plantación.
La promesa de un polo azucarero
El perfil particular de Rudecindo era el de encarar jugados proyectos productivos,
según relataron los investigadores. Uno de ellos fue el de crear un polo azucarero en
Misiones, recién convertida en Territorio Nacional, luego de estar en manos
correntinas. Los consultores de la época eran los viajeros. Fueron ellos quienes lo
convencieron a toda costa de que las tierras del noreste se podrían convertir en una
productora similar a la tucumana, con la diferencia de que Tucumán tendría como
medio de comunicación el ferrocarril y Misiones el río.
Los viajeros decían además que la yerba era un cultivo descolonizador, puesto que no
se conocía el proceso de cultivo y solamente se extraía. En cambio, el azúcar lograría
el asentamiento de la colonia, hecho que terminó por seducir al entonces gobernador
Roca, que buscaba mantener bajo su manos las recientes creadas colonias de Santa
Ana y Candelaria.
La segunda etapa
En 1892, Roca no aguantó más la baja producción y decidió vender la industria al
poderoso empresario Otto Bemberg, quien conservó en pie la azucarera hasta 1904,
cuando se estima que una crisis mundial del azúcar, sumada a las inclemencias del
tiempo y suelo de Misiones, hizo que se debilitara la fábrica y decidiera
desmantelarla por completo. El ingenio duró como tal un total de 20 años, aunque los
Bemberg mantuvieron el campo hasta unos 40 años después.

Según el relato de Gutiérrez, cuando llega Bemberg se hace un censo famoso de
población y un censo nacional económico. “Encontramos en el Archivo General de la
Nación las fichas de esos censos, uno por uno. Sabemos quien vivía en el ingenio,
eran 499 personas en total, entre aborígenes y otros”.
Una particularidad que contó el historiador es que, en ese censo, no aparecen nombres
que indiquen la existencia de los viejos pampa del primer lote de Rudecindo.
“En el censo de Bemberg, hay dos posibilidades, o no los censaron y había más gente
o enmascararon los nombres con nombres cristianos. Lo más seguro es lo segundo”,
sostuvo.
En la etapa de Bemberg, ya no había pampas, sino tobas y matacos, y no se apeló
tanto al trabajo forzado como en la era Roca.
No obstante, nada consiguió que la enorme fábrica diera los frutos que los viajeros
habían prometido. Ni el poder de Roca ni el dinero de Bemberg consiguieron que la
caña creciera en el rebelde suelo misionero.
Vida del ingenio azucarero
Fundación
En 1884, el gobernador del Territorio Nacional, Rudecindo Roca, funda la fábrica
azucarera con maquinaria traída de Francia.
Etapa Roca
Hasta 1892, Roca mantuvo el mando de la industria. En 1888, la rebelión de los
pampas desestabilizó la producción.
Ingenio Bemberg
Roca vendió la azucarera al empresario Otto Bemberg, que la mantuvo activa hasta
1904, donde la crisis fue más fuerte y se desmanteló la fábrica.
Reserva
Hoy día, el campo pertenece a la Reserva Compensatoria San Juan, administrada por
la EBY. Fue declarada en 2014 como Patrimonio Histórico Provincial.

Bibliográfia:
https://es.wikipedia.org/wiki/Rudecindo_Roca
http://www.primeraedicion.com.ar/nota/232818/la-rapadura-y-el-mate-de-festejos-en-
noviembre.html
http://www.elterritorio.com.ar/la-rebelion-de-los-pampas-saco-a-la-luz-la-
explotacion-en-el-ingenio-san-juan-4938892997199591-et
http://www.primeraedicion.com.ar/nota/259547/santa-ana-disfruto-de-la-fiesta-
provincial-de-la-rapadura-con-fotos.html