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CMYK<br />

Huánuco, jueves 11<br />

de octubre de 2018<br />

Tingo María<br />

(Origen cosmogónico)<br />

11<br />

Especial<br />

CMYK<br />

Víctor Raúl Osorio Alania (*)<br />

La naturaleza y toda expresión etnográfica inspiran<br />

mi quehacer periodístico, literario y humano en general.<br />

La creación política de Tingo María, capital de la<br />

provincia Leoncio Prado, proviene del 15 de octubre<br />

de 1939, pero su origen cosmogónico tiene larga data<br />

como la extensión de los cielos, quizás antepuesto a<br />

la expresión de los colores y sus artistas plásticos,<br />

por ello, valga la ocasión para enfocar, proponer y<br />

colocar la pluma en su principio magnánimo. Así,<br />

con absoluto respeto y seguro de contar con vuestra<br />

firma, les propongo, esta vez, un mito y una leyenda<br />

que fulguran en la alforja pletórica. Que cada tingalés<br />

lo haga suyo y difunda de linde a linde por todos los<br />

medios habidos y por haber.<br />

LA VIDA NACIÓ FULGURANTE (Mito)<br />

Floreció la creatividad en un átomo de la configuración<br />

cosmogónica. La vida nació fulgurante, dichosa,<br />

inmarcesible. Revélese el abanico sin dañar su epidermis<br />

y latidos. Fulgurante porque tenía luz propia,<br />

¡cómo alentaba la prosperidad con dicha!, de la misma<br />

forma, inmarcesible para quedarse por el tiempo<br />

de los tiempos, ¡eso suena bien!<br />

Waywash –cadena nívea que se puede observar en<br />

cientos de kilómetros a la redonda–, dio origen a<br />

lagunas quietas que inquietan a otras albercas y de<br />

estas ocurriría el origen prístino, diáfano y tenaz de<br />

los ríos Marañón y Pillkumayu (hoy conocido como<br />

Huallaga). Esos ríos llevan suspiros como pompas<br />

gaseosas, las pompas regresan, quizás las aguas también.<br />

Entre luces de una madrugada imaginable, Waywash<br />

dictaminó ipso facto que Wamash y Lacshawarina<br />

viajen por el Marañón, igualmente, Pillcomozo y la<br />

Bella Durmiente hicieron alianza antes de navegar<br />

por el agua impoluta de Pillkumayu, llegaron supercontentos,<br />

porque no sabían cansarse ni había pesadumbre<br />

en sus neuronas. ¡Dicha por doquier!<br />

Instalados en esta cuenca, crearon las cataratas y<br />

demás afluentes para Pillkumayu, ubicaron a los animales<br />

en sus respectivos ecosistemas, el gallito de las<br />

rocas tuvo el convencimiento de informar las propuestas<br />

y responsabilidades a sus congéneres, por eso,<br />

iba y volvía sin agitarse.<br />

Se mantuvieron ocupados por varios quinquenios<br />

–junto a los nativos de la zona–, insuflando savia a<br />

la arboleda e impregnando los catorce matices del<br />

verde ecológico. El sol relucía de día sin quemar, de<br />

noche venía la luna para peinar su cabello plateado<br />

y seguir a sus nietos; las estrellas bajaban a la selva<br />

e invitaban a Pillcomozo y la Bella para jugar a las<br />

escondidas y en plenilunio contabilizaban los árboles<br />

hasta cansarse o ser sorprendidos con las nuevas<br />

luces del amanecer.<br />

Uno, tres, cinco, siete, nueve… diría la estrella centenaria.<br />

Suspiraba hondo la Bella Durmiente antes de afirmar:<br />

¡Me gusta la calidad de los árboles!<br />

Dos, cuatro, seis, ocho, diez… afirmaba una novel estrella.<br />

Pillcomozo exponía respeto y agradecimiento en su<br />

decir: ¡Contando arboles puedo oxigenar mi corpus!<br />

Era tácito que la Bella Durmiente y Pillcomozo se<br />

complementaban como las raíces y los frutos del<br />

campo, todo los unía, crecían cuanto más se conocían,<br />

había reciprocidad independiente de retórica.<br />

¡Simpatía pulcra! La pausa en todo quehacer servía<br />

para brindarse palabras de aliento. ¡Burilaban con<br />

creces su propio destino!<br />

Como nada es perfecto, incluso entre los que parecen<br />

omnipotentes, en cierta ocasión, que nadie recuerda<br />

con precisión el cuándo ni el cómo, llegó la cizaña<br />

mediante la atmósfera, surgieron como vértigo los<br />

problemas acentuados, las contrariedades hicieron<br />

mella en la pareja y por callar fueron autodestruyéndose.<br />

¡Qué penita! Mientras pestañaba la Bella<br />

Durmiente, sigiloso marchó Pillcomozo, nadando a<br />

contracorriente recalaría en el cerro Marabamba con<br />

la anuencia también de Rondos y Paucarbamba, él<br />

prefiere la soledad como la meditación, eso sí, mira<br />

invariable hacia el norte magnético donde permanece<br />

su alma gemela.<br />

La Bella Durmiente cuando volvió en sí aceptó la<br />

partida de su apreciado, aunque decidió vivir callada<br />

y escuchar el trajín de Pillkumayu que de tanto en<br />

tanto le informa los quehaceres de Pillcomozo, su retoño,<br />

mejor dicho, el crío de ambos.<br />

Causa sorpresa y alegría, también tristeza, porque<br />

cuando se alejaron los creadores de esta cuenca em-<br />

pezaron a ser valorados en su real dimensión, ahora<br />

cada quien tiene sus adeptos y constituyen fuente de<br />

inspiración. ¡Fulgura esta oquedad!<br />

SIEMPRE BELLA (Leyenda)<br />

Los hijos como las hijas dan alegría cuando nacen,<br />

así ocurrió también en los albores de la época preincaica,<br />

he aquí un indicio que hará chocar umbral con<br />

dintel, ¡chispas!, orto con crepúsculo, ¡ajá!, imaginación<br />

con realidad, ¡rayos y centellas!<br />

El apu de presencia incalculable y su cónyuge de<br />

toda la vida hacían remembranza después del Inti<br />

Raymi sobre la trayectoria de Bella, su unigénita,<br />

primogénita y finigénita; contribuían en la evocación<br />

los abuelos maternos y paternos (recuerdas aquella<br />

vez, tras las cumbres), aunque a todo el linaje le<br />

costaba aceptar que la niña se había transformado<br />

en señorita, mujer hecha y derecha, pues, pronto esa<br />

paloma debería volar para anidar futuro con esperanza<br />

y paz.<br />

Alguien cercano al poderío del apu solicitó la mano<br />

de Bella, pero este y su esposa solo dieron nones<br />

como respuesta en lenguaje verbal y no verbal. El recurrente<br />

insistió y acudió cuatro veces más, incluso<br />

llevaría como garantes a personajes cercanos al futuro<br />

suegro. El vencedor de lides a favor de su comarca<br />

perdía en los casos del corazón y Bella comprendía<br />

que para disfrutar el néctar del amor hay que superar<br />

las espinas que son dañinos como los prejuicios.<br />

Como no prosperaba la gestión por las buenas, los<br />

cuasi novios fugaron a hurtadillas en pro de la felicidad<br />

eterna, pidieron clemencia y comprensión de los<br />

inmortales, ellos los complacieron y viven perpetuamente<br />

para la dicha del entendimiento humano en<br />

las cimas de Tingo María, puerta entre la tierra y el<br />

cielo, amplexo sereno entre ande y amazonia.<br />

Cáptese únicamente la silueta de la Bella desde las riberas<br />

del río Huallaga o el Mirador o el campus universitario,<br />

no obstante, desde poblados colindantes<br />

(Aucayacu) clisarán a la Bella y su eterno guerrero.<br />

¿Por eso dicen que la Bella está embarazada? Tal vez,<br />

puede ser, quizás, mientras tanto, ella y él que vivan<br />

libérrimos como la fotosíntesis de la selva virgen.<br />

Tremebundo no se acaba el mundo ni empieza el<br />

universo, apenas hallaste un eslabón del florilegio<br />

que incumbe a la Bella. ¡Oh, qué interesante! Esta<br />

leyenda se traslada en las nubes de rupa-rupa. ¡Interesante<br />

por triple partida!<br />

(*) “El Puchkador de la Nieve”

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