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Libro

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De su pueblo natal salió para formarse académicamente,<br />

El maestro Castillo había descubierto la música del mundo,<br />

su cuerpo de docentes, fue profesor de cátedra y ocasional,<br />

pero con el deseo de no abandonar el sueño que empezó a<br />

estudió a Mozart, a Bach, a Beethoven y a los grandes<br />

adscrito a la Facultad de Educación en el período de 2000 al<br />

construir en el patio de la casa. Llegó a Montería y se<br />

clásicos, pero algo le hacía falta para alcanzar la plenitud en<br />

2002, posteriormente se vinculó como profesor de tiempo<br />

matriculó en el colegio INEM Lorenzo María Lleras -para ese<br />

su carrera y no era otra cosa que el llamado de sus raíces, del<br />

completo desde el año 2004, en el área de instrumento con<br />

entonces- una institución destacada en varios ámbitos de la<br />

Caribe. Decidió que quería reencontrase con la obra de los<br />

énfasis en saxofón y gramática musical, hasta llegar a<br />

educación, entre ellos la música. Allí se acercó a ella, pero la<br />

maestros José Benito Barros, Lucho Bermúdez, Pablo<br />

convertirse Jefe del Departamento de Artística Música. Aquí<br />

guitarra fue el<br />

instrumento al que le sacó los primeros<br />

Flórez, Pacho Galán, Rubén Darío Salcedo y otros grandes<br />

logró hacerse especialista en informática educativa y<br />

acordes como músico primerizo. Cualquier día un sonido lo<br />

de la música del norte del país, más cercanos a su corazón, a<br />

Magister en Educación - SUE Caribe.<br />

Julio Castillo, con alma de saxofón<br />

Un irremediable amor por la música debió nacer con él, lo<br />

traía impregnado como los sonidos que salen de su brillante<br />

saxofón cuando, sin titubear, presiona las llaves que<br />

apacibles esperan el roce de sus dedos para provovar una<br />

explosión de ritmos que magistralmente descubren el Sinú y<br />

sus encantos.<br />

Solo un hombre que siente, anhela y vive la música puede<br />

perpetuarla en el tiempo, sin afanes ni protagonismos, pero<br />

con el fervor que tiene todo soñador de hacer realidad sus<br />

deseos.<br />

Él es Julio Castillo Gómez, un chinuano obstinado por la<br />

música, quien desde niño y con solo un fino palo de madera<br />

le sabía sacar melodías a los viejos baldes de plástico que<br />

reposaban en el patio de su casa. Esa rústica forma de tocar<br />

provocaba una mezcla de sonidos, que antes de molestar al<br />

vecindario, empezaban a generar admiración por la destreza<br />

y la capacidad que exhibía aquel pequeño, que le encontraba<br />

ritmos a cualquier desecho metálico o de plástico tirado en<br />

el solar de la casa. Para Julio no eran basura, su imaginación<br />

volaba para convertirlos en suntuosos y mágicos<br />

atrapó para siempre, de una de las aulas de aquel gran<br />

plantel salía la melodía de un tema clásico de la música del<br />

Caribe, buscó su origen y se encontró de frente con el brillo<br />

del metal y la sublime tonada que ejecutaba uno de sus<br />

maestros. Fue amor a primera vista. Se interesó por conocer<br />

ese aparato color oro en forma de cuerno retorcido y al corto<br />

tiempo hacía parte de la orquesta del colegio, llevándolo<br />

cruzado en el pecho, pegado a su corazón. Julio se<br />

empezaba a convertir en un artista y había encontrado un<br />

compañero para la vida. Fue el comienzo de su relación<br />

estrecha con el arte.<br />

“...un talento que despuntó<br />

en la Banda Sinfónica Nacional<br />

y en la Orquesta Sinfónica<br />

Juvenil de Colombia.”<br />

Decidido a convertirse en músico, Julio Castillo Gómez se<br />

fue para Bogotá y se hizo licenciado en Pedagogía Musical -<br />

obviamente con énfasis en Saxofón- de la Universidad<br />

Pedagógica Nacional. En la capital del país integró diversas<br />

agrupaciones que, además de brindarle experiencia, le<br />

permitieron visibilizar un talento que despuntó en la Banda<br />

Sinfónica Nacional y en la Orquesta Sinfónica Juvenil de<br />

Colombia. Ese mismo interés por el estudio le abrieron la<br />

oportunidad de llegar a la academia, ocupando el cargo de<br />

profesor catedrático de la Escuela Superior de Artes de<br />

Bogotá-ASAB (Universidad Distrital Bogotá), entre otros<br />

su ser. Entonces se empecinó por regresar a su tierra<br />

empoderado de la idea de universalizar sus sonidos.<br />

De vuelta en casa se brindó a través de la experticia<br />

adquirida, propuso nuevas fusiones y sonoridades, una<br />

nueva música producida en saxofón que tomó asiento en la<br />

Escuela de Bellas Artes de Córdoba como docente y que<br />

terminó para abordar la ilusión de ser uno de los<br />

protagonistas de la creación del programa de Licenciatura en<br />

Educación Básica con Énfasis en Educación Artística Música<br />

de la Universidad de Córdoba, para el año de 1995, ello sin<br />

contar que antes había dirigido la orquesta de música<br />

tropical de la Institución desde diciembre de 1994 hasta el<br />

año 2000.<br />

Después de abanderar la creación del programa de Música,<br />

se preparó para escalar en el mundo académico en el que se<br />

abría paso de la mano de sus sueños. Llegó a formar parte de<br />

Paralelo a su vinculación a la academia, el maestro Castillo se<br />

embarcó en proyectos que iban encaminados al mismo fin<br />

por el que había regresado a su tierra. Fue tutor en el área de<br />

teoría y saxofón del Plan Nacional de Bandas del Ministerio<br />

de Cultura para la región Caribe, coordinador del Plan<br />

nacional de Música para la Convivencia proyecto realizado<br />

entre la Universidad de Córdoba y el Ministerio de Cultura,<br />

desde el que se abanderaron procesos de formación a<br />

directores de bandas de viento del Caribe colombiano. Cruzó<br />

el Atlántico y se fue con su saxo a Europa, ha sido tallerista en<br />

Francia y en este mismo país ha sido admirado por ejecutar la<br />

música tradicional colombiana en eventos musicales<br />

representativos del viejo Continente, como el Festival de<br />

Verano de GAP.<br />

Un talento tan imponente como el de maestro Julio Castillo<br />

está ligado irremediablemente a los reconocimientos y entre<br />

tantos acumulados estantes de la casa, se destacan: dos<br />

Congos de Oro en el Carnaval de Barranquilla; El sabanero<br />

de Oro, en el Festival Nacional del Porro Orquestado en<br />

Sahagún; fue invitado como arreglista para el tour “Loco de<br />

Amor” del artista internacional, Juanes; maestro<br />

homenajeado en la III versión de “Exaltación a la música del<br />

Caribe colombiano”, por la Secretaría de Cultura,<br />

Patrimonio y Turismo de la ciudad de Barranquilla, entre otros<br />

grandes logros.<br />

instrumentos. Sin duda había mucho talento en ese niño de<br />

cargos académicos.<br />

apenas ocho años.

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