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CMYK<br />

Huánuco, jueves 10<br />

de enero de 2019<br />

11<br />

Especial<br />

CMYK<br />

Daniel Florencio<br />

Casquero Dianderas<br />

(Cerro de Pasco, enero 3 de 1914 – Lima,<br />

enero 16 del año 2000)<br />

Víctor Raúl Osorio Alania (*)<br />

«Daniel Florencio es luz de enero a enero, /<br />

existió con su plétora de artista, / intérprete,<br />

docente, periodista... / nutriéndose con savia<br />

de pionero». Los versos forman parte de<br />

“Soneto para Daniel”, lo cual enaltece a uno de<br />

los bardos más preclaros que ha engendrado el<br />

Cerro de Pasco: Daniel Florencio Casquero Dianderas,<br />

quién partió con el toque fúnebre de la<br />

lluvia cantarina en la madrugada del domingo<br />

dieciséis de enero del año 2000, en la Lima gris;<br />

ulterior, miércoles 19, sus restos fueron sepultados<br />

en la tierra que lo viera nacer. ¿La tierra<br />

convoca? Los seres queridos saben cumplir el<br />

recado del que toma la delantera.<br />

Daniel nació en Cerro de Pasco el 3 de enero de<br />

1914, don Florencio Casquero Castro y doña<br />

Lidia Dianderas Urbina sus progenitores. Hijo<br />

séptimo en el grupo de ocho hermanos. Su padre<br />

arquitecto construyó el monumento a la “Columna<br />

Pasco”, también los mausoleos ubicados<br />

en el cementerio general de la localidad. Forma<br />

parte del linaje que está dedicado a las letras,<br />

al arte en general, suficiente con mencionar el<br />

aporte de su hermano Ambrosio Isidoro Casquero<br />

Dianderas (1898-1942).<br />

Daniel estudió la primaria en la Escuela 491 (hoy<br />

35001). Como en la zona no funcionaban centros<br />

educativos del nivel secundario, supo valerse<br />

y formarse autodidactamente. Andando el<br />

tiempo contrae nupcias con Grimalda Durand<br />

Solis, fruto del cual nacieron Teresa, María y<br />

Daniel. En segundo matrimonio se une a Florencia<br />

Torres Peña, germinando los retoños: Wilfredo,<br />

Patricia, Pilar, Rosario y Nátaly. Trabajó<br />

36 años como docente de inglés y artes plásticas<br />

en el Colegio Nacional de CC. HH. “Daniel Alcides<br />

Carrión”-Cerro de Pasco. De 1992 a 1994<br />

regenta el Liceo “Santa Rosa” ubicado en el Psje.<br />

Puno. Sus obras:<br />

Destacó como periodista de la prensa hablada y<br />

escrita (“La Antorcha”).<br />

“Alborada”, revista del Colegio Nacional “Daniel<br />

A. Carrión” que presenta el Club de Letras<br />

del Plantel (diciembre de 1958, 88 pp.). Edición<br />

a cargo del profesor Genaro Ledesma Izquieta,<br />

prestigian plumas nacionales, intelectuales cerreños,<br />

profesores y alumnos del Colegio. Artículo<br />

de DFCD: “Presencia de la muerte en la<br />

poesía de César Vallejo”, donde sostiene que<br />

«César Vallejo ha deglutinado el entendimiento<br />

de la vida agnósticamente con un agonismo lato<br />

e integral; sus versos son agonistas en una mezcla<br />

de lucha y morir constantes: Hoy me gusta<br />

la vida mucho menos, / pero siempre me gusta<br />

vivir; ya lo decía...». Antes, en 1954, Juvenal Augusto<br />

Rojas Cortabrazo describiría la misma<br />

percepción.<br />

“Daniel Alcides Carrión”, antología de ensayos<br />

sobre el Mártir de la Medicina Peruana (diciembre<br />

de 1963, 107 pp.). Prólogo y notas de Justo<br />

Fernández Cuenca, director de la GUE “Daniel<br />

A. Carrión”, colofón de Daniel Florencio Casquero,<br />

profesor.<br />

“Carrión”, centenario de su sacrificio, Revista de<br />

homenaje cultural del Colegio Nacional de CC.<br />

HH. “DAC” (5-octubre-1885, s/n pp.), dirige<br />

Alejandro Padilla Mayuntupa, colaboradores,<br />

Daniel F. Casquero y otros, artículo: “El proceso<br />

judicial de la muerte de Daniel A. Carrión”.<br />

“La Agustina y otros cuentos cerreños”, novela<br />

de un centenar de páginas publicado en 1994.<br />

En el lapso 1987-1999 articulista fecundo de<br />

“Visión Pasqueña”, cuyo director es el periodista<br />

Godofredo Rivera Monago.<br />

Varios inéditos quedan en su alforja del Jr.<br />

Huamachuco (hoy “Leoncio Prado”).<br />

Lo conocí cuando el Centro “Labor” presentó el<br />

casete musical “Dos generaciones de la música<br />

cerreña” (1993), su elocuencia acrisolada era impactante.<br />

A quienes llevan como nombre de pila, Daniel,<br />

se les reconoce su coraje. Lanzo tres ases:<br />

Primer as. El profeta Daniel por orden del rey<br />

Darío termina en el hoyo de los leones, sale ileso<br />

porque «Dios envió a su ángel y cerró la boca<br />

de los leones» (Daniel 6:22).<br />

Segundo as. «...A la inversa de otros héroes<br />

y próceres, la intención socrática del mártir<br />

estuvo inspirada en el más puro altruismo de<br />

amor a la humanidad,» diría Daniel Florencio<br />

refiriéndose a su paisano Daniel Alcides Carrión<br />

García, sentenciando luego, «Él, por su parte, no<br />

intencionó su sacrificio con la futura mira de alcanzar<br />

la gloria, ya que lo único que asistía a su<br />

corazón y a su espíritu era la afanosa obsesión<br />

de desentrañar el misterio de la dualidad de una<br />

endemia nativa y que, hasta su muerte, tenía<br />

perplejos a los hombres de ciencia».<br />

Tercer as. Daniel Florencio Casquero ha sido<br />

doctor en la escuela de la vida como experiencia<br />

capital, para luego revertir en narrativa o poesía.<br />

Escribiendo o parlando degustaba el vino<br />

con predilección, brinden las generaciones por<br />

su canon. Apelaremos a su memoria.<br />

Ulises, al retornar a Ítaca disfrazado de mendigo,<br />

fue reconocido por su perro Argos, a manera<br />

de parangón, escudriñando el diario “La Antorcha”<br />

(setiembre de 1953) hallamos el cuento<br />

“Kuto” de Daniel Casquero: «...En mi puerta<br />

había muchos perros en actitud inequívoca y<br />

taimada; sin duda con ansias de infiltrarse a mi<br />

cuarto. Sus olfatos les habían avisado que, en<br />

la habitación, había una presa sabrosa. Corrí y<br />

espanté a los canes. Pero, ¡oh sorpresa!, Kuto<br />

estaba en la puerta. Tenía una actitud vigilante<br />

y amenazadora por si los perros se atrevían a entrar.<br />

De modo propio se había puesto guardián<br />

de mis intereses y, lo que era más sorprendía, él<br />

no había osado tocar ni un ápice de mi magro<br />

“lunch” [lonche]... El incidente lo hice circular<br />

en el Campamento como moneda vieja y todos<br />

los que escuchaban decían que Kuto era<br />

un honrado a carta cabal. Bien sabíamos que<br />

la hambruna lo consumía inmisericorde, pero<br />

a nadie robó...». El instinto especial de Argos y<br />

Kuto, para con sus amos, podría explicarse en el<br />

buen trato que recibieron. Consecuentemente,<br />

desde la cosmovisión mítico-religiosa, en estos<br />

días, Daniel debe estar acompañado por Kuto.<br />

El animal lleva agua en sus orejas para aliviar el<br />

camino terrenal-espiritual.<br />

La vida está enseñando a dejar la posición<br />

necrófila, por ello, en su oportunidad, Daniel<br />

Florencio y otros actores fueron reconocidos en<br />

el “Diario histórico de Pasco y de los pueblos del<br />

macizo andino-amazónico” (1998).<br />

Soneto para Daniel y versos afines inscríbase<br />

en su epitafio, para nosotros reverberación de su<br />

existencia, compromete (al menos lo intento)<br />

tomar la posta de su “Autorretrato”.Daniel no<br />

murió como cualquier atardecer, vive con cada<br />

amanecer. Adiós hermano “Cashqui”, discípulo<br />

del expresionista Vincent Van Gogh y de su entorno<br />

variopinto.<br />

(*) “El Puchkador de la Nieve”

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