Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
“El profesor<br />
más malo del<br />
mundo”<br />
Lic. Rodrigo Arredondo Rey<br />
Coordinador de difusión<br />
Cultura y Deporte Colegio Nobel<br />
¡Cállate, siéntate y pon atención!<br />
Palabras que el profesor me repetía hasta el cansancio, que<br />
acaso ¿Nunca me dejaría en paz? Pasaba el tiempo y lo<br />
confirmaba, jamás me dejaría ser “yo”; me daba cuenta que<br />
en muchas ocasiones era muy injusto conmigo y se justificaba<br />
diciendo “Lo hago porque tú eres mejor que todos los demás,<br />
si no te viera aptitudes… ¡ni te molesto! Y mientras eso pasaba,<br />
yo pensaba “¡Eso le ha de decir a todos, lo único que quiero es<br />
que me deje de molestar!”<br />
Pasó el tiempo y lo único que hacía el profe todos los días era<br />
dejar tarea, tarea y más tarea como si su materia fuera la única,<br />
que acaso ¿No podrá pensar en otra cosa? Siempre estuve casi<br />
seguro que no tenía vida social, que en lo único que pensaba<br />
los fines de semana era en cómo nos iba a molestar a partir del<br />
día lunes.<br />
Verle en los pasillos día con día, anhelando el momento donde<br />
ya pudiera dejar de verlo, porque en definitiva, él me odiaba;<br />
por todo me regañaba, que si olvidé el lápiz… “¡Desobligado!”,<br />
que si olvide el libro… “¡Por eso estamos, como estamos!” nada<br />
le parecía, hiciera lo que hiciera siempre me voltearía a ver<br />
con su cara de pocos amigos. Siempre me decía “No te quejes<br />
cuando te vayas de aquí va a ser más difícil” y yo cuestionando<br />
“¿Difícil? ¡Todo será más sencillo!<br />
Un sin número de veces pensé que ese portafolio cargaba unos<br />
planes maquiavélicos que me harían molestar día con día, él<br />
le llamaba “planeaciones”…vaya que me hicieron sudar, yo<br />
le cuestioné mil veces que eso ¿Para qué me iba a servir?, él<br />
trataba de argumentar sin que yo le entendiera completamente.<br />
Y sin embargo tenía razón el grado de dificultad incrementaba<br />
y sobre todo las responsabilidades, hoy le puedo agradecer ya<br />
que todas las veces que me dejó afuera me hizo una persona<br />
responsable todos los ensayos que rompió frente a mí me hizo<br />
una persona crítica y con gusto a la investigación, todas las<br />
veces que me regresó un proyecto me hicieron una persona<br />
creativa, todas las veces que pidió que ordenara mi mochila<br />
me hicieron una persona organizada, las veces que pidió que<br />
recogiera la basura me hizo un hombre limpio y sobre todo me<br />
demostró que había alguien con en quien podía confiar.<br />
El camino fue muy difícil, amistades que se quedaron atrás, a<br />
mores que extraño y otros que no tanto, debates en clase,<br />
tareas entregadas, otras olvidadas, proyectos que no tenían fin,<br />
otros que disfruté como loco, peleas con mis amigos, otras con<br />
mis profes, peleas con mis padres, desvelos, fiestas que me<br />
perdí; aferrarme a ideologías que después de mucho tiempo<br />
me di cuenta que no eran tan buenas como pensaba en el<br />
momento, darme cuenta de lo que es la vida real; conocer a<br />
mis amigos actuales, al amor de mi vida, el trabajo perfecto y<br />
darme cuenta que la felicidad sólo depende de mí y mi esfuerzo<br />
y acompañándome justo frente a mí como todas las mañanas<br />
diciendo: “¡Cállate, siéntate y pon atención!”<br />
EL PROFESOR MÁS MALO DEL MUNDO.<br />
pág. 12 <strong>Agosto</strong> <strong>2019</strong>