BOLETIN DOLORES 2020 PIZARRA
Boletín de Cuaresma de la Cofradía de María Santísima de los Dolores y Misericordia
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CARTA DEL DIRECTOR ESPIRITUAL
EDITORIAL
Cuaresma 2020 11
la condición de esclavo, pasando por uno
de tantos.” (Flp. 2, 6-7). “Cristo asume
la condición humana con todas sus limitaciones,
las esclavitudes, que vienen de
su sometimiento al pecado y a los poderes
espirituales que dominan al hombre.
Esa condición humana lleva a Jesús a la
esclavitud más profunda, que es la de la
muerte. Jesús penetra en el mar sin fondo,
pero Dios, como antiguamente a Israel,
le abre un camino en el mar, le hace
pasar a la otra orilla sin quedar prisionero
de la muerte, realiza en él una transformación,
una nueva creación, surge una
nueva vida, liberado de la muerte a través
de la muerte, por la resurrección. La
muerte se convierte, pues, para Cristo en
su “pascua”, en su paso de este mundo
al Padre.” 2
Pero Cristo no venció sólo para él, todos
los bautizados en el nombre de Cristo
estamos llamados a esa vida nueva que el
mismo Cristo inauguró. He ahí el sentido
de la cuaresma, he ahí el “camino” que
emprendemos los cristianos año a año
hasta la Pascua. Por tanto, para vivirlo con
coherencia y de una manera auténtica,
Dios, como a Moisés, se revela en el Misterio
de la Cruz y nos llama por nuestro
nombre, nos invita a “descalzarnos” para
caminar, dejando atrás la esclavitud del
pecado y llegar, renovados y transformados,
a la vida nueva: la vida en el Espíritu.
Este descalzarse lo propone la Iglesia
a través de las prácticas cuaresmales de la
oración, la limosna y el ayuno, renunciando
día a día a esas actitudes que nos atan,
a esos vicios que nos esclavizan, a esas
acciones que nos entristecen. Descalzarse
es, pues, ponerse a caminar, caminar hacia
la luz de la resurrección. Descalzarse es,
como los apóstoles, dejarnos llevar para
que sea el mismo Jesús que lave nuestros
pies y nos dé ese ejemplo de servicio y
caridad. Descalzarse es también, despojarnos
de nosotros mismos, desnudarnos,
volver a ese estado de gracia original,
como lo hizo Jesús en su Pasión, desnudo
e indefenso pendiendo de una Cruz. Descalzarse
es, como Tomás, deshacernos de
nuestras ideas preconcebidas y abrirnos a
la experiencia de una nueva realidad espiritual,
dejarnos llevar por el testimonio de
la comunidad cristiana que profesa y vive
su fe, para encontrarnos cara a cara con
Cristo Resucitado.
Descalzarse es salir de nuestra “zona
de confort”, es dejarse maravillar por el
Misterio de Dios, es querer “acercarse” a
contemplarlo, es dejarse sorprender por
un Dios que irrumpe de la manera más
inesperada en nuestra vida y nos llama a
“reinventarnos”, a ser santos, sabiendo
que Él está a nuestro lado, que escucha
nuestro clamor y viene siempre a nuestro
encuentro. Que como Moisés podamos
responder: “Heme aquí”, que podamos
vencer los “miedos” que nos atan y repitamos,
en nuestra historia personal, la
“Pascua” liberadora de Dios, que Jesús
inauguró para todos nosotros, a través de
su muerte en la Cruz.
Que nuestra Madre Santísima, nos ayude
a “quitarnos las sandalias de nuestros
pies” (Ex. 1,5). Ella vivió siempre “descalzada”.
A diferencia de Moisés, Dios no le
manda a quitarse las sandalias, no le hacía
falta, más bien le llama: “llena de gracia”
(Lc. 1,28), es el Misterio el que la “cubrirá
con su sombra” (Lc. 1,35). Que como María
podamos decir: “hágase en mí según
tu palabra” (Lc. 1,38), y sin titubeos, caminemos,
descalzados, hacia la Luz de Cristo.
¡Feliz Pascua de Resurrección 2020!
1
Rubio Morán, Luis. “El misterio de Cristo en la historia de la salvación”.
Ediciones Sígueme, 1998. 9ª Edición. p. 134.
2
Idem, p. 137.