NOTI ENVIÓN N° 2

P O E S I A S
Ojel mbegue kãtumi che retégui kanẽo opyta tapykuépe kane õ
kuéra guare imbarete che reko ha éva che ñe e che purahéi che
jeroky Lentamente el cansancio abandona mi cuerpo el
cansancio de ayer quedó otro nada más férreo que mí idioma ,
mí canto y mí danza , mí cultura Che korasõ imbarete che rete
ijykére y mba eiko ha eta ichupe che rekove ikangyvo okañyta
kãtumi En noble mi Corazón me siento vive y que dure del día
cuando mí vida vaya muriendo borrandose lentamente
NELIDA BAREIRO
Los perros abandonados muchas veces tienen suerte
y les cambia el destino de caminar los caminos
y aparecen nuevos amos que los salvan de la muerte.
Al principio desconfían, duermen con un ojo abierto;
la desconocida acaricia un sueño tuerto.
Necesitan muchas buenas para olvidar las malas,
su fidelidad dolida es palomita sin alas.
El corazón asustado y la panza demorada,
toda la pena del mundo quita brillo a su mirada,
sólo el tiempo olvidadizo lleno de amor y dulzura
borrará como una goma poquito a poco la duda.
La cola sin energía volverá a dar plumerazos
y el ascensor del cariño ascenderá a nuevos abrazos…
El amo abandonador tendrá dos grandes tristezas:
echar al que no se va y buscar al que no regresa
Los perros
abandonados
Agustina
Mazzaro