SALA BAÑO ESPECIAL CONTRACT & TENDENCIAS 2020

FLASH # ESTÉTICA BRUTALISTA
Estética brutalista
Mas Arquitectura diseña el nuevo restaurante Cantón 23, en pleno corazón de A Coruña,
donde proyecta una fusión de lo tradicional con lo innovador en lo que un día fue el famoso
Ultramarinos Aniceto. Los baños recuperan la esencia brutalista del proyecto original
jugando con materiales en crudo como el hormigón.
Proyecto: Marco Samaniego, Mas Arquitectura. www.mas.es - Fotografías: Wifredo Meléndrez.
Frente a los jardines de Méndez
Núñez, en un emplazamiento
muy representativo de la ciudad,
antiguamente existía una tienda
de referencia en A Coruña, donde
comprar embutidos y ultramarinos de
calidad. Esa tienda, con el nombre de
su propietario en mayúsculas sobre el
faldón del toldo, Aniceto Rodríguez, era
un local alargado, con diseño, mobiliario,
y merchandising muy cuidados, como
se estilaba en la época. El mostrador, las
vitrinas, los espejos, y otros muchos detalles,
consolidaron a lo largo del tiempo la imagen
de este local de referencia.
En el año 2012, cerró sus puertas el
ultramarinos más antiguo de la ciudad, y en
julio de 2017, la nueva propiedad comenzó a
pensar qué se podía hacer para realizar un
local actual, que no perdiese esa referencia
histórica. Desde Mas Arquitectura se
comenzó a trabajar en ese nuevo proyecto,
con la responsabilidad de no defraudar ni a
los clientes nuevos del establecimiento, ni a
los de antes.
El núcleo de comunicación vertical,
constituido por escaleras y ascensor, tiene
un aire un poco más industrial, en línea con
la estructura portante interior del edificio,
y conduce a la planta primera, donde se
ubican la cocina, los baños, y una sala para
eventos privados. Esta última tiene un
diseño un poco más singular, muy cuidado, y
más versátil, para poder atender así eventos
de pequeña entidad que necesiten un buen
entorno.
Los baños constituyen un pequeño
microcosmos del conjunto del interiorismo
de este proyecto. Gozan de amplitud y se
ubican al final del trayecto en un espacio
al que se accede a través de un pasillo que
se ha dejado recubierto de hormigón con
una leve pigmentación cálida potenciada
por las placas del techo. En los accesos
se ha utilizado madera con generosidad,
reforzando el carácter natural de este
espacio. Los interiores son crudos y de
aspecto industrial, apoyados en la belleza
del hormigón como superficie básica en la
que se realizan incluso los grandes lavabos.
Un punto sofisticado en los espejos de marco
cuadrado y puntas romas añade interés al
espacio. Los secamanos son de Dyson.
A continuación del ascensor, se encuentra
la barra principal, con un diseño que
recuerda a las vitrinas y al mostrador
del antiguo local. Una gran puerta de
madera facilita el acceso hacia la terraza.
Superado el umbral de la fachada trasera
del edificio, se encuentra una barra curva
que incorpora un pequeño espacio de cocina
principalmente para las mañanas.
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