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Atraccion Mortal- Wendy Hernandez Marmolejo

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Venía a vengarse y tuve el presentimiento que sería algo

desagradable.

Comencé a gritar y rápidamente la mano de Jordan se posó en mis

labios impidiéndome protestar. Me retorcí, queriendo zafarme. El

intento de permanecer quieta simplemente provocó que mi cuerpo

fuera llevado hacia a él hasta que mi espalda hizo contacto con su

pecho.

-Tranquila, Emily -lo escuché decir.

Lo ignoré y continué con mi táctica de alejarme. Lancé patadas y

golpes con las manos, pero su brazo rodeó mi cintura y detuvo mis

movimientos. Max murmuró algo que no pude comprender y luego

apagó la luz. Las lágrimas quemaron en mis ojos, sintiendo

impotencia y angustia. Me arrepentí de no haber dicho que ellos

eran peligrosos. Estaba pagando las consecuencias de mi silencio y

ahora me harían daño, o lo que era peor, los dos me harían daño.

Solté gemidos de desesperación, pero se quedaron atrapados en mi

boca. A pesar que no había tocado alguna parte íntima de mi

cuerpo, traté de quitar a Jordan de encima. Logré zafarme de él por

un instante

y cuando pensé que estaba libre, unos brazos me atraparon a

tiempo. Ésta vez el que me sostenía era Max. Cubrió mis labios

como lo había hecho Jordan, y con el pánico en las venas, inserté

los dientes en la palma de su mano. Esperé que gruñera o maldijera

de dolor, pero mi agresión no causó algún efecto.

El crujido de la puerta de la casa sonó al abrirse, e inmediatamente

pensé en Alexander. Recé que fuera él. Era la única manera para

sobrevivir de esto.

-Silencio. -El aliento cálido de Max rozó en mi oído.

Quise articular algún sonido con la boca cerrada, pero cuando

escuché los pasos sigilosos en la sala, me quedé quieta. Si fuera

Alexander, ya habría aventado las llaves a la mesa de centro y

hubiera encendido la luz. Sus movimientos eran relajados y

ruidosos. Sin embargo, los pasos de esta persona eran precavidos,

como si tratara de no ser descubierto. Fue entonces que descarté la

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