COOLTURA REVISTA INFANTIL: Magia

ALGO DE MAGIA
EN MI VIDA
Hace algunos años, creo que no tantos, siendo yo bastante joven, estaba
en un parque de Bogotá, la ciudad donde crecí, cuando desde
una esquina como cualquier otra y absolutamente de la nada como rodeada
por humo, apareció una jovencita increíble, su pelo era oscuro y
tenía trenzas a ambos lados de su cabeza, su mirada entró en mis ojos
como un hechizo de amor y fue tal el sortilegio que cuando yo giraba
la cabeza hacia la derecha o la izquierda, ella también lo hacía; luego
sería yo quien se moviera en el sentido que ella sugiriera.
Aun hoy, a pesar de haber perdido amuletos y talismanes, aunque
esté sin mi varita y después de haber perdido por un momento la
magia del corazón, creo en los milagros y añoro que a mi ser retorne
el asombro, y me atrevo a adivinar que a mi vida nuevamente volverá
la magia.
Estoy convencido de que la amistad, la familia y el amor, son mágicos
en sí mismos y es aún más poderoso mezclarlos todos. En nosotros
también hay magia y parte de ella se
encuentra en la capacidad de ver la chispa que habita en cada sencillo
momento.
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Así empezamos una historia llena de magia, de abracadabras, de trucos.
Ella, una sirena y yo unicornio, los dos queriendo ser el conejo que
el otro guardara y sacara de su sombrero.
La magia creció entre nosotros y también en su vientre ¿Acaso no es la
más elevada demostración de magia que la vida misma se aloje en el
cuerpo de la mujer amada? Después de algunos pases y palabras, nos
convertimos en los temerosos e ilusionados padres de una niña llena
de magnetismo y simpatía.
Nos conjuramos uno a otro en millones de minutos fascinantes y encantados,
compartimos bebedizos burbujeantes, algunos transparentes,
otros oscuros y con nombres de soda. Repartimos nuestras cartas
como si fueran el tarot, las leímos y nos cautivamos con las palabras y
sonrisas que nos motivaba su lectura.
A partir de ilusiones comunes creamos una fórmula mágica y con alquimia
y amor, construimos juntos un encantado futuro que nos llevó
hasta el cielo y a conocer los astros.
Con más pases y palabras el hechizo de la vida nos visitó de nuevo y
por muchos años atrajimos con magnetismo y dedicación increíble momentos
de alegría. Fuimos cuatro, cuatro viajeros en una sola escoba
voladora.
Pero el tiempo actúa como un conjuro y a veces nos lleva por aquí
y otras veces nos lleva por allá.
Escrito por juan carlos Rodríguez
Ilustrado por Estefanía de la Hoz
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