SENSORIAL

DULCE INSOMNIO
Las campanadas de la catedral retumbaban por aquel pueblo fantasma, anunciando así que la
madrugada había llegado.
Alexander Cassel nunca se había sentido tan nervioso como en aquel instante. Tenía en
mente las tres posibles situaciones que podían sucederle por haber tomado aquel libro.
Se movía de un lado a otro de la cama, por momentos se sentaba al borde esta, inhalaba y
exhalaba en la espera de lo que sería su destino. ¿Locura, muerte o descubrimiento? Las dos
primeras le daban escalofrío, pero aquella última retumbaba en sus oídos.
¿Qué podría descubrir de su persona que no conociera ya? No tenía idea y por eso mismo
había tomado el libro sin dudar.
Sus pensamientos lo consumían al igual que la oscuridad. No se dio cuenta que el tiempo
pasó hasta que nuevamente las campanas sonaron, anunciando las tres de la madrugada.
Soltó una carcajada por sentirse engañado ya que nadie había tocado a su puerta, pero la risa
desapareció cuando sintió como bajaba la temperatura de su habitación.
El primer visitante había llegado y él no sabía si estaba preparado para lo que vendría
despupes.