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Edición impresa HOY sábado 31 de julio del 2021

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10A<br />

H OY<br />

Sábado <strong>31</strong> <strong>de</strong> <strong>julio</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>2021</strong><br />

O PI N I Ó N<br />

Una <strong>de</strong>scarga<br />

Pedro Bonilla Aybar me <strong>de</strong>cía: «tú no<br />

sabes tomar café», porque observaba<br />

mi costumbre <strong>de</strong> tomar agua<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l café, costumbre que<br />

casi siempre sigo. él me <strong>de</strong>cía que <strong>de</strong>bía<br />

tomar el agua primero, no <strong>de</strong>spués. Y creo<br />

que tenía razón, sobre todo si usted quiere<br />

conservar por más tiempo en la boca el<br />

sabor <strong>de</strong>l café. Esto sucedía a mediados <strong>de</strong><br />

la década <strong>de</strong>l cincuenta, en los días en que<br />

el Príncipe Rainiero andaba por este país<br />

buscando novia.<br />

Pedro se parecía mucho a Rainiero. Ambos<br />

eran jóvenes buenos mozos y con cara<br />

<strong>de</strong> gente <strong>de</strong>cente. (Con esa cara conquistó<br />

el príncipe a la bella y recatada Grace, que<br />

ya era reina <strong>de</strong>l celuloi<strong>de</strong>). A Pedro lo<br />

confundieron con el príncipe, en más <strong>de</strong><br />

Muchos expedicionarios <strong>de</strong> 1859<br />

no estaban aptos para la guerrilla<br />

TIBERIO CASTELLANOS<br />

una ocasión, en sus viajes a New York <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

La Habana, don<strong>de</strong> vivíamos en ese ent<br />

o n c e s.<br />

Al mirar ahora las fotos <strong>de</strong>l viejo príncipe,<br />

hoy muy enfermo y hospitalizado, necesariamente<br />

recuerdo a mi amigo Pedro, y<br />

me pregunto si también él luciría así, tan<br />

estropeado por los años, si estuviera vivo.<br />

Pedro murió joven, en aquella quijotada,<br />

gloriosa y disparatada, <strong>de</strong>l catorce <strong>de</strong> junio<br />

<strong>de</strong> 1959, aventura que salió <strong>de</strong> Cuba con el<br />

propósito <strong>de</strong> liberar al pueblo dominicano<br />

<strong>de</strong> la tiranía <strong>de</strong> Trujillo.<br />

Muchos <strong>de</strong> aquellos expedicionarios <strong>de</strong>l<br />

59 eran viejos luchadores contra el tirano, y<br />

por su edad ya poco aptos para una guerra<br />

<strong>de</strong> guerrillas. No obstante, ellos y los más<br />

jóvenes, fueron enajenados por la leyenda<br />

<strong>de</strong> La Sierra Maestra, o por los que ignoraban<br />

u ocultaban, que otros importantes<br />

factores intervinieron también en la<br />

caída <strong>de</strong>l Gobierno <strong>de</strong> Batista, y por consiguiente,<br />

en el triunfo <strong>de</strong> la guerrilla. Y,<br />

parece que nadie que conociera toda la<br />

verdad <strong>de</strong> esta lucha, se atrevió a atenuar<br />

con sus comentarios el crecido entusiasmo<br />

<strong>de</strong> esta buena gente. Claro, en esos días,<br />

esto no era políticamente correcto. ¿Se<br />

refiere a esto Pedro Mir en su «Elegía <strong>de</strong>l 14<br />

<strong>de</strong> Junio»? «…muer<strong>de</strong> la boca su callada<br />

lengua, y chupa la sangre airada que tiene<br />

un sabor a gente».<br />

Salieron estos valientes y murieron. En la<br />

Cordillera no había un Crescencio Pérez<br />

(bandido o rebel<strong>de</strong>) alzado. No había en el<br />

país un frente interno (un 26 <strong>de</strong> Julio). Y no<br />

había oficiales militares que quisieran unírseles,<br />

como algunos <strong>de</strong> los expedicionarios<br />

c re í a n .<br />

Llegaron… pelearon … y murieron.<br />

Justamente en esos días y en La Habana,<br />

Pedro Mir concluía así su poema elegíaco a<br />

Pedro y a sus compañeros <strong>de</strong> martirio:<br />

«Y nadie sabe nada, sólo que no se rin<strong>de</strong><br />

nunca la piedra pura y el corazón abierto.<br />

Y que toda esperanza se recoge en la<br />

lin<strong>de</strong> Sollozada <strong>de</strong> luna <strong>de</strong> un combatiente<br />

muerto.<br />

Y que toda victoria tiene melancolía.<br />

Taciturno perfil <strong>de</strong> mariposa inquieta.<br />

Justa gloria, aunque no hayan ruidos<br />

sobre el tejado.<br />

Ni crucen en las horas solas <strong>de</strong> lejanía,<br />

Ni un rumor, ni una hazaña secreta,<br />

Ni un vencido poblado.»<br />

Voto <strong>de</strong> confianza<br />

a Macarrulla<br />

El ministro es víctima <strong>de</strong> una campaña<br />

<strong>de</strong> manipulación bestial<br />

MIGUEL PINEDA LOPEZ<br />

pinedalop ezmiguel@gmail.com<br />

Como en los tiempos <strong>de</strong> la inquisición<br />

una hoguera, pero mediática,<br />

trata <strong>de</strong> <strong>de</strong>vorar <strong>de</strong> manera<br />

implacable la reputación <strong>de</strong> un<br />

influyente ministro que en su condición<br />

<strong>de</strong> empresario se le vincula a la operación<br />

Medusa por su participación en la<br />

construcción <strong>de</strong> la nueva Victoria.<br />

Por nuestro largo ejercicio periodístico,<br />

que data <strong>de</strong> casi 50 años, hemos<br />

seguido muy <strong>de</strong> cerca la trayectoria exitosa<br />

<strong>de</strong>l Lic. Lisandro Macarrulla, quien llegó a<br />

ocupar los más altos cargos en el otrora<br />

Consejo Nacional <strong>de</strong> Hombres <strong>de</strong> Empresa<br />

.<br />

Hasta prueba en contrario, Lisandro<br />

Macarrulla ha exhibido una conducta intachable<br />

en todo su accionar público. Es un<br />

ser humano afable y <strong>de</strong>cente, que proviene<br />

<strong>de</strong> una honorable estirpe familiar: su padre<br />

fue un gran luchador antitrujillista y tuvimos<br />

la oportunidad <strong>de</strong> tratar a su extinta<br />

madre que fue una fiel seguidora <strong>de</strong>l Dr.<br />

José Francisco Peña Gómez.<br />

El actual ministro <strong>de</strong> la Presi<strong>de</strong>ncia está<br />

siendo víctima <strong>de</strong> una campaña <strong>de</strong> manipulación<br />

bestial y hasta in<strong>de</strong>cente, recibe<br />

fuego por arriba y por abajo en una especie<br />

<strong>de</strong> perversidad <strong>de</strong>senfrenada que se pue<strong>de</strong><br />

convertir en un boomerang para el propio<br />

gobierno si finalmente se <strong>de</strong>ja arrastrar por<br />

esa diabólica ten<strong>de</strong>ncia.<br />

Todos sabemos que Lisandro Macarrulla<br />

se enroló en el proyecto presi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong><br />

Luis Abina<strong>de</strong>r cuando parecía utópico que<br />

alcanzara el po<strong>de</strong>r. Se entregó por entero<br />

en el llamado sector externo y nunca<br />

claudicó, enfrentando la todopo<strong>de</strong>rosa<br />

maquinaria gubernamental <strong>de</strong>l PLD.<br />

El ensañamiento contra Macarrulla<br />

y su familia es el resultado <strong>de</strong> un<br />

fundamentalismo o fanatismo que le<br />

pasa por encima al principio constitucional<br />

<strong>de</strong> presunción <strong>de</strong> inocencia<br />

y que podría <strong>de</strong>satar gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>monios<br />

sociales en el país.<br />

Ojalá que el presi<strong>de</strong>nte Luis Abina<strong>de</strong>r<br />

no se <strong>de</strong>je arrastrar por esa ola<br />

disociadora y le otorgue un voto <strong>de</strong><br />

confianza a Lisandro Macarrulla,<br />

quien dicho sea <strong>de</strong> paso está dispuesto<br />

a ser escrutado, como lo <strong>de</strong>mostró en<br />

su convincente intervención esta semana<br />

en el programa El Día en Telesistema<br />

canal 11.<br />

¡¡¡Duarte!!!... ¿Sánchez?... ¿Mella?<br />

“¡Tenemos a los tres gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Las<br />

Antillas ! ”<br />

HERMINIO ALBERTI LEÓN<br />

herminioaalb erti@gmail.com<br />

El efecto que nos <strong>de</strong>ja una muerte inesperada<br />

Entre picadas y picadas <strong>de</strong> jejenes,<br />

Herminio y su alter ego Píndaro se<br />

dieron a la tarea <strong>de</strong> escalar el pico<br />

Duarte… Quisieron aprovechar ‘el<br />

fr iíto’ que está haciendo entre aguacero y<br />

aguacero, y mochila en mano iniciaron su<br />

ascenso… Mientras caminaban y <strong>de</strong> vez en<br />

cuando se auxiliaban <strong>de</strong> unos acostumbrados<br />

mulos <strong>de</strong> carga, ambos disfrutaban<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>finido horizonte marcado por los zigzagueantes<br />

contornos <strong>de</strong> nuestras interesantes<br />

montañas, fuentes <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> todos<br />

nosotros, pero cuyos nacimientos a veces<br />

han sido salvaje e implacablemente atacados<br />

con la finalidad <strong>de</strong> justificar el redireccionar<br />

el cauce natural <strong>de</strong> sus aguas.<br />

“Píndaro –exclama Herminio-… ¿Te dio<br />

tiempo <strong>de</strong> enterarte <strong>de</strong> que ya esas tres<br />

montañas frente a nosotros han sido medidas<br />

en altura, para <strong>de</strong>terminar una realidad<br />

<strong>de</strong> la cual no se tenía certeza <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

hace mucho tiempo?”… “¡Siiiiiiiii! –e xc l a m a<br />

Píndaro-, la vi por ahí que Geomedición,<br />

Instrumentos y Sistemas se embarcó en esa<br />

gran responsabilidad convertida en un reto<br />

geodésico que, sin lugar a dudas, nos <strong>de</strong>be<br />

ya estar ofreciendo una gran satisfacción, al<br />

igual que lo hizo con su aliado profesional<br />

en el país, el ingeniero civil alemán Alexan<strong>de</strong>r<br />

Holsteinson, quien a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> entregar<br />

sus enseñanzas en la Universidad Autónoma<br />

<strong>de</strong> Santo Domingo (UASD) conoce a<br />

la perfección los instrumentos conocidos<br />

como ‘trimbles geoespaciales’, usados para<br />

estos menesteres”,-completa Píndaro-.<br />

“Pero mira allá, Píndaro- señala Herminio<br />

con su <strong>de</strong>do índice<br />

<strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>recha,<br />

mientras exclama-… ¡Ese<br />

es el pico Duarte!... Lo que<br />

no recuerdo es cómo se<br />

llaman las dos <strong>de</strong> al lado,<br />

que son casi <strong>de</strong>l mismo<br />

t a m a ñ o”… “Ahhh… la <strong>de</strong><br />

al lado es La Pelona, y la<br />

otra que es casi igual <strong>de</strong><br />

altura es La Rucilla –le<br />

dice Píndaro-, mientras<br />

entonces lo mira fijamente<br />

para comentarle: Des<strong>de</strong><br />

el 1851 se ha venido generando<br />

una gran controversia<br />

entre investigadores<br />

y ‘mapas oficiales’…<br />

Y, todo ello porque no ha<br />

sido sino hasta ahora que<br />

la ciencia nos ha permitido<br />

tener una <strong>de</strong>finición<br />

<strong>de</strong> una realidad a la que<br />

vemos y <strong>de</strong> la que disfrutamos<br />

al admirar lo<br />

grandioso <strong>de</strong> nuestra naturaleza,<br />

<strong>de</strong> la cual tenemos<br />

obligatoriamente que sentirnos orgullosos<br />

y velar porque se conozca y respete<br />

su imponencia”.<br />

“Píndaro –exclama Herminio-… ¡ Ap u e s t o<br />

a que no sabías que, ya en el 2001 se hizo un<br />

gran esfuerzo por aclarar la situación… Fu e<br />

entonces que Kenneth Orvis hizo uso <strong>de</strong><br />

unos equipos llamados Trimble GPS LI para<br />

certificar que al pico Duarte es 4.34 metros<br />

más alto que La Pelona, lo que nos <strong>de</strong>jaba<br />

bien claro que teníamos una medición exacta<br />

<strong>de</strong> poseer claridad en los dos picos más<br />

altos <strong>de</strong> Las Antillas! –completa Herminio-…<br />

“¿Pero alguien recuerda que se celebrara el<br />

hecho? –pregunta Píndaro, y exclama-…<br />

¡Caray!... ¡Verdad que somos <strong>de</strong>scuidados<br />

con lo que nos beneficia en imagen!”.<br />

“Bueno, es que una cosa dice el burro y<br />

otra el que lo apareja –opina Herminio-… ¡A<br />

veces parece que nos enfocamos en lo que<br />

no es trascen<strong>de</strong>nte para dar paso continuo<br />

a la inmediatez!… Esta vez, 20 años <strong>de</strong>spués,<br />

se ha establecido una alianza con el<br />

Instituto Cartográfico Militar (ICM) en representación<br />

<strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong> Defensa <strong>de</strong><br />

nuestro país, y con el Ministerio <strong>de</strong> Medio<br />

Ambiente, que <strong>de</strong> inmediato les fue presentada<br />

la tarea a llevar a cabo acogieron la<br />

iniciativa para esta reciente expedición geodésica<br />

que conllevó un largo recorrido a pie<br />

y en mulos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los 1,100 hasta los 3,100<br />

metros <strong>de</strong> elevación para completar 22<br />

kilómetros <strong>de</strong> trayecto, ¡que no es un rulo!”<br />

–exclama Herminio-.<br />

“¿Tú crees que eres el único que vio el<br />

informe? –le cuestiona Píndaro a Herminio,<br />

como para fuñirlo-… ¡Esta gente nos ha<br />

aportado una data que, si no la aprovechamos,<br />

es como si fuéramos unos niños<br />

‘jarto e jobos’, como dicen por ahí en mi<br />

campo!... Al completar su trabajo, han certificado<br />

que la altura oficial <strong>de</strong>l pico Duarte<br />

es <strong>de</strong> 3,101.095 metros… Y, picándole muy<br />

cerca, ¡La Pelona tiene una elevación <strong>de</strong><br />

3,096.593 metros!” –exclama Píndaro,<br />

mientras Herminio le dispara <strong>de</strong> inmediato<br />

una orgullosa afirmación: “¡Una montaña<br />

casi <strong>de</strong>sconocida por muchísimos <strong>de</strong> nosotros<br />

–La Rucilla-, ha sido confirmada<br />

tener 3,042.350 metros <strong>de</strong> altura!... ¡Solo<br />

54.243 metros menos que La Pelona y<br />

58.745 metros menos que el pico Duarte!...<br />

¡Somos los orgullosos favorecedores <strong>de</strong> las<br />

tres montañas más altas <strong>de</strong> Las Antillas!”.<br />

“Uf f f f … Herminio –exclama Píndaro-, ¡la<br />

tecnología <strong>de</strong> punta <strong>de</strong>l <strong>2021</strong> nos está<br />

dando una razón para explotar el orgullo<br />

dominicano!... ¡Se han establecido las tres<br />

alturas reales <strong>de</strong> los picos <strong>de</strong> las Antillas <strong>de</strong>l<br />

Caribe y nos han resuelto controversias que<br />

vienen arrastrándose por más <strong>de</strong> un siglo!...<br />

Ahora solo nos resta actualizar la cartografía<br />

física y digital <strong>de</strong> nuestro país, para lo cual<br />

espero el <strong>de</strong>partamento autorizado <strong>de</strong>berá<br />

recibir los fondos necesarios y no se que<strong>de</strong><br />

en el olvido, como ha sido<br />

muchas veces práctica <strong>de</strong>l<br />

pasado…”<br />

“En estas tres –ahora más<br />

importantes montañas <strong>de</strong><br />

nuestro país-, ya fueron colocadas<br />

placas forjadas en<br />

bronce, certificando lo que<br />

acabamos <strong>de</strong> referir –comen -<br />

ta Píndaro-… ¡¡¡Ahora solo<br />

nos queda sellar estas tres<br />

elevaciones confirmando al<br />

pico Duarte como el más alto,<br />

y ‘bautizar a La Pelona<br />

como pico Sánchez, y La Rucilla<br />

como “pico Mella”!!!...<br />

¿Sería tan problemático el<br />

hacerlo?... Gracias al Lic. Fe<strong>de</strong>rico<br />

José Alvarez, <strong>de</strong> Santiago,<br />

por su retroalimentación…<br />

Ahora, es necesario<br />

que la cacareada ‘Marca país’<br />

que se intenta forjar, se vea<br />

enriquecida con esta nueva<br />

afirmación geográfica!... “¡Te -<br />

nemos a “los tres gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

Las Antillas!”.<br />

Probablemente la pérdida <strong>de</strong> un ser<br />

querido sea una <strong>de</strong> las experiencias<br />

más dolorosas y profundas que pue<strong>de</strong>n<br />

vivir los dolientes que aman a<br />

un ser querido, por lo que resulta sumamente<br />

difícil po<strong>de</strong>r explicar o dimensionar<br />

en palabras, el impacto y sufrimiento<br />

que implica este proceso en quien lo está<br />

viviendo, así como también el intento <strong>de</strong><br />

brindar consuelo a<strong>de</strong>cuado en esos momentos.<br />

Pero en el caso <strong>de</strong> una muerte<br />

inesperada o acci<strong>de</strong>ntal, la sorpresa <strong>de</strong>l<br />

golpe que no se ve venir pue<strong>de</strong> hacer el<br />

proceso <strong>de</strong> duelo, ya <strong>de</strong> por sí doloroso,<br />

todavía más complicado.<br />

En el caso <strong>de</strong> la muerte imprevista como<br />

pue<strong>de</strong> ser un infarto o un acci<strong>de</strong>nte fatal,<br />

el hecho se toma por sorpresa, por lo cual<br />

es contun<strong>de</strong>nte, conmociona, abstrae <strong>de</strong><br />

Una causa <strong>de</strong> dolor emocional en<br />

estos casos es la falta <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida<br />

KEDMAY T. KLINGER BALMASEDA<br />

klinger_psicología@yaho o.es<br />

la realidad y para muchos, marca en sus<br />

vidas “un antes <strong>de</strong> y un <strong>de</strong>spués”. En<br />

muchos casos en que esto ocurre, la persona<br />

que fallece tal vez <strong>de</strong>ja muchos pendientes,<br />

muchos diálogos sin <strong>de</strong>cir, experiencias<br />

por compartir, quizás proyectos<br />

y muchas veces también, situaciones sin<br />

resolver, mismas que, para los dolientes<br />

cuantos más sean los pendientes, más<br />

difícil será elaborar el duelo.<br />

Cuando llega la hora <strong>de</strong> enfrentar algo<br />

así, es mucha la incertidumbre y la angustia<br />

que toca apren<strong>de</strong>r a manejar, y la voluntad<br />

para canalizar nuestra impotencia, ya que<br />

eso lleva a que inicialmente no se pueda<br />

aceptar la situación y vivíamos bajo una<br />

negación que no permitiría superar correctamente<br />

el proceso <strong>de</strong> duelo.<br />

Una <strong>de</strong> las causas <strong>de</strong> dolor emocional en<br />

casos <strong>de</strong> muerte inesperada es la dificultad<br />

<strong>de</strong> asimilar que no ha habido una <strong>de</strong>spedida<br />

premeditada. Los casos <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s<br />

que se prolongan en el tiempo, aunque<br />

también tienen sus contras, permiten prepararse<br />

mentalmente, <strong>de</strong>spedirse <strong>de</strong>l ser<br />

querido que se va y po<strong>de</strong>r afrontarlo con<br />

mayor entereza. Per<strong>de</strong>r a una persona <strong>de</strong> la<br />

noche a la mañana, sin ningún aviso previo,<br />

hace imposible que pueda darse una <strong>de</strong>spedida<br />

en consonancia. Tal como en otros<br />

procesos <strong>de</strong> duelo, es importante aceptar<br />

que una buena compañía pue<strong>de</strong> ser el<br />

mejor tratamiento. Alguien realmente cercano,<br />

que muestre empatía y que acompañe<br />

el dolor <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una relación madura, con<br />

quien po<strong>de</strong>r expresar abiertamente emociones<br />

y ante el que no haya reparos en llorar<br />

o mostrar el dolor tal como se siente.<br />

A veces solemos frente una muerte repentina,<br />

pensar una y otra vez en lo que<br />

“hubiera, podría o <strong>de</strong>bería” haber sido<br />

(conocido como el sesgo retrospectivo). La<br />

recuperación emocional comienza cuando<br />

vas superando las preguntas acerca <strong>de</strong> lo<br />

que hubieras <strong>de</strong>seado que fuera distinto,<br />

mejor y más. Es importante que seamos<br />

objetivo y veamos con honestidad -tanto lo<br />

bueno como lo malo- <strong>de</strong> nuestra relación<br />

con ese ser querido o amigo para que<br />

logremos sanar.<br />

*LA AUTORA ES PSICÓLOGA CLÍNICA

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