ESCAPULARIO Enero 2022

En su ordenación queda marcado con un sello imborrable (“carácter”) que le configura
con Cristo siervo de todos.
Su ministerio es colegial, pertenece al orden de los diáconos, que están unidos por
la gracia especial del Espíritu Santo y por la caridad diaconal en la fraternidad de la que
forman parte, siendo reflejo y testimonio de la comunión de las tres personas divinas.
El diácono personifica la diaconía eclesial, es un símbolo sacramental en la comunidad,
testimonio del servicio que presta la Iglesia.
Significación y misión del diácono
La liturgia, el anuncio de la Palabra y la caridad siempre han tenido funciones de
servicio y hacen presente la diaconía del Señor en la historia:
- En la liturgia: En la misa el diácono sirve al altar y eleva el cáliz de la sangre de
Cristo, signo de que se entregó por todos, y reparte la comunión. Anima las celebraciones
procurando que se desarrollen dignamente, con una buena participación
en la que, sobre todo, se dé una alabanza comunitaria a Dios.
- En la Palabra: Los diáconos son mensajeros del evangelio. El diácono, además
de proclamar la Palabra, la comenta en la homilía y suele coordinar los distintos
tipos de evangelización.
- En la caridad: Ocupándose de la beneficencia y la administración comunitaria,
trabaja en Caritas y otras instituciones hacia los pobres, en lo relacionado con los
enfermos, los emigrantes, los presos, los que viven en soledad.
• Tras el concilio Vaticano II, se propusieron algunas tareas que podían ser más
propias para el diácono:
- Administración solemne del Bautismo
- Reservar y distribuir la Eucaristía.
- Asistir y bendecir Matrimonios en nombre de la iglesia.
- Llevar el Viático a los moribundos.
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