DE PRONTO ME DI CUENTA

DOS PATRIAS
(LA DIGINIDAD PRIMERO POR SOBRE TODAS LAS COSAS)
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“Hay que pelearla, siempre hay que pelearla” solía decir mi
abuelo Enrico que había llegado a la Argentina a finales del siglo
XIX escapando junto a miles de la miseria y la falta de trabajo,
su mujer había fallecido y la soledad comenzaba a perseguirlo, A
su amada Italia la veía cada hora más lejos apretujado en la
bodega del barco que lo traía ,atrás quedaba una gran parte de
la familia que no pudo o no se animó a seguir sus pasos, es que
la tierra estira sus brazos y siempre intentara retenerte junto a
ella porque te necesita siempre te necesita.
El equipaje del abuelo Enrico no era mucho, apenas una maleta
cargada de vieja ropa y algunos sueños, una libreta, un par de
lápices gastados, su infaltable pañuelo, regalo de su hermano
Alessio que se lo dio cuando ambos se dieron ese abrazo
interminable y eterno en el muelle del puerto de Napoli tal vez
sabiendo que sería el último, en ese pañuelo, mi abuelo guardo
algunas lágrimas que su hermano quiso que se llevara como
tesoro….nunca más volvieron a verse.
Pero había algo más en ese pequeño equipaje, algo que no era
visible o palpable, algo que solo el podía ver y sentir…la dignidad,
la dignidad que solo los pobres pueden conservar aun habiendo
perdido todo, la dignidad de intentar llevar su apellido hasta un
destino incierto, la dignidad que le permitió seguir viviendo a
cebolla y pan, la misma dignidad que tenía su familia, esa que
decidió quedarse en su patria a pesar de todo.
Cuando alguien se va de su tierra, su alma se parte en dos, su
vida va por dos caminos totalmente diferentes, porque al llegar
a su destino, comenzara a tener dos patrias, dos amores y
mucho miedo.
Partir es doloroso, uno deja la parte más importante del ser
que son los años ya vividos y que a partir de ese momento
solo serán recuerdos.
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