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ARTISTAS
Antes de Chini tuvieron perros?
Antes de ella yo tuve perros, en mi casa materna. EL
primero fue Gipsy, un salchicha muy poderoso y fiel.
Después vino Apo, un Dálmata y después vinieron varios
otros que estaban ahí pero no los sentía míos. El que
soy consciente que quise muchísimo, aunque duró poco
en casa, se llamaba Felipe. A Felipe lo había encontrado
mamá en la calle cuando fuimos de vacaciones a Uruguay.
Un día llegue del colegio y Felipe no estaba. Me dijeron
que se había escapado. Ese perro dejo un espacio vacío
que me entristeció durante largo tiempo.
En mi casa actual, con mi marido Hernán y mis tres hijas,
jamás tuvimos perros hasta Chinita.
Vivimos en un departamento, todos tomábamos este
dato como una limitación para tener un perro. A Hernán
le gustan los animales, pero hasta ahora nunca se había
encariñado con ninguno. De hecho ante los pedidos
de nuestras hijas el respondía ¨si un perro entra en casa
yo me voy¨. Lo decía sonriendo, era un chiste, pero no
tanto...
Cómo es la historia de su llegada a tu casa?
En pandemia nos pudimos ir a vivir a zona norte. Los tres
perros de mi vecino se instalaron en casa. Y también vino
Pablito, que es un perro que no tiene dueño pero que
todos en el barrio cuidamos, porque es realmente noble.
Los perros de mi vecino históricamente venían los fines
de semana a casa, pero en este periodo en el que nos
instalamos a vivir ahí, decidieron quedarse con nosotros.
Son perros de campo, duermen afuera, cazan, son
educados y se funden en la naturaleza de una manera muy
diferente al perro de ciudad. Estábamos muy cuidados
por todos estos perros. Mi hija menor venía pidiendo
tener un perro propio hacia mucho tiempo. En pandemia
la situación se convirtió en una discusión agotadora y
después en una batalla. Ella utilizo todos sus recursos.
Nikki nos dejaba notas por toda la casa pidiendo un perro
que de verdad fuera nuestro. Su intensidad fue avasallante
pero no cedimos.
Un día de tormenta al mediodía estaba en la cocina y
escuche ladridos muy cerca de la puerta de entrada.
Me pareció raro ya que en general cuando estos perros
ladran salen corriendo a ver algo o persiguen a algún
animal. Salí de casa y me encontré con un perro viejito
muy flaco y asustado en el rincón de la entrada. Los demás
perros lo rodeaban pero no lo atacaban ni nada. Llame
a mis hijas. Hay ciertas cosas que escapan al orden de
lo que podemos o elegimos, simplemente suceden, y la
aparición de Chini fue un suceso de esa índole. Estaba
solita, retorcida de miedo, quería incrustarse en la pared
para desaparecer. La imagen sigue dándome mucha
tristeza. La metimos en una caja y la llevamos a la galería
que tenia techo y le empezamos a dar comida de a poco,
pero no comía. Paso un día así y después de a poco algo
deglutió. Tomaba muy poca agua. Yo seguía creyendo que
era muy viejita La llevamos a la veterinaria en Zarate. Ahí
conocimos a Noe, una eficiente y adorable veterinaria
enamorada de los perros abandonados. Ella la reviso y nos
dijo que tenia unos siete meses, estaba desnutrida, tenia
fiebre, estaba deshidratada y por su aspecto creía que
tenia erliquia. Nos sugirió que intentemos no encariñarnos
mucho porque estaba en muy mal estado. Nos advirtió
también que para que viviera tendríamos que ocuparnos
de verdad. Noe nos llamó después de unos días para
decirnos que había dado erliquia positivo y que teníamos
que darle antibiótico, y una pastilla para que se le abriera el
estómago durante un mes. Para que ella viviera, había que
tenerla muy cerca nuestro y para eso tenia que vivir con
nosotros ya sea en el departamento o adonde fuéramos.
En ese momento tuvimos que tomar una decisión familiar, y
hacernos cargo de lo que decidiéramos. Y para realmente
alcanzar este objetivo que nos propusimos debíamos
estar todos de acuerdo. Felizmente decidimos compartir
la responsabilidad de cuidarla.
En qué sentís que modifica la dinámica familiar?
La energía de mi casa es hoy más rica, mas flexible y
amplia porque aprendimos a convivir con un animal.
Todos tuvimos que aprender y dar. Mis tres hijas llegan del
colegio y saludan a Chinita con alegría. Las mas grandes
asumieron muchas tareas que son a contrapelo con lo que
desean hacer y cumplen. Se organizan y lo hacen. Destaco
su responsabilidad y sensatez. Por otro lado Hernán le
sonríe con amor.
Cuándo haces fotos de animales que buscas capturar o
transmitir?
A través de mis fotos busco capturar el espíritu del animal
que retrato. Su nobleza y su personalidad. Estuve gran
parte de mi infancia rodeada de animales. Siento que
fui afortunada. Viví colmada de ejemplos reales, algunos
crudos y dolorosos y otros nobles y emotivos, pero todos
responden a un orden de la naturaleza que me inspira
y conmueve. En 2017 hice un safari fotográfico con los
Masái en Africa y estoy analizando diferentes especies
y su impronta y nuestros prejuicios. En realidad cuando
retrato a un animal o cuando retrato a una persona intento
mostrar la esencia del sujeto en cuestión. El año pasado
conté la historia de la señora que me crió, ¨madre Zoe¨ la
quise homenajear a través de un documental de su vida y
su generosidad sin limites. Estas mujeres que nos cuidan
y cambian todo en nuestras vidas. Gracias a Mecenazgo
de CABA que me permitió realizar la muestra en 2022
pude contar su historia, y ahora estoy pensando el libro.
Cuando miro a los animales el ejercicio que hago es muy
similar. Intento verlos de verdad, sacarme prejuicios y
redescubrirlos. Hace ya dos años que empecé a trabajar
activamente con fotos y collages que tienen como centro
al animal y al hombre. Como casi todo lo que hago en el
arte voy de a poco, y lentamente.
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