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El Nacional<br />
V i e r n es <strong>27</strong> de M a yo de <strong>2022</strong><br />
Opinión 11<br />
Hugo A. Ysalguez<br />
d r. h u goys a l gu ez @ h ot m a i l . co m<br />
La frontera dominico-haitiana siempre<br />
ha sido una zona de conflictos<br />
bélicos entre las dos naciones vecinas,<br />
no obstante los diversos tratados<br />
firmados entre España, Francia y la<br />
República Dominicana, la línea limítrofe es<br />
un controversial problema latente desde<br />
tiempos ancestrales que tiende agudizarse,<br />
y que parece, que la solución final será fruto<br />
de una guerra frontal que dejará un trágico<br />
balance de muertos y heridos incontables.<br />
En el año 1767, España cedió a Francia la<br />
parte occidental de la isla mediante el<br />
Tratado de Ryswick, un siglo después, en<br />
el año 1777, se firma entre ambas naciones<br />
el Tratado de Aranjuez, mediante el<br />
cual los españoles formalizan el reconocimiento<br />
jurídico a los franceses de que<br />
Haití , se convierte en una colonia de<br />
Francia, surgiendo sucesivamente números<br />
acuerdos para delimitar una línea<br />
divisoria entre Haití y los dominicanos,<br />
entre ellos acuerdos de cooperación y<br />
Eduardo Álvarez<br />
ce n i t rd @ g m a i l . co m<br />
Ocurre siempre y en todas partes.<br />
La gente ama y defiende lo que le<br />
pertenece, efecto reflejo del sentido<br />
de territorialidad que se<br />
apodera de nosotros cuando vivimos en<br />
comunidad. Es siempre gratificante sentirse<br />
seguro y en confianza. Ser uno para<br />
todos y todos para uno. ¡Hay esperanza! Así<br />
fluyen los mejores sentimientos.<br />
Uno percibe que, entre nosotros, los hijos<br />
de Esperanza, este común sentimiento de<br />
pertenencia tiene la particularidad de irse<br />
renovando y reafirmando con los años. Ni<br />
siquiera los crecientes y gélidos avances<br />
tecnológicos, registrados en las últimas tres<br />
décadas, han disminuido este ejercicio de<br />
humanidad y sociabilidad que tanto nos<br />
une. ¿Nostalgia o antídoto para combatir<br />
las insostenibles presiones a las que nos<br />
vemos sometidos en la ciudad? No. Más<br />
Rafael Méndez<br />
r m e n d ez @ g m a i l . co m<br />
Las más diversas opiniones y preguntas<br />
cayeron como lluvias por<br />
el artículo, en el que de manera<br />
sincera le imploraba al infinito<br />
“perdonadla, Señor, que no sabe lo que<br />
h i zo”.<br />
Y escribí esa frase porque un medio escrito<br />
publicó, en tono de mofa, y con una<br />
evidente mala fe, pidiendo que dejen a la<br />
senadora de Bahoruco que disfrute sus “15<br />
minutos de fama”.<br />
La famosa frase “15 minutos de fama”<br />
tiene una historia larga que varios autores y<br />
actores se atribuyen, pero que lo que se<br />
quiere establecer con ella es que muchos<br />
personajes logran una efímera fama por un<br />
Bosch y la frontera<br />
reconocimientos de la línea limítrofe, con<br />
la instalación de bornes y pirámides,<br />
acuerdos que constituyen letras muertas<br />
para los haitianos.<br />
El escritor y político, Juan Bosch, un<br />
intelectual que ejerció la presidencia de la<br />
República, sin máculas y su vida transcurrió<br />
en un ejercicio intachable, sin pretender ser<br />
un oráculo en el año 1943, analizó el<br />
problema fronterizo y vaticinó lo que está<br />
ocurriendo con la grave inmigración ilegal<br />
que agobia, enfurece y lesiona la identidad,<br />
soberana e Independencia de los domin<br />
i c a n o s.<br />
En el año 1943, en una epístola enviada a<br />
los intelectuales dominicanos, Bosch precisa<br />
lo siguiente: “el pueblo haitiano es un<br />
poco más pobre, y debido a esa circunstancia,<br />
luchando contra el hambre que algo<br />
más serio de lo que puede imaginarse<br />
quién no la haya padecido en sí, en sus hijos<br />
y antepasados, procura burlar la vigilancia y<br />
cruza la frontera. Si el caso fuera al revés,<br />
Esperanza con esperanza<br />
bien, expresión sincera de fe, y aceptación<br />
de que un buen ayer siempre compromete<br />
un mejor mañana.<br />
El afecto y la solidaridad no<br />
se pierden por más que el<br />
tiempo pase<br />
Sea cual sea el motivo, lo cierto es que los<br />
esperanceños de aquella generación nunca<br />
hemos dejado de ser una gran familia.<br />
Siempre nos convoca un invariable y sagrado<br />
espíritu de cuerpo, de hermandad.<br />
Todavía vamos y entramos en las casas de<br />
cada uno de nosotros, indistintamente, sin<br />
tocar a la puerta. Están siempre abiertos<br />
para todos y cada uno. Cada acontecimiento,<br />
doloroso o alegre, nos reúne y une<br />
indistintamente en el abrazo solidario o<br />
Perdónala Señor<br />
hecho en el que irrumpen en la opinión<br />
pública.<br />
He chos que históricamente le han llamado<br />
“15 minutos de fama”, aun cuando el acontecimiento<br />
no tenga ninguna significación, y<br />
mucho menos se proyecten que perduraría<br />
en el tiempo, y que lo más que podría llegar<br />
es a ser recordar como anécdota.<br />
En el caso que nos ocupa, entiendo que la<br />
senadora Melania Salvador fue sorprendida<br />
por algún sabichoso que le motivó y entregó<br />
la pieza, aun cuando, yo estoy seguro,<br />
que de ese tema altamente especializado, la<br />
legisladora no tiene ni el más remoto con<br />
o c i m i e n t o.<br />
Finalmente, debo decir porque muchos<br />
sería el dominicano que emigrara ilegalmente<br />
a Haití.”<br />
“Cuando de aquel y de este lado de la<br />
frontera, los hombres tengan casas, libros,<br />
medicinas, ropa, alimentos en abundancia,<br />
cuando sean los dominicanos y haitianos,<br />
ricos , cultos y sanos, no habrá hostilidades<br />
entre los hijos de Duarte y Tousseaint,<br />
porque estos no irán a buscar acosados por<br />
el hambre, tierras dominicanas a cosechar<br />
un mísero plátano para su sustento, ni<br />
aquellos tendrán que poner sus ojos en un<br />
país de origen, idioma y cultura diferentes,<br />
ajenas para aumentar sus conocimientos<br />
de la tierra y de los hombres que la viven.”<br />
“El porvenir ha de venir un día abrazados,<br />
en medio de un mundo libre de opresores y<br />
de prejuicios, un mundo donde quepan los<br />
haitianos y dominicanos, y en el que tenemos<br />
el deber de ser mejores, luchando<br />
juntos contra la miseria y la ignorancia de<br />
todos los hombres de la tierra “. Una utopía<br />
que parece que murió hace décadas.<br />
j u b i l o s o.<br />
Las manifestaciones de afecto y solidaridad,<br />
de parte de amigos y nativos, recibidas<br />
recientemente por la pérdida de<br />
nuestra madre, se hicieron presentes de<br />
manera tan extendida y cálida, que nos han<br />
servido de gran soporte y consuelo en este<br />
momento de profunda tristeza.<br />
Agradecemos el abrazo recibido de esperanceños<br />
de todos los sectores, quienes<br />
se unieron a nuestra familia y amigos para<br />
dar el último adiós a nuestra madre amada.<br />
Presentes todos de manera física, mediante<br />
llamadas telefónicas, mensajes virtuales y<br />
con flores, nos comprometen en el recuerdo<br />
de los años e invita a renovar los<br />
votos que nos unen a nuestro pueblo en el<br />
amor y la responsabilidad por un mejor<br />
futuro para esta gran patria chica que nos<br />
vio nacer y crecer.<br />
me han pedido, que explique de que se<br />
trata de una pieza en cuestión, y debo decir<br />
que en un proyecto desfasado que de<br />
promulgarse estaría contraviniendo los<br />
más elementales principios de la libertad<br />
expresión y de pensamiento.<br />
Y lo más pernicioso como derecho ciudadano<br />
es que establecería la censura previa,<br />
con lo que vulneraria el derecho a la<br />
información, situaciones juzgada, previstas<br />
y salvaguardadas en la Constitución de la<br />
República, el Código Penal y la Ley que crea<br />
el Colegio Dominicano de Periodista, entre<br />
otras legislaciones y tratados internacionales<br />
de los que es signataria la República<br />
Dominicana.<br />
VOCES Y ECOS<br />
Rafael Peralta Romero<br />
ra fa e l p e ra l ta r @ g m a i l . co m<br />
Poemas y<br />
ref l ex i o n es<br />
El pasado jueves (26 de <strong>mayo</strong>) fue<br />
presentado al público el libro<br />
“Poemas y reflexiones en tiempo<br />
de pandemia”, en el cual se aprecia<br />
un enfoque social y realista, además de<br />
que hace oír hondamente el clamor a la<br />
Divinidad que brota de sus páginas: “To -<br />
do se acaba, oh Dios mío, menos tu gracia<br />
ni tu compasión…”<br />
Es el testimonio de Nicolás Rodríguez<br />
Ramírez, un coronel del Ejército que no<br />
espera que le escriban, sino que se torna<br />
en vocero de la humanidad ante la tragedia<br />
que ha significado la pandemia de<br />
COVID-19. En este libro repercute el grito<br />
salido del poeta al presenciar que el<br />
mundo se había detenido, pero es también<br />
una cronología de la pandemia desde<br />
el inicio hasta estos días que lucen ser<br />
los finales.<br />
Tan hondo ha sido el sentir del poeta,<br />
que se aprecian, incluso, vetas de poesía<br />
mística en versos como este: “El Espíritu<br />
Santo es flama que restaura y vivifica”.<br />
Pero también aparecen en la obra las<br />
irritaciones de los humanos por el confinamiento,<br />
lo evidencian, por ejemplo,<br />
estos versos: “¿Qué hacer? Este encierro<br />
transcurre / con berrinches, mal humor,<br />
hasta miente/ quien lo niegue, viendo<br />
cómo discurre/ Y no se enfade, cuando<br />
despierte”.<br />
Este libro encierra la<br />
actitud ante la vida<br />
La tragedia (millones de muertos y destrozo<br />
de la economía global) ha llevado al<br />
poeta a describir la situación con esta<br />
imagen desgarradora: “La vida va como<br />
un peñasco gigante que aplasta sin piedad…”<br />
La segunda parte del libro son reflexiones<br />
de carácter filosófico, como han de<br />
ser las meditaciones, y llevan un sello tan<br />
personal que en cada una aparece la<br />
coletilla “Pienso yo…” Porque Rodríguez<br />
asume una actitud escéptica respecto de<br />
la función de pensar: “Entonces pienso yo<br />
qué convendría más, pensar o no pensar”.<br />
Y más adelante, pero en la misma página,<br />
agrega: “Pienso yo -que a veces yo no sé<br />
qué pensar- sobre quién será más exitoso<br />
y preciso, si las personas que piensan<br />
mucho o demasiado, o aquellas que piensan<br />
poco o nada”. Es que Rodríguez asocia<br />
el pensar al sufrir y reclama una fórmula<br />
que permita pensar y saber sin tener que<br />
sufrir.<br />
Este libro encierra la actitud ante la vida<br />
de Nicolás Rodríguez, pero también su<br />
visión del mundo y de la conducta humana,<br />
todo dicho de una forma muy suya<br />
y con la persistencia de la frase “pienso<br />
y o”, como si fuera dicha por alguien que<br />
no pretende resaltar su persona ni sus<br />
ideas, sino pasar como un sujeto sin<br />
importancia, como quien no sabe nada,<br />
cual discípulo de Diógenes el Cínico.