EF 404

ENFERMERÍA FACULTATIVA
42
TELEVISIÓN
Napoleon
Una película
que no conquista
JUANJO CAMPILLOS. Madrid
Napoleon es una de las grandes
megaproducciones cinematográficas
del año. Cuenta con
Ridley Scott, padre de Alien,
Blade Runner o Gladiator, a
los mandos; con el oscarizado
Joaquin Phoenix (Gladiator y
Joker) y Vanessa Kirby (Fragmentos
de mujer) como protagonistas
absolutos; con un
presupuesto desorbitado de
cientos de millones de dólares
y, por supuesto, con el legendario
emperador francés. Ingredientes
más que suficientes
para crear una cinta histórica,
que conquiste y cautive a los
espectadores de todo el planeta.
Pero, contra todo pronóstico,
como en 1808 en Bailén,
deja frío.
Citamos el punto de inflexión
de la Guerra de la Independencia
Española, aunque
sea un poco, porque en la película
lo obvia. Dada esta pincelada
de orgullo patrio, no
vamos a entrar en las incongruencias
históricas que jalonan
la película, porque no
Abarca
mucho
y concreta
poco
tendríamos suficiente espacio
en el texto. Entramos, de lleno,
en el turrón. La cinta
quiere abarcar tanto que solo
concreta en la relación con su
primera mujer, Josefina, y de
una forma tan tóxica y ñoña
que hay momentos en los que
aburre. No explica cómo era
el general, ni muestra su extraordinario
ingenio militar
ni profundiza en la agitada
geopolítica del momento.
Queda una historia inconexa
y llena de agujeros, donde solo
se mantienen a salvo, más
ella que él, Phoenix y Kirby.
Porque del resto de actores,
no se puede rescatar a ninguno.
No por ellos, sino por el
guion, que hace que los secundarios
sean planísimos.
Aparecen y desaparecen, por
arte de magia. Son tan de
quita y pon que para reconocerlos
les han tenido que poner
unos rótulos con el nombre,
como si de una pieza del
telediario se tratase.
Batallas
Hay que reconocer que sí tiene
aspectos muy buenos, especialmente
en lo audiovisual.
Las batallas son brutales,
sobresaliendo la de Austerlitz,
a golpe de cañonazos. La
banda sonora cumple muy
bien su función y el vestuario
y la producción son excelentes.
De hecho, recrean minuciosamente,
en una escena, el
cuadro ‘La consagración’ del
pintor galo Jacques-Louis
David, que muestra el momento
de la coronación de
Napoleón y Josefina como
emperadores de Francia. Aun
así, no es suficiente para salvar
la película de la crítica y
de las expectativas. Este puede
ser el Waterloo de Ridley
Scott, ya de 86 años, aunque
le queda como última bala
Gladiator 2.
VALORACIÓN
★★☆☆☆
“No cumple las altas expectativas”