Cuentos para contar_cap 1 - Secretos Para Contar
Cuentos para contar_cap 1 - Secretos Para Contar
Cuentos para contar_cap 1 - Secretos Para Contar
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
16<br />
hizo mirar <strong>para</strong> abajo, y descubrió el cuerpo de Piizí, el picure,<br />
en la oscuridad. Se enfureció, pero no dijo nada <strong>para</strong> que Piizí<br />
no se diera cuenta de que había sido descubierto, y desvió su<br />
camino hacia un pequeño árbol, del cual dejó caer unas pepas.<br />
Cuando Piizí vio las pepas, las recogió y regresó llevándolas <strong>para</strong><br />
que los demás animales las probaran.<br />
Todos las observaron, las tocaron y las olieron exclamando: —Esas<br />
pepas son amargas, huelen muy mal.<br />
Al amanecer llegó el Kutzikutzi y, ante la mirada curiosa de todos,<br />
se acostó a dormir.<br />
Aburridos y con la boca hecha agua, los animales se miraban con<br />
preocupación.<br />
Entonces, Taba, la lapa, se levantó muy decidida y dijo:<br />
—Yo voy a descubrir lo que come el Kutzikutzi —y se acostó muy<br />
cerca de él <strong>para</strong> esperar su partida.<br />
Por la noche, cuando el Kutzikutzi se dispuso a ir al gran árbol, la<br />
lapa lo acechaba, y mientras él se deslizaba de rama en rama, ella<br />
se movía sigilosa entre árboles y matorrales.<br />
Así llegaron los dos animales a la orilla del río. El Kutzikutzi miró<br />
hacia atrás malicioso, comprobando que no lo seguían, y se agarró<br />
de una rama que lo condujo a la otra orilla del río.<br />
Taba miró <strong>para</strong> todos lados, y con un movimiento rápido se sumergió<br />
en el agua y salió al otro lado, donde estaba el gran árbol<br />
de los alimentos.<br />
Todo a su alrededor olía delicioso. La lapa se acercó a la raíz del<br />
árbol y empezó a comer de lo que había en el suelo: yuca, piña,<br />
marañón, ají...<br />
Encima del árbol el Kutzikutzi comía ruidosamente y con su kutzi...<br />
kutzi... kutzi... kutzi... pasaba de una fruta a otra, sin darse<br />
cuenta de la compañía que tenía.