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|Reflexiones| «La imagen que la mayoría de la gente tiene de un asesor de arte es la de alguien que te pasea por ferias o exposiciones y te ayuda a adquirir una obra de arte como si se tratara de una simple transacción comercial», señala Laura Paulson, directora de operaciones de Gagosian Art Advisory, una entidad completamente independiente de las galerías Gagosian con «una clientela que apenas se solapa con la de la galería». Tanto ella como sus colegas en el sector están encantados de ayudar a sus clientes a crear colecciones, pero su cometido también implica prestar «servicios que la galería no ofrece, es decir, cuestiones prácticas, como el enmarcado, la conservación o los seguros. Somos, además, tasadores certificados, algo que los coleccionistas necesitan, ya sea para planificar el patrimonio, para regalar» o simplemente para «editar» una colección. En definitiva, «ofrecemos una gestión integral de la colección», desde la compra hasta la venta. Clare McAndrew, de Arts Economics, destaca que en los últimos diez a veinte años, «los asesores de arte se han convertido en una parte esencial de este mercado, ya que tienen un papel crucial a la hora de interactuar con galerías, coleccionistas y artistas». Su investigación develó que casi un tercio del grupo encuestado para la feria de arte Independent de Nueva York reconocía haber recurrido a uno. ¿Y por qué no habrían de hacerlo teniendo en cuenta las sumas de dinero que están en juego? «Lo lógico sería buscar ayuda externa para la planificación fiscal o las inversiones —comenta Glenn Scott Wright, codirector de la galería londinense Victoria Miro—. Por eso, un buen experto en arte es una forma de acceder a obras muy cotizadas». Sobre todo, ahora que no salen al mercado tantas piezas de gran calidad, como se observó en la Art Basel celebrada el verano pasado. Nilani Trent, de Trent Fine Art Advisory en Nueva York, ya dejó claro en la feria que «durante muchos años el dinero ha estado fluyendo hacia mercados especulativos». No obstante, en momentos como este, en el que las ventas se han ralentizado considerablemente, «los coleccionistas consideran que mercados consolidados como el de Warhol tienen más valor a largo plazo». Y, como las obras maestras son cada vez más difíciles de encontrar, la asesoría es más necesaria que nunca para dar con ellas. En cualquier caso, la asesoría de arte no solo implica la venta, sino también la adquisición. Ayudar a los clientes en la «cesión» —el eufemismo que se utiliza en arte para referirse a la venta— es una parte importante del trabajo de Paulson. La asesora asegura que «existe tal rotación en las casas de subastas que la gente no sabe a quién dirigirse». No basta con consignar una obra y esperar a que aparezcan pujadores que realmente estén interesados. Para conseguir un buen precio es necesario «establecer contactos con especialistas, obtener los presupuestos adecuados, asegurarse de que los catálogos están bien presentados y negociar condiciones de venta favorables y competitivas. Se trata de un proceso complejo y bastante laborioso, por lo que prestar apoyo a los clientes es algo que hacemos a conciencia y en muchas categorías». Por ejemplo, Paulson fue contratada como asesora en la reciente venta de la colección Macklowe surgida a raíz del divorcio del promotor inmobiliario Harry 34 CENTURION-MAGAZINE.COM
FOTOGRAFÍAS DESDE ARRIBA: CHARLES SHEARN, © ESTATE OF ROY LICHTENSTEIN / VG BILD-KUNST, BONN 2023; CORTESÍA DE GAGOSIAN; PÁGINA OPUESTA: TRISTAN FEWINGS / GETTY IMAGES FOR SOTHEBY’S, © SUCCESSION ALBERTO GIACOMETTI / VG BILD- KUNST, BONN 2023, © THE WILLEM DE KOONING FOUNDATION, NUEVA YORK / VG BILD-KUNST, BONN 2023 Macklowe y su exmujer Linda. En un principio, Sotheby’s había previsto obtener 479.3 millones de dólares, sin embargo, ella hizo lo posible para que se alcanzaran los 922.2 millones de dólares, honorarios incluidos, convirtiéndose así en la subasta de una colección privada más valiosa de la historia. También en Sotheby’s Nueva York, Paulson representó a la Pilara Family Foundation, que subastó 55 fotografías de la colección de la fundación para ayudar a financiar el espacio expositivo Pier 24 de San Francisco. Vender una colección de fotografías de otra ciudad parecía «un poco arriesgado —confiesa—, sin embargo, nos aseguramos de que hubiera un gran video y organizamos seminarios. Incluso, las obras se llevaron de gira, algo poco habitual cuando se trata de fotografías, porque estas no suelen considerarse de suficiente valor». Tanto en la subasta diurna como en la nocturna se recaudaron 10.619 millones de dólares, casi el doble de su estimación mínima de 5.822 millones. «Fue interesante comprobar la diferencia que marcó [nuestra] labor de promoción», señala impasible. Paulson ha sido testigo del notable aumento de la demanda de asesores de arte desde que comenzó su carrera en Christie’s, donde llegó a ocupar el puesto de presidenta mundial de arte del siglo xx a finales de los 80. «Por aquel entonces no había muchos asesores de arte —afirma—, aunque tampoco había tanta gente Desde arriba: Philip Hoffman, fundador de The Fine Art Group, posa junto al cuadro de Roy Lichtenstein Water Lilies With Cloud (1992); Laura Paulson, directora de operaciones de Gagosian Art Advisory Página opuesta: Stèle II (1961), del escultor suizo Alberto Giacometti, forma parte de la exitosa subasta de la colección Macklowe de Sotheby’s CENTURION-MAGAZINE.COM 35
