Views
8 months ago

Centurion Argentina Autumn 2023

Pocos lugares pueden

Pocos lugares pueden competir con la belleza natural de esta isla filipina bañada por el sol, pero la mentalidad afectuosa y distendida de la gente es lo que la convierte en un destino realmente espectacular Por Stephanie Zubiri Fotografía de Scott A Woodward Nos vemos en Siargao 62 CENTURION-MAGAZINE.COM

E «¡Esta isla tiene magia negra!», exclama con picardía Jenn Fernández, fundadora y diseñadora de la marca de joyería ética y sustentable Golden Monstera. «No sé muy bien qué es, solo tengo claro que no me quiero marchar», añade esta colombiana que lleva siete años viviendo en Siargao con su pareja, Daniel Alfaro. «Empezamos en una pequeña cabaña; los dos veníamos del mundo empresarial, así que fue un gran cambio. En cuanto nos mudamos, comprendimos lo que era importante en la vida. Comencé a crear y fue como decir: “Esto... esto es lo que se supone que debo hacer”. En Siargao, puedes ser quien tú quieras ser». Es una historia habitual. Surfistas de todo el mundo llegan atraídos por su famosa ola Cloud 9 y se quedan acá, dejando atrás sus vidas anteriores. Siargao es la isla de la reinvención: desde financieros que se convierten en chefs hasta ejecutivos corporativos que acaban dirigiendo hostales. «La isla devela quién eres realmente», afirma Jay Pérez-Rubio. El DJ y dos de sus amigos, Chris Alfaro y Pico Avanceña, son copropietarios del recién inaugurado Barbosa, el bar de moda de General Luna, la principal ciudad de la isla. «Es como si no pudieras ocultar nada. La gente local es cálida, acogedora y honesta; te tratan como si fueras de la familia, sin embargo, para respetar eso tienes que ser auténtico». «Hay algo mágico, pero si intentas aparentar o ser algo que no eres, te reprenderán —añade Avanceña—. Es difícil de explicar; por eso es tan especial. En Siargao todos son tratados por igual». La comunidad es extraordinariamente multicultural. Paseando por la calle principal se pueden encontrar cafeterías artesanales dirigidas por australianos, pequeños bares de tapas españoles o boutiques francesas. Con todo, es una sociedad singularmente democrática, donde el estatus social no se mide por la riqueza o la procedencia, sino por la amabilidad y el compañerismo. «No importa quién seas, ni cuánto dinero ganes, todos llevamos el mismo estilo de vida —admite Chris Alfaro—. Compartimos los mismos valores y sentimos el mismo amor por este lugar. Nos relacionamos tanto con gente local como con multimillonarios, todos somos iguales. Es una comunidad increíblemente unida. Hay CENTURION-MAGAZINE.COM 63

CENTURION